Desde el año 2020 al año 2022, estuvo viviendo solo en casa, de los nueve a los 12 años de edad y nadie pareció darle importancia, hasta que una vecina por fin se decidió a denunciar la situación a la policía local.
Los agentes detuvieron a la madre que había abandonado a su hijo y los servicios sociales por fin se hicieron cargo del menor que llevaba dos años viviendo solo en su casa, pasando frío en invierno y mal comiendo la mayor parte del tiempo. Según el diario local del municipio de Angulema, ahora el menor ha rehecho su vida en una familia de acogida.
Por miedo a la madre
Cada mañana llegaba puntual a la escuela, aseado y lo suficientemente bien vestido como para que ningún profesor sospechara la situación que estaba viviendo.
Estudiaba, no sacaba malas notas y nadie se quiso dar cuenta de que en esa casa solo vivía él. Su madre se había marchado a otro domicilio, a cinco kilómetros y de vez en cuando le llevaba algo para comer, la mayoría de las veces productos enlatados.
Como es lógico pensar, algunos de los vecinos del menor sí sabían que vivía solo, que no había nadie en casa esperándole pero declararon a la televisión francesa que tenían miedo de la madre del niño.
Sabían que el niño cogía comida de algunos vecinos pero no dijeron nada, sabían la situación en la que estaba viviendo.
Tenían el miedo suficiente como para que unos adultos permitieran que un menor siguiera viviendo en una situación de abandono.
El juicio contra la madre del menor se ha celebrado este mes de enero y por eso la noticia ha dejado las cabeceras de los diarios locales para salir incluso fuera de Francia.
Durante el juicio se han conocido algunos de los tristes detalles de la vida diaria de este niño en los dos años que vivió solo en casa. Muchos días sin electricidad y otros muchos sin calefacción.
Según ha relatado él mismo, hubo noches en las que tenía que dormir con más de tres mantas encima para poder entrar en calor dado que no había modo de calentarse en la casa.
Algunos vecinos le daban comida, otros les permitía que "les robara" según mencionó el niño durante el juicio pero la nevera estaba prácticamente vacía la mayor parte del tiempo y así lo testificaron los policías cuando entraron en la vivienda.
Los vecinos le veían asomado a la ventana, con la mirada perdida como ha dicho alguno de ellos en el juicio y sin embargo esperaron dos años para ponerlo en conocimiento de la policía.
Dos navidades completamente solo, dos cumpleaños sin compañía. Dos años de abandono de su madre la primera y de toda la sociedad después, que bajo la excusa del miedo no hizo más que esconder su egoísmo.
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