Lucía Galán, mucho más conocida sobre todo en las redes sociales como “Lucía mi pediatra”, ha recopilado en su último libro algunos de esos mitos sobre la salud física y mental de los niños que recorren las conversaciones desde hace décadas, entre padres y madres en la puerta del colegio o en el parque.
“Los virus no entran por los pies” es el título de su nuevo libro en el que vuelca su experiencia de más de dos décadas ejerciendo la pediatría y en el que entre otras cosas, afirma que sí, que “es cierto que los niños pueden comer de todo, lo que pasa es que no todos los alimentos son igualmente interesantes desde el punto de vista nutricional”.
¿Comer de todo es comer sano?
Ella señala que sí, que los niños y las niñas pueden comer de todo pero lo que va a a ser decisivo para su salud, serán los hábitos de vida y por tanto de alimentación saludable que podamos y sepamos inculcarles.
Lo que importa es lo que compramos en la lista de la compra semanal, lo que tenemos de forma habitual en la despensa y en la nevera, en definitiva, lo que les damos de comer todos los días a nuestras hijas y a nuestros hijos.
Lucía Galán pone el énfasis en la cantidad y la calidad del alimento que ofrecemos a nuestros hijos, ella misma señala la importancia que tiene la forma que alimentamos a los niños, incluso en la primera infancia, ya que “va a tener un impacto muy importante en su salud a medio y a largo plazo.”
Ella hace referencia a la importancia que tiene la alimentación de “los mil primeros días”, algo que ha descubierto la comunidad científica sólo unos años. Se refiere a lo que comen, a cómo se alimentan, las mujeres embarazadas y, tras el parto, lo que se ofrece a los niños como alimento durante sus dos primeros años de vida.
Como se hayan alimentado los niños y las niñas durante este periodo, “va a aumentar o disminuir el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo dos, la hipertensión, la obesidad o el riesgo cardiovascular”, según señala la propia pediatra.
Una alimentación saludable es una forma de prevenir enfermedades no solo en la infancia sino también en durante la etapa adulta, que pueden ser incluso enfermedades mortales.
Es importante, señala esta conocida y premiada pediatra, que los padres y las madres “tengan una cultura nutricional sobre qué alimentos protegen frente a determinadas enfermedades y que alimentos consumidos de forma continuada son perjudiciales.”
Igual que educamos a nuestros hijos para que sean buenas personas, para que desarrollen la empatía y para que tengan una serie de valores, tenemos la responsabilidad de educarles en una alimentación saludable porque “impacta directamente en su salud”.

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