El diccionario de iniciación si no tienes ni idea de altas capacidades y otras neurodivergencias: los cinco conceptos claves para los recién llegados

Estos son los conceptos esenciales para poder aterrizar en el universo de las neurodivergencias, al que pertenecen las altas capacidades intelectuales.
Madre e hijo mirando a la cámara
Madre e hijo mirando a la cámara (RG)

Aterrizar sin haber oído hablar o leído antes de ellas en el universo de las altas capacidades intelectuales y su detección, del TDAH, el TEA (trastorno del espectro autista) o cualquier otra neurodivergencia es como si un extraterrestre pone el pie en el planeta Tierra por primera vez. Por eso, porque sabemos la dificultad que conlleva y la necesidad que muchas madres y padres tienen de saber para poder acompañar cuanto antes de la mejor forma posible a sus hijos e hijas, hemos intentado dar luz a todas las neurodivergencias, desde el citado trastorno del espectro autista a las altas capacidades intelectuales —ojo, no son excluyentes—.

En este caso, aprovechando una nueva publicación divulgativa de las psicólogas especializadas en altas capacidades Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez, del gabinete Altascapaciqué, hemos querido detenernos de nuevo en esta peculiaridad. Pero no de cualquier manera, sino volviendo a la casilla de salida: la de la neurodivergencia, que es de donde parten las altas capacidades.

En esta pieza, de voz de las citadas expertas, enumeramos y explicamos los cinco conceptos clave para recién llegados a las altas capacidades en particular y las neurodivergencias en general. Este es el diccionario de iniciación que necesitas conocer antes de entrar en este nuevo mundo que se abre ante ti.

Un padre con su bebé
Un padre con su bebé (RG)

Los cinco conceptos clave de las neurodivergencias

Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez refrescan conceptos clave de las altas capacidades y el mundo de las neurodivergencias para facilitar el aterrizaje de todas esas personas que se encuentran “en búsqueda de información por un diagnóstico reciente de tu hijo/a, el tuyo propio o que os lo estáis planteando…”.

Estos son los cinco conceptos clave, el diccionario de iniciación que te ayudará a navegar mejor desde el principio por este “mar revuelto” de las neurodivergencias, un mundo a menudo lleno con exceso de información, alguna de ellas “confusa”, como advierten las propias Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez, que divulgan sobre la materia en sus redes sociales, donde comparten consejos tan interesantes como estos sobre cuestiones como la altísima relación entre altas capacidades y precocidad intelectual en el ciclo de educación Infantil.

Neurodiversidad

Las casas se construyen desde los cimientos. Por eso el primer concepto esencial es precisamente el que engloba a las altas capacidades, TEA, TDAH y demás neurodivergencias: neurodiversidad.

“Se refiera a la diversidad natural de las personas en cuanto a la forma de procesar la información”, dicen sobre el concepto de neurodivergencia Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez.

Este concepto surgió en los años 90 “para luchar contra el estigma de las personas con autismo, TDAH y otros trastornos del aprendizaje”, apuntan las dos expertas, y “se basa en la idea de que las variaciones en el funcionamiento neurológico son una parte normal y valiosa de la biodiversidad humana”.

Un niño pequeño con su madre joven
Un niño pequeño con su madre joven (RG)

Neurodivergencia

La neurodivergencia es también aquello “neurológicamente divergente en lo típico”. Es decir, explican las dos psicólogas especializadas, el término se refiere “a un funcionamiento neurológico diferente a la norma”.

Las diferencias, puntualizan las dos psicólogas de Altascapaciqué, “no son necesariamente discapacidades, sino variaciones del funcionamiento cerebral que influyen en la percepción, la comunicación y la interacción social, el aprendizaje y las emociones”. Por eso se habla, por ejemplo, de la hipersensibilidad de los niños con altas capacidades.

El enfoque del concepto, explican Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez, “es más específico o clínico, ya que puede implicar procesos de diagnóstico como autismo, dislexia o TDAH”.

Altas capacidades (AACC)

Las altas capacidades son un tipo de neurodivergencia que “‘no se limita a un coeficiente intelectual elevado, van más allá”, señalan Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez.

Ambas expertas destacan que “es inherente a las altas capacidades un potencial intelectual superior a la media en una o varias áreas” y apuntan a tres factores influyentes en las altas capacidades: el biológico, el psicológico y el social.

El primero tiene que ver con factores genéticos y redes neuronales. Sí, hay parte de herencia genética en las altas capacidades.

El segundo, el factor psicológico, tiene que ver con aquellas “características personales como la curiosidad o la motivación intrínseca, que impactan mucho en el desarrollo de las altas capacidades.

Y con respecto al factor social, hace referencia a las “oportunidades de aprendizaje, modelo educativo recibido, apoyo familiar…”.

Las propias Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez explican por qué se dice que el cerebro de los niños con altas capacidades funciona diferente.

Autismo

Según el manual de referencia en la psicología a nivel mundial, el trastorno del espectro autista“es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a la comunicación y a la interacción social y va acompañado de patrones de comportamiento rígidos e intereses restringidos y repetitivos”, indican Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez.

La definición actual, añaden las dos psicólogas, “se acerca cada vez más al paradigma de la neurodiversidad, que entiende que las diferencias en la organización del sistema nervioso son un aspecto común de la población”.

TDAH

Este trastorno del neurodesarrollo tiene un origen biológico. “Aparece en la infancia y afecta a lo largo de la vida. tres síntomas principales: inatención, impulsividad e hiperactividad”, detallan Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez.

Los síntomas pueden no coexistir en la misma persona, de ahí que también se hable de TDA a secas.

Ni el TDA ni el TDAH, que no tiene cura, “afectan a la inteligencia, sino a la forma de procesar la información”, y las personas que experimentan este trastorno del neurodesarrollo “pueden tener dificultades en la gestión del tiempo o en mantener la atención”, concluyen Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez.

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