Seis citas que encontramos en “Momo” perfectas para hablar con nuestros hijos sobre la vida

Es uno de esos libros que hemos leído cuando éramos nosotros los niños y ahora, lo leemos con nuestros hijos. Momo, de Michael Ende, es un libro perfecto para hablar sobre la vida, sobre lo que importa, sobre lo que conviene entender cuanto antes.
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No es el libro que más frases icónicas haya proporcionado y sin embargo, sí es uno de esos libros que empujan a pensar por cómo trata algunos de esos temas importantes, esos asuntos que a veces se nos escapan.

En Momo se habla del paso del tiempo, de la pérdida del tiempo, de la amistad y su importancia, de la lucha contra el consumismo, de la diferencia entre “ser” y “tener” y de qué deberíamos valorar y cuidar más.

Momo es una novela de fantasía que planta sus raíces en la realidad que vivimos, en nuestro día a día a pesar de que Michael Ende, su autor, la publicara allá por el año 1973.

“El tiempo es vida y la vida reside en el corazón.”

En esta cita se encierra uno de los mensajes centrales y fundamentales de toda la historia. La conexión entre tiempo y calidad de vida, cómo gestionamos nuestro tiempo y de forma indirecta, como gestionamos el de las personas que dependen de nosotros. Cómo las experiencias nos enriquecen y para eso necesitamos disponer del tiempo.

“La prisión más cruel es un sueño que nunca llega.”

Lo importante que es trabajar por conseguir nuestros sueños, nuestras metas teniendo en cuenta que en ocasiones la desilusión por no haber llegado a alcanzarlos puede ser muy dolorosa. De ahí la importancia de vivir el momento, sin dejar de trabajar o esforzarnos pero disfrutando del viaje, de lo que tenemos y de las personas que nos acompañan.

Momo, de Michael Ende

“No hay que malgastar las horas y los minutos. Es posible que no nos demos cuenta pero el tiempo que malgastamos es como el tiempo perdido.”

Esos minutos mirando hipnotizados una pantalla es tiempo que se nos va escapando entre los dedos sin darnos cuenta al cabo de la semana, del mes y del año, año tras año. A lo mejor tendríamos que ser más conscientes de cómo gastamos o invertimos nuestro tiempo, porque son dos formas distintas de vivir.

“Cuando todos tienen razón, alguien tiene que equivocarse.”

A lo mejor es que no todos tienen razón aunque lo crean, a lo mejor es que para que alguien sienta que tiene razón lo que hace es decir que la otra persona está equivocada.

A lo mejor lo más importante no es tener razón sino saber escuchar porque puede ocurrir que los demás no estén de acuerdo con nosotros y al mismo tiempo que ninguno estemos equivocados.

“El tiempo es algo que da cada cual. Si lo empleamos en algo, nos pertenece.”

Nuestras decisiones son importantes, nosotros decidimos en qué empleamos nuestro tiempo, nuestros minutos, nuestras horas. En qué lo empleamos y con quién lo pasamos.

Nuestras decisiones nos llevan a malgastar nuestro tiempo o a invertirlo con personas y actividades que realmente nos reconforten, nos hagan mejores personas y en definitiva, nos acerquen a la felicidad.

“Las cosas más importantes se aprenden en la escuela del barrio.”

A veces jugando o charlando con los amigos es cuando aprendemos grandes lecciones de la vida. A veces lo que tenemos a nuestro alrededor es lo que nos abre los ojos a esos aprendizajes que no están en los libros.

Las emociones solo pueden aprenderse viviéndolas y los sentimientos, sintiéndose. No se pueden aprender unas y otras con apuntes, hay que vivirlos, hay que sentirlos y ser conscientes de ello cuando lo hacemos. La importancia de estar en el momento y en el lugar, con nuestros cinco sentidos a pleno rendimiento.

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