El popular psicólogo Alberto Soler: "La distinción entre precocidad y altas capacidades es importante para evitar falsas identificaciones"

El popular psicólogo Alberto Soler incide en la importancia que tiene elegir bien el momento para evaluar las altas capacidades.
Alberto Soler aborda la evaluación de las altas capacidades
Alberto Soler aborda la evaluación de las altas capacidades (Midjourney -RG- e Instagram @asolers)

Determinar los factores que explican las altas capacidades no es una cuestión tan sencilla como marcar una frontera numérica utilizando como única referencia el coeficiente intelectual —no hace tanto sí lo era, 130 concretamente—. Es algo mucho más complejo, una complejidad que también explica, por ejemplo, por qué muchos niños con altas capacidades parecen torpes, y que también afecta al contexto en el que esta neurodivergencia se evalúa. Algo que, sin haber un momento idóneo concreto, porque nunca es tarde para saberlo —saber cómo funciona el cerebro con altas capacidades es una forma de entenderte mejor, y de entender a quienes las tienen—, sí define a partir de qué edad es conveniente afrontar una evaluación de altas capacidades si hay sospecha de que existen en un niño o niña.

El psicólogo Alberto Soler, coautor de ‘La gran guía de la crianza’, ha dedicado un post divulgativo en redes sociales precisamente a explicar cuál es el momento idóneo, si lo hay, para evaluar las altas capacidades, y por qué no conviene abordarlo antes, de forma muy prematura, a diferencia de otras neurodivergencias.

“Idealmente, ni muy pronto ni muy tarde, dice Soler Dice Soler respondiendo a la pregunta de cuál es el momento idóneo para evaluar las altas capacidades en la infancia. “Es una perogrullada, pero tiene sentido”, añade antes de explicar las razones.

Un niño aburrido en clase
Un niño aburrido en clase (Midjourney - RG)

Distinguir entre precocidad y altas capacidades

Las altas capacidades, como otras neurodivergencias, y como pasa también en el ámbito clínico con las enfermedades —las neuroduvergencias no lo son, ninguna de ellas—, cuanto antes se detecten mejor. Alberto Soler explica el motivo: “una vez se han identificado señales que nos pueden hacer sospechar de la presencia de altas capacidades, la evaluación no debería retrasarse demasiado ya que estaríamos perdiendo oportunidades de estimulación y adaptación para esa criatura”.

Sin embargo, hay un matiz trascendente a la hora de evaluar las altas capacidades: la edad mínima. El propio psicólogo lo expone del siguiente modo: “si evaluamos muy pronto, y con muy pronto me refiero a por debajo de los 4 o 5 años, es posible que haya errores en la evaluación debido a la disincronía (o asincronía) propia de estas edades y que al final se acabe confundiendo precocidad con altas capacidades”.

De la asincronía en los niños con altas capacidades te hablamos en su día largo y tendido, pero tiene que ver con la diferencia de ritmos en la infancia y, de forma concreta, con la desigualdad que puede haber en el desarrollo del mismo niño o niña a nivel físico y de edad con la parte emocional.

En cualquier caso, que un menor sea precoz en educación infantil no garantiza que tenga altas capacidades precisamente porque es natural que existan distintos ritmos, y porque esta es una etapa en la que la mayoría tienen disparadas cuestiones relacionadas con las altas capacidades como la creatividad.

“No llevan todos los nenes y nenas el mismo ritmo. Esto lo vemos a nivel físico pero también a nivel intelectual. Hay nenas y nenes que durante la educación infantil van muy avanzados con respecto a sus compañeros. Pueden leer, escribir, hacer operaciones matemáticas, etc.”, argumenta Alberto Soler. “¿Puede decir eso que tienen altas capacidades? No necesariamente. Algunos de ellos acaban siendo como altas capacidades pero otros no. Simplemente alcanzaron de forma precoz algunos hitos antes que sus compañeros y compañeras, pero su capacidad no es realmente superior, simplemente iban avanzados pero con el tiempo se han quedado al mismo nivel”, añade.

Por ello, Alberto Soler insiste en la importancia de distinguir entre precocidad y altas capacidades. “Esta distinción entre precocidad y altas capacidades es importante”, asegura. Aquí te contamos cinco pistas de que tu hija tiene altas capacidades según la ciencia.

Una niña concentrada en clase
Una niña concentrada en clase (Midjourney - RG)

La edad ideal para evaluar las altas capacidades

Por todo lo expuesto, Alberto Soler concluye que es esencial medir bien el momento para realizar una evaluación de altas capacidades intelectuales.

Para el psicólogo, este es el momento idóneo: “para evitar falsas identificaciones suele coincidir que un momento ideal para hacer una evaluación de altas capacidades sería el inicio de la educación primaria, dice. Estamos hablando, apostilla Alberto Soler, “entre los 6 y los 8 años”.

Eso sí, debes tener en cuenta que muchos recursos públicos destinados a las altas capacidades se pueden solicitar desde edades tempranas. Por ejemplo, el PEAC de la Comunidad de Madrid, un recurso gratuito para el alumnado con altas capacidades que arranca a los 6 años, en primero de primaria, y las plazas son limitadas, de manera que, si quieres solicitarlo para tu hijo o hija, es conveniente disponer del diagnóstico en ese primer momento de la etapa a la que hace referencia Alberto Soler: el paso a primaria.

De cómo es la evaluación de las altas capacidades, que “no es simplemente ver cuál es su cociente intelectual”, como puntualiza Alberto Soler, te hablamos en detalle en esta noticia en la que abordamos en qué consiste el test de altas capacidades.

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