No todo es positivo para los niños criados por sus abuelos: dos universidades lo demuestran

Un reciente estudio demuestra que no todo es positivo para los niños criados por sus abuelos pero todo tiene solución con cariño y respeto.
No todo es positivo para los niños criados por sus abuelos

La relación entre abuelos y nietos es uno de los vínculos más entrañables y significativos dentro de una familia, el amor de los abuelos por los nietos (y viceversa) es único. Los abuelos, con su experiencia y sabiduría, desempeñan un papel crucial en la crianza de muchos niños, especialmente en contextos donde los padres trabajan o enfrentan situaciones complicadas. Las abuelas, son esas figuras imprescindibles en la vida de un niño, según se empeña en demostrarnos la ciencia con frecuencia.

Sin embargo, un reciente estudio llevado a cabo por dos universidades, ha puesto en evidencia que no todo es positivo cuando los abuelos asumen un rol predominante en el cuidado diario de los pequeños y no hablamos de cuando los abuelos no son lo mejor para sus nietos que a veces pueden incluso a llegar a ser considerados como "abuelos tóxicos" por como influyen en los niños y por tanto, en toda la familia, de una manera muy negativa.

Abuelos y nietos

Los abuelos son mucho más que cuidadores ocasionales; son los guardianes de la historia familiar y de las tradiciones que moldean la identidad de la familia. A través de anécdotas, consejos y tiempo compartido, los niños adquieren un sentido de pertenencia y aprecio por sus raíces. 

Además, en países como Suecia, donde se ha implementado una ley que permite a los abuelos recibir prestaciones económicas por cuidar a sus nietos, su papel como cuidadores se ha formalizado aún más. 

"Será más flexible y ofrecerá más opciones, sobre todo a las familias monoparentales o de cualquier otro entorno", declaraba Alexandra Wallin, jefa del departamento de infancia y familia de la Agencia Sueca de Seguridad Social

Aunque la presencia de los abuelos en la vida de sus nietos aporta estabilidad emocional y refuerza valores familiares, no siempre está exenta de consecuencias negativas, especialmente cuando los abuelos adoptan costumbres que pueden impactar en la salud de los niños.

No todo es positivo para los niños criados por sus abuelos
Primer plano de una niña acostada mirando a la cámara. - Imagen: PF

El peligro de las buenas intenciones

Un estudio reciente sobre los niños cuidados por sus abuelos de forma habitual, realizado por la Universidad de Glasgow y la Universidad de Alicante con una metodología específica e innovadora, revela que los niños cuidados regularmente por sus abuelos tienen un 10% más de probabilidades de desarrollar sobrepeso u obesidad en comparación con aquellos criados principalmente por sus padres o en otras circunstancias. 

Este hallazgo, basado en el Millennium Cohort Study del Reino Unido, tiene implicaciones que van más allá de este país, siendo igualmente aplicable en contextos como el que se da en España, sin ir más lejos.

Los abuelos, movidos por el deseo de cuidar y alimentar bien a sus nietos, pueden caer en prácticas alimenticias equivocadas. Por ejemplo, muchos asocian una mayor cantidad de comida con una mejor nutrición, ofreciendo raciones excesivas que no corresponden a las necesidades reales de los niños.

El deseo de mimar a los nietos a menudo se traduce en un consumo elevado de alimentos ricos en azúcares y grasas. Dulces, snacks y otros productos ultraprocesados son comunes en estas dinámicas, contribuyendo al aumento de peso infantil.

Los niños que pasan mucho tiempo con sus abuelos tienden a adoptar un estilo de vida más sedentario, ya sea por la edad de los cuidadores o por la falta de actividades planificadas. Esta combinación de sedentarismo y una dieta poco equilibrada genera un entorno propicio para el sobrepeso.

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Una niña comiendo tranquilamente en un momento familiar. - Imagen: PF

Cambio de hábitos

El sobrepeso y la obesidad infantil no solo afectan la autoestima de los niños, sino que también incrementan el riesgo de padecer problemas de salud a largo plazo, como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y trastornos musculoesqueléticos. 

El papel de los abuelos en la crianza de los nietos es valioso e irremplazable, pero no está exento de desafíos. La clave está en la comunicación, la educación y la colaboración entre padres y abuelos para garantizar el bienestar físico y emocional de los más pequeños. Porque estos hábitos adquiridos durante la infancia pueden persistir en la edad adulta, perpetuando un ciclo de problemas de salud.

Aunque estas situaciones parten del amor y la buena intención de los abuelos, es fundamental implementar estrategias para fomentar hábitos más saludables. 

Educación nutricional para los abuelos. Proporcionar talleres o materiales informativos sobre alimentación equilibrada y adecuada para los niños podría marcar una gran diferencia.

Fomentar actividades físicas. Animar a los abuelos a realizar paseos, juegos al aire libre o actividades que involucren movimiento junto a sus nietos.

Establecer límites claros. Los padres pueden colaborar con los abuelos para definir qué alimentos son apropiados y en qué cantidades, promoviendo un enfoque de crianza en equipo.

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Un niño disfrutando con una tableta de chocolate. - Imagen: PF

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