Un pediatra nos cuenta lo que debemos saber sobre la vitamina D en el recién nacido

Desde hace ya unos años cuando salimos de la consulta del pediatra en la primera visita del recién nacido salimos con una receta de vitamina D hecha. El pediatra nos dice que tiene administrarse durante el primer año de vida como prevención. Pero ¿qué tipo de prevención y porque se tiene que dar en todos los recién nacidos?
bebé niña

La vitamina D es esencial para poder regular el metabolismo del calcio y del fósforo en sangre, dos minerales fundamentales en el desarrollo de los huesos. Se obtiene fundamentalmente por la síntesis en el propio organismo debido a la exposición solar y una pequeña parte por el aporte a través de los alimentos. 

bebé niña - Getty Images

La falta de vitamina D hace que estos minerales se tengan que extraer directamente del hueso y por tanto pueda aparecer una enfermedad que conocemos como raquitismo. El raquitismo consiste en un debilitamiento de los huesos y por tanto más riesgo de fracturas, deformidades y problemas de crecimiento.

Los recién nacidos no deben estar expuestos al sol por lo que no son capaces de generar esa vitamina D necesaria y su única fuente es la alimentación. Un recién nacido se alimenta de lactancia materna o leche de fórmula, pero la cantidad de vitamina D que contienen ambas no es suficiente para el correcto metabolismo del fósforo y del calcio. 

Es por ello que las recomendaciones actuales van dirigidas a suplementar con vitamina D a todos los recién nacidos desde el nacimiento hasta que cumplen un año de vida. Además, en los meses de invierno se debe aprovechar paseos cortos al aire libre en las horas de más luz natural y en verano se aprovecharán las primeras y últimas horas del día.

Vitamina D  como suplementación 

 

La Academia Americana de Pediatría así como la Asociación Española de Pediatría recomiendan la suplementación con 400 UI/día de vitamina D que se iniciará en los primeros días de vida (no es necesario esperar más allá de los 15 días). En función de las distintas marcas del mercado deberemos seguir las indicaciones que marque el pediatra ya que la concentración es diferente (en algunos casos 2 gotas y en otros hasta 6). 

Podemos encontrar preparados que, además de vitamina D, llevan otras vitaminas asociadas pero no están recomendados ya que la carencia de otras vitaminas es extremadamente rara. Las guías establecen lo siguiente:

  • Alimentados con lactancia materna: suplementación durante todo el primer año de vida.
  • Alimentados con leche de fórmula: suplementación hasta que alcancen un total de un litro de leche diario. Dado que alcanzar un litro diario es poco frecuente desde las consultas se recomienda también mantener la suplementación hasta cumplir un año de vida.

No debemos olvidar que hay que revisar también la alimentación materna en el caso de que la alimentación sea con lactancia materna ya que si es deficitaria en vitamina D deberemos o suplementar a la madre o dar recomendaciones de alimentos ricos en vitamina D (yema de huevo, salmón, caballa, sardinas, lácteos…).

No son frecuentes los efectos secundarios pero cada vez más se están describiendo molestias intestinales por algunos excipientes, de ahí que lo mejor es ofrecer aquellos preparados que sólo contienen vitamina D y no otras vitaminas o minerales. 

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