Cuando tu hijo o hija “se porta mal”, puede que solo esté pidiendo conectar contigo. "En muchas ocasiones —muchas más de las que pensamos— los comportamientos disruptivos de nuestros hijos esconden una necesidad de conexión", afirma el neuropsicólogo Álvaro Bilbao. A menudo, como madres y padres, se reacciona con una corrección inmediata: una advertencia, un “no se hace”, incluso un castigo. Pero ¿y si esas conductas fueran en realidad gritos de socorro emocional?
En su enfoque divulgativo y basado en el conocimiento del desarrollo cerebral infantil, el neuropsicólogo Álvaro Bilbao propone una mirada distinta en la crianza ante determinados comportamientos en la infancia: escuchar lo que hay detrás del comportamiento, no solo lo que muestra en la superficie. En lugar de corregir lo que vemos, atender lo que necesita.
Estas son algunas de las situaciones más comunes que describe Álvaro Bilbao —todas reales, cotidianas y reconocibles por cualquier madre o padre— y las herramientas que propone para responder desde esa necesidad de conectar que está mostrando tu hijo o hija… aunque sea de una forma equivocada.
Las cinco señales que indican que tu hijo necesita conexión emocional según Álvaro Bilbao
A partir de su experiencia clínica y divulgativa, Álvaro Bilbao ha identificado varios patrones de comportamiento infantil que suelen interpretarse como malos modales, falta de respeto o capricho, pero que en realidad pueden señalar una necesidad emocional no satisfecha. No se trata de justificar todo, sino de entender el mensaje que hay debajo del síntoma.
Desde interrupciones constantes hasta regresiones en el lenguaje, deseo de control o incluso agresiones, Bilbao ofrece claves concretas para detectar cuándo un niño está buscando vincularse con sus figuras de apego de forma urgente y desregulada.
Estas son las cinco que destaca el neuropsicólogo y cómo recomienda el experto en el cerebro de los niños reaccionar. Seguro que todas te ocurren durante la crianza a menudo, casi a diario en determinadas edades:
Interrumpe constantemente
"Si cuando estás hablando con otras personas comienza a interrumpir o reclamar tu atención una y otra vez, está comprobando si priorizas su bienestar y seguridad", explica Álvaro Bilbao.
¿Qué hacer?
El neuropsicólogo recomienda hacerle saber "que es muy importante para ti incluso cuando estás ocupado". Luego, además, aconseja anticiparse a su necesidad: comprueba si todo está bien antes de que vuelva a reclamarte.

Llora por todo, se queja o habla como un bebé
"Son todo señales de que está descompensado emocionalmente", señala el neuropsicólogo Álvaro Bilbao. "Suele ocurrir más en periodos de adaptación, como el comienzo del colegio o la llegada de un hermanito. Necesita saber que hacerse mayor no le alejará de tu lado", agrega al respecto de esta segunda situación cotidiana.
¿Qué hacer?
Dale atención y seguridad. "Y aclárale que no necesita hablar como un bebé para recibir tu cariño", apunta Álvaro Bilbao al respecto.
Te sigue por toda la casa o te reclama constantemente
Sobre esta realidad, también muy habitual con peques en casa, Álvaro Bilbao dice lo siguiente: "Suele ocurrir cuando el niño ha pasado un periodo de tiempo lejos de sus figuras de apego. Su ‘depósito de conexión’ está vacío”.
¿Qué hacer?
Regálale diez minutos de conexión plena: un largo abrazo, un masaje, un baño juntos o una actividad compartida como leer un cuento o jugar en el suelo a su juego favorito. Y recuerda, si lo haces, las cinco claves de Álvaro Bilbao para jugar con tus hijos sin arruinar el momento.

Quiere controlarlo todo, incluido a ti
"Cuando un niño te dice lo que tienes que hacer o busca controlar todo, suele querer decir que siente falta de control. Los niños pequeños pueden controlar pocas cosas", incide el autor de El cerebro del niño explicado a los padres.
¿Qué hacer?
Bilbao aconseja darle voz en pequeñas decisiones para devolverle esa sensación de control. Por ejemplo: “Puedes ir caminando o en la sillita” o “No puedo ir a jugar contigo, pero puedes traer tus juguetes a la cocina. ¡Tú decides!”.
Insulta, pega o falta al respeto
Según Álvaro Bilbao, "las agresiones son una respuesta que nos da seguridad cuando nos sentimos vulnerables o impotentes".
¿Qué hacer?
Según el neuropsicólogo, un niño o niña que agrede está diciendo: "Necesito que me ayudes a gestionar mi enfado o frustración porque no sé hacerlo solo".
Las pautas que recomienda para estos casos son estas tres:
- Mostrar calma para que aprenda a calmarse.
- Enseñarle que no aceptas faltas de respeto, para que aprenda a respetarse a sí mismo y a los demás.
- Decirle que le entiendes, si sabes lo que le pasa; o preguntarle si se encuentra bien o si puedes ayudarle, si no lo sabes.
El enfoque de Álvaro Bilbao es especialmente relevante para madres y padres que buscan una educación respetuosa y con base científica. Su mensaje tiene un doble valor: por un lado, nos ayuda a entender mejor el desarrollo emocional de los niños; por otro, nos ofrece herramientas realistas para actuar sin perder la autoridad.
Comprender cuándo un niño necesita conexión en lugar de corrección no es fácil. Pero es una llave poderosa para prevenir conflictos, fortalecer el vínculo y criar desde la empatía.