¿Son recomendables los desodorantes para niños?

Desde el primer cambio metabólico que viene acompañado de mal olor corporal es posible que sea necesario utilizar un producto de apoyo al agua y al jabón siempre y cuando el desodorante sea de garantías para utilizar en la piel de un niño.
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El mal olor corporal es un fenómeno que casi todo el mundo vincula con la pubertad, el proceso donde más cambios corporales se concentran, que tiene lugar en torno a los 10-11 años en las niñas y los 11-12 años en los niños. Sin embargo, no es así porque hay un fenómeno clínico denominado adrenarquia que hace referencia explícita a la aparición del olor corporal, que suele ir acompañado de vello púbico y acné leve.

Este primer cambio metabólico, si el agua y el jabón no son suficientes para eliminar el mal olor, se puede utilizar desodorante infantil que no agreda la delicada piel del menor.

La adrenarquia “es independiente de la pubertad y, por lo tanto, no va acompañado de ningún otro síntoma asociado a esta”, explica la Asociación Española de Pediatría (AEP). Esto significa que no implica desarrollo de las mamas (telarquia), aumento de volumen testicular, ni aumento de la velocidad de crecimiento, que son los síntomas propios de la pubertad.

Su desarrollo comienza desde las primeras semanas de embarazo, y se muestra muy sensible nada más nacer, ya que el pequeño lo necesita para reconocer el olor de la leche materna y también de sus papás.

Causas del mal olor antes de la pubertad

La adrenarquia puede ser prematura si se da en los niños antes de los 9 años y de los 8 en las niñas -puede aparecer desde los tres-, y su aparición temprana se debe a “una maduración temprana de una zona de la glándula suprarrenal, que da lugar a la producción de hormonas llamadas andrógenos adrenales”, explican desde la AEP, que además especifica que la adrenarquia prematura se da 9 veces más en las niñas.

No es preocupante, pero sí que se le debe prestar atención y comunicar al pediatra para que diagnostique si se trata de ello, de manera que también pueda hacer seguimiento porque los niños que padecen adrenarquia tienen mayor tendencia a la obesidad, alteraciones de la regla en el futuro o incluso vellosidad excesiva, tal y como advierte la AEP.

Niño jugando en casa - Getty Images

Cómo elegir desodorante

En el caso concreto del mal olor corporal que este cambio metabólico produce, sea prematuro o no, se debe combatir en primer lugar por los métodos tradicionales, que básicamente pasan por el agua y el jabón.

Madre e hija con una pastilla de jabón - Getty Images/iStockphoto

Este olor, que no se produce por el sudor si no por su entrada en contacto como las bacterias presentes en la piel, puede que no se elimine por completo mediante el lavado tradicional. En este caso, desde distintas asociaciones pediátricas sí recomiendan el uso de desodorantes infantiles, si bien es recomendable prestar atención al producto. Que no sea agresivo con la piel del niño y que sea antitranspirante si padece un exceso de sudoración el pequeño, puede ayudar a controlar el mal olor corporal.

Al fin y al cabo, se trata de que dicho hedor no se convierta en un problema a nivel social para el niño, por lo que prestar atención a la higiene es importante en este caso.

Es posible que ni por esas se acabe con el mal olor, en cuyo caso sería necesario ponerse en manos del especialista médico para que valore si se debe a que el niño padece bromhidrosis, que es un trastorno que puede provocar un olor corporal muy intenso derivado de un exceso de sudoración o acumulación anormal de bacterias en los poros.

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