Tres secretos que debes saber sobre el parto en el agua
Las múltiples ventajas que ofrece parir en el agua han hecho que cada vez más mujeres decidan dar a luz de esta forma.

El uso del agua durante la fase de dilatación y expulsivo durante el parto ha demostrado múltiples beneficios tanto para la madre cómo para el bebé. Su uso cada vez es más popular en España igual que sus beneficios y limitaciones.

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Sabemos que, esta modalidad de parto, ayuda a disminuir el dolor de las contracciones, calma y relaja a la madre ayudando a que el parto fluya por un aumento de la oxitócica y aumenta el porcentaje de tener un parto eutócico.
Pero, para algunas mujeres el parto en el agua sigue siendo un misterio y por eso hoy os contamos tres secretos que seguramente no conocíais:
Tu parto será más rápido

El uso de la bañera durante la dilatación se debe de realizar una vez que estamos de “parto activo”, es decir, contracciones regulares, iguales en frecuencia e intensidad y una dilatación del cuello del útero de unos 4-5 cm.
Dentro del agua, con la ayuda de la presión hidrostática se fomenta el retorno venoso, aumentando la vascularización uterina y la contracción y relajación del útero al haber una mayor oxigenación de los tejidos. Esto se traduce en contracciones uterinas más efectivas, lo que provoca que la dilatación se produzca en menos tiempo.
No es necesaria una monitorización constante

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Durante la dilatación en el agua no es necesario escuchar de forma continua el latido cardiaco del bebe. Estos partos de bajo riesgo abogan por una monitorización intermitente, es decir:
- Durante el periodo de dilatación: escuchar el latido fetal del bebe al menos cada 15-30 minutos después de la contracción.
- Durante el periodo expulsivo: escuchar el latido cardiaco fetal al menos cada 5 minutos o con cada contracción.
Podrás disfrutar de una mayor libertad de movimiento al no ser necesario un registro continuo. Además, la matrona que te atienda estará exclusivamente pendiente de tus cuidados y los de tu bebé, ya que, se necesita una sola matrona para realizar todas estas técnicas y que el parto en el agua progrese con la máxima de seguridad.
Puede que tengas que abandonar la bañera
El parto en el agua no está exento de riesgos, por eso, existen ciertas situaciones en las que sea necesario que salgáis del agua, cómo por ejemplo:
- Si se detectan anomalías en la frecuencia cardiaca fetal.
- Si disminuyen las contracciones tras 2 horas de la inmersión.
- Si se evidencia líquido teñido.
- Si se requiere el uso de oxitocina.
- Si tienes fiebre.
Cada hospital o casa de partos tiene sus protocolos por eso, estos criterios, pueden variar de un centro a otro.