La dislexia es el trastorno de aprendizaje más común que existe, se presenta casi en un 10% de las personas de todo el mundo y sus síntomas suelen aparecer en la infancia, sobre todo más entre los niños que en las niñas.
Los niños con dislexia presentan dificultades para leer, reproducir o entender los textos de cualquier materia o asignatura, algo que esta investigación demuestra que está relacionado con una región del cerebro llamada “tálamo visual”.
Esta región cerebral conecta los ojos con la corteza del cerebro, donde se produce nuestra capacidad para razonar, para emocionarnos, para pensar, para recordar, así como nuestra capacidad para hablar y los investigadores que han realizado este estudio, descubrieron que aquellas personas que presentaban dislexia mostraban una serie de cambios tanto en la función como en la estructura de determinadas áreas del tálamo visual.

Un avance frente a la dislexia
En el Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas de Leipzig, en Alemania, los investigadores estudiaron el tálamo visual en humanos vivos como no se había hecho nunca antes.
El estudio, en el que se analizó a 25 personas con dislexia “abre el camino para futuras investigaciones destinadas a obtener una comprensión más completa de los mecanismos cerebrales subyacentes a la dislexia”, según señalaba Katharina von Kriegstein, una de las autoras de esta investigación pionera que además es la actual presidenta de Neurociencia Cognitiva y Clínica en la Universidad Politécnica de Dresde.
Las personas que presentan dislexia tienen dificultades para leer y escribir, primero en la etapa escolar y después, con el paso del tiempo, también en el trabajo y en su vida cotidiana. Estas dificultades no están relacionadas ni con su capacidad intelectual ni con su talento creativo, de hecho la historia señala que entre las personas con dislexia más conocidas están algunos de los más grandes intelectuales de la historia como Albert Einstein, investigadores como Charles Darwin, escritoras como Agatha Christie o músicos como Ludwig van Beethoven.

Futuro tratamiento contra la dislexia
Para Christa Müller-Axt, colaboradora de este estudio e investigadora asociadas de la Universidad Politécnica de Dresde, los hallazgos que se han conseguido perfectamente “podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos y terapias” para las personas que desarrollan dislexia a cualquier edad.
“Esto podría abrir posibilidades para técnicas de neuroestimulación no invasivas, como un método terapéutico prometedor para modular la actividad de estas estructuras cerebrales”, añadió Christa Müller-Axt y remarcó la importancia de haber conseguido saber en qué parte del cerebro se desarrolla la dislexia porque “si nos centramos en esta zona y modulamos su actividad, realmente podría ayudar a estas personas en el futuro”.

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