Puede haber mil motivos pero siempre hay alguno, siempre hay algo que se esconde detrás de una rabieta, una emoción, una sensación, algo que conviene aprender a detectar por nuestra parte para “transitarla” como señala Miriam Tirado, una de las consultoras de crianza más conocidas de nuestro país.
“Uno de los errores más monumentales que cometemos los padres es que para acompañar la rabieta ponemos la misma energía” que el niño y no es lo más recomendable según su experiencia entre otras cosas porque la neurociencia confirmó que tu cerebro y el de tu hijo están conectados.

Y además porque “nuestro hijo está enfadado y nosotros nos enfadamos más, intentando evitar o reprimir la rabia” y esta no es la solución porque así “lo que conseguimos es cortar el comportamiento pero la emoción que el niño está experimentando la sigue sintiendo”, cuando en lo que deberíamos enfocarnos es en tener claro en todo momento que ninguna emoción debería reprimirse durante la infancia de nuestros hijos, si queremos que tengan una educación emocional saludable.
Tirado añade que nosotros, los padres, las madres, los cuidadores, somos los adultos y somos quienes tenemos y podemos acompañar y no “meter gasolina al fuego” porque es innegable que la ansiedad se transmite de padres a hijos, según se ha demostrado a través de distintas investigaciones.
Es cierto que ante una rabieta, a veces los padres y las madres “se sienten como cuestionados y empiezan a pensar qué estoy haciendo mal”, lo que no ayuda a solucionar la situación, ni a educar al niño a gestionar de otro modo las emociones para que no se desborden y caen en el error de transmitir sus miedos a sus hijos.
Ese cuestionamiento provoca, según Miriam Tirado que empecemos a “desconectarnos del niño y entramos en esta fase de ira nosotros mismos” cuando lo que sería deseable es que le ayudáramos a él a salir de esa rabieta.
STOP rabietas
Para no entrar en ese bucle de ira y frustración, Miriam Tirado tiene claro que “respirar es imprescindible” a lo que añade y recomienda, que en una situación conflictiva como es una rabieta de nuestro hijo, visualicemos la señal de tráfico del STOP.
Ante esta señal y ante una rabieta, ella recomienda que “tenemos que parar lo primero”. Después respiramos de forma consciente, unas respiraciones profundas, “dejamos que el niños se exprese y mientras me voy serenando”, señala Tirado.
Aquí es cuando puedo observar a mi hijo y tratar de entender “qué le ocurre, lo mismo es que está muy cansado y también me observo a mí que lo mismo también estoy muy cansada” y eso podría condicionar mi reacción. Pararme a observar la situación “con perspectiva y distancia” va a ser de mucha ayuda para poder acompañar a mi hijo en la gestión de sus emociones.
Llegados a este punto es cuando Miriam Tirado se plantea proceder porque ahora es cuando “proceder nos ayuda a canalizar y a encontrar lo que necesita el niño pero también yo.”
Realmente, todo esto se llama acompañamiento emocional y ella misma reconoce que “vamos flojos en términos generales y llegamos a la maternidad sin saber qué hacer con tanta emocionalidad”.
Por lo que no solo es deseable educar en la gestión de las emociones a nuestros hijos, es conveniente enseñar a los niños a frustrarse y al mismo tiempo es importante estar siempre enfadada con tus hijos porque realmente la gestión emocional no es la mejor en su día a día.
Además es importante que les hablemos de lo que ocurre en su interior, de sus sentimientos, de sus sensaciones porque como dice la propia Tirado, en general “les hablamos muy poco de lo que pasa dentro en comparación con lo mucho que les explicamos la vida externa”.

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