Los días se alargan progresivamente, hay más luz natural, volvemos a cambiar la hora para adaptarnos al horario de verano.
La primavera está a punto de llegar y es una época de cambios y de crecimiento, una etapa en la que podemos hablar de esos temas con nuestros hijos, de una forma sencilla y como por casualidad.
Para eso, siempre nos ayudan obras literarias de lo más diverso, una de nuestras favoritas es El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry porque dentro de su aparente sencillez, encierra importantes reflexiones muy cercanas a la forma de pensar y entender el mundo de las niñas y los niños que tenemos en casa.
Frases llenas de primavera
Llenas de alegría, de amor, de aprendizaje. Frases sencillas con las que tratar temas que a priori pueden resultar complicados.
Un libro tan breve y se calcula que se han vendido más de doscientos millones de ejemplares en todo el mundo. Una lectura tan sencilla que se calcula que se ha traducido a más de trescientos idiomas, lo que demuestra que todo lo que podemos aprender de este libro, nos sirve a todos, grandes y pequeños, vivamos donde vivamos.
Hasta un ballet, varias adaptaciones cinematográficas e incluso teatrales, se han llevado a cabo de El Principito desde que se publicó en Nueva York a principios del siglo XX.
Para escuchar en la gran pantalla o sobre las tablas del escenario, como los personajes se dicen frases tan espléndidas como estas, perfectas para celebrar la primavera y motivar a nuestros hijos a pensar cada una de ellas.
- Es preciso que soporte dos o tres orugas si quiere conocer a las mariposas.
- Si quieres comprender la palabra felicidad tienes que entenderla como recompensa y no como fin.
- Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol.
- Los baobabs comienzan por ser muy pequeñitos.
- Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad
- Pero las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertarse.
- Es muy triste olvidar a un amigo. No todos han tenido un amigo.
- El sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia ellas.
- Lo bello del desierto es que en algún lugar esconde un pozo
- Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos
- Él se enamoró de sus flores y no de sus raíces, y en otoño no supo qué hacer.
- Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás
- Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.
- Es una locura odiar todas las rosas sólo porque una te pinchó.
- Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor

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