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Urocultivo en el embarazo: qué es y para qué sirve

Durante el embarazo es normal (y común) que se lleven a cabo muchos análisis y pruebas de rutina con la finalidad de comprobar la correcta evolución de la gestación, el desarrollo del bebé y la salud de la mamá. Y el urocultivo suele ser uno de los más habituales.

Las bacterias, que suelen causar infecciones urinarias, pueden ingresar al tracto urinario a través de la uretra. A su vez, en el entorno del tracto urinario, estas bacterias pueden terminar creciendo rápidamente y convertirse en una infección.

El análisis de orina se convierte en una de las pruebas de rutina más comunes, que también se realiza durante los tres trimestres de embarazo, de forma conjunta con otras pruebas que forman parte del seguimiento para una gestación saludable.

¿En qué consiste el urocultivo en el embarazo?

Un cultivo de orina consiste en una prueba útil para detectar bacterias en la orina, ya que puede identificar y encontrar distintos gérmenes que pueden acabar causando una infección del tracto urinario.

Médicamente conocido también con el nombre de urocultivo, se trata de una prueba de laboratorio que persigue la finalidad de detectar la presencia de microbios o bacterias en una determinada muestra de orina.

Por tanto, durante el embarazo, la prueba de orina de la embarazada es uno de los exámenes médicos de seguimiento más frecuentes para un embarazo saludable.

Generalmente, se llevan a cabo tres urocultivos, los cuales tienden a coincidir con las diferentes citas de seguimiento trimestrales.

¿Por qué se hace?

Antes de descubrir para qué son útiles los urocultivos, principalmente durante el embarazo, debemos conocer un poco más acerca de los análisis de orina.

El análisis de orina es una prueba muy común durante el embarazo, el cual se lleva a cabo, en condiciones normales, en cada trimestre, al mismo tiempo que también se realiza el análisis de sangre correspondiente.

Foto: Istock

El cultivo de orina en el embarazoFoto: Istock

Aporta una información tremendamente útil y necesaria a la hora de descubrir posibles infecciones del tracto urinario, y para poder diagnosticar (o excluir) determinadas patologías obstétricas importantes, como por ejemplo es el caso de la preeclampsia o la diabetes gestacional. La preeclampsia, por ejemplo, es una enfermedad grave que se detecta por la presencia de proteínas, principalmente albúmina, en la orina.

Otra patología que puede detectarse mediante un análisis de orina es la infección del tracto urinario o cistitis, que debe ser controlada y tratada desde el inicio, para evitar que se produzcan complicaciones durante el embarazo.

Por este motivo, los cultivos de orina pueden ser muy útiles a la hora de identificar qué microorganismos, generalmente bacterias, son los causantes de la infección urinaria. En la mayoría de las ocasiones, se solicita una prueba de este tipo para determinar la bacteria responsable de la infección del tracto urinario, decidir el tipo de antibiótico más adecuado y descubrir si el tratamiento puede ser realmente adecuado para eliminar la infección por completo.

Generalmente, para la realización del cultivo de orina, es común que el médico solicite a la mujer embarazada que proporcione su muestra de orina dos veces. La primera vez para verificar las bacterias causantes de la infección. Y, la segunda vez, para verificar si finalmente la infección se ha curado por completo.

¿Cómo se realiza?

Tal y como ocurre con el análisis de orina rutinario, para la realización del urocultivo es imprescindible obtener una muestra de orina de la embarazada.

Como ocurre con la prueba de embarazo casera, es preferible que la orina que se recoja sea la primera de la mañana, ya que, al estar más concentrada, permite detectar más fácilmente cualquier anomalía.

Para ello, y antes de recoger la muestra, es fundamental que la embarazada siga las indicaciones del ginecólogo o la matrona, lavarse bien las manos y los genitales, y utilizar el recipiente estéril de recogida de muestras de orina.

¿Existe algún riesgo?

Tanto los análisis de orina como el propio urocultivo durante el embarazo, como ocurre también con el análisis de sangre y otras pruebas rutinarias, no representan ningún riesgo para la futura mamá y el bebé. Es más, se llevan a cabo con la finalidad de asegurarse de que tanto la mamá como el bebé tengan buena salud.

De esta manera, la detección de bacterias, glucosa, cetonas o proteínas en la orina puede ser muy útil a la hora de detectar cualquier problema relacionado con el embarazo. Por este motivo, lo más recomendable siempre es realizar pruebas tempranas y tomar las medidas oportunas y adecuadas para prevenir cualquier tipo de enfermedad.

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