Qué significa ser un hijo ancla, según una experta en crianza

Mada Guzmán, cofundadora del proyecto  de formación para familias "Desaprendiendo para aprender", aclara a Ser Padres varias cuestiones sobre lo que significa ser un hijo ancla.
zinetmedia_Fotografa_nia_abrazando_a_su_madre_--v_6.1_fdf16e27-2cb9-4f80-9622-010c7be8beef_2
Cuando a un hijo se le convierte en el apoyo emocional de sus padres (hijo ancla) se le arrebata la infancia, advierten los expertos - Eva R. S.

Los niños ancla o los niños bastón son aquellos menores que, debido a diversas circunstancias, se convierten en pilares de apoyo y cuidado dentro de su hogar. La experta en crianza, Mada Guzmán, cofundadora de “Desaprendiendo para aprender”, un proyecto destinado a la formación de de miles de familias cada año en todo lo relativo a la crianza basado en la emoción, nos aclara varias cuestiones sobre los hijos ancla o cuando los niños quedan atrapados en los miedos de los padres.

Por diversas circunstancias, en ocasiones, los niños se convierten en el sostén emocional de sus padres: son los denominados niños ancla o niños bastón. - Getty Images/iStockphoto

Mada Guzmán: “Generalmente, padres y madres llegamos a la crianza en un estado infantilizado, en el que hay cierta resistencia a asumir responsabilidades”

La experta en crianza. Mada Guzmán, cofundadora de “Desaprendiendo para aprender” ha respondido a Ser Padres varias preguntas sobre lo qué significa ser un hijo ancla, qué consecuencias puede tener este síndrome y cómo evitar desarrollarlo con los propios hijos.

¿Qué significa ser un hijo ancla?

"Ser un hijo anclar no deja de ser una manera de etiquetar una situación abusiva que no debería darse en una familia", sostiene Mada Guzmán.

La experta en crianza explica que, a veces podría llegarse ahí por causas que, aparentemente, escapan a la voluntad de los progenitores, pero, en cualquier caso, se está arrebatando a ese hijo su infancia: "Esta etapa debería ser sinónimo de sentirte protegido mientras descubres el mundo, y cuando tienes que pasar tú a ocuparte de la protección de los demás, has dejado de ser niño".

Por eso en Desaprendiendo para aprender, según la fundadora del proyecto,  siempre ponen el foco en estar atentos a las necesidades de cada miembro de la familia: "Si tengo claro qué necesidades tiene mi hijo en cada momento de su vida, será mucho más fácil que no las anule haciéndole cargar con responsabilidades que no les corresponden"

¿De qué forma afecta ser un hijo ancla a la autoestima y qué consecuencias tiene?

Según la cofundadora de "Desaprendiendo para aprender" por mucho que nos hayan contado en las películas románticas, nadie puede hacer feliz a otra persona. Por tanto,  añade, "quienes viven tratando de hacer felices a sus padres por encima de todo, se encontrarán con que por más que hagan, por más que se esfuercen, jamás serán capaces. Siempre faltará algo".

Esto, según esta experta,  va transmitiéndoles un mensaje de incapacidad e insuficiencia permanente que hace que la imagen que tienen de sí mismos vaya devaluándose cada vez más y más.

"Tomar decisiones libres es una de las mayores vitaminas para nuestra autoestima. Sin embargo, sentirte obligado a hacer cosas que en el fondo de ti no es lo que quisieras hacer, tiene justo el efecto contrario".

Guzmán explica que "en Desaprendiendo para Aprender acompañamos a muchas madres  que han olvidado por completo quiénes son, siempre pendientes de agradar a los demás y de poner por delante suya a cualquier persona o situación y que, generalmentem llegan a nosotros cuando ven que el ciclo se está repitiendo y son sus hijos los que empiezan a mostrar esa falta de autoestima".

¿Cómo reconocer si uno/a mismo/a es un hijo o hija ancla?

La experta en crianza responde que, en realidad es cuestión de mirar con detenimiento cómo estás y has estado viviendo tu vida:  "Si te cuesta tomar decisiones que consideras positivas para ti por miedo a que tus padres se enfaden o se pongan tristes, esto ya es un síntoma de que estás cargando, sin darte cuenta, con su propio bienestar y felicidad", dice Guzmán.

La cofundadora anima a preguntarse: "¿Cuántas cosas haces por ellos sin que realmente quieras hacerlo, sintiendo que es una obligación?" y en este sentido añade que  "cuando se te ha hecho cargar con ese peso, puedes sentir que no tienes otra opción que asumirlo". Sin embargo, Guzmán afirma:  "Quizás en tu infancia fue verdad, pero de mayor ya no estás atrapado. Puedes salir de ahí si te atreves a priorizar tu bienestar (y el de tus hijos) primero".

Conviene darse cuenta de las necesidades que tienen los niños en cada etapa, para no cargarles con responsabilidades que no les corresponden, advierten los expertos. - Getty Images

¿Cómo evitar desarrollar el síndrome del hijo ancla con los propios hijos?

Dice Mada Guzmán que desde Desaprendiendo para Aprender ponen mucho énfasis en que como padres y madres ocupemos el lugar que realmente nos corresponde dentro de la familia: "Generalmente padres y madres llegamos a la crianza en un estado vital muy infantilizado, en el que hay cierta resistencia a asumir responsabilidades. Esto lo vemos continuamente con situaciones en las que los padres y madres quieren que sus hijos cambien su conducta cuando son ellos los que están propiciando inconscientemente, ese tipo de reacciones en sus hijos".

En este sentido, la experta en crianza añade que "darnos cuenta del poder que tenemos para transformar la mala relación con los niños y niñas es vital para ocupar ese lugar y dejar de delegar en ellos nuestro propio bienestar"

Muchas veces, añade,  este proceso pasa por revisar, como mencionaba antes, si nosotros mismos estamos cargando lastres que no nos corresponden ya que al final la mayor educación que damos a nuestros hijos e hijas es a través del ejemplo: "Según cómo vivamos la relación con nuestros padres, estaremos mostrando a nuestros hijos cómo vivir su relación con nosotros", sostiene, por último, Guzmán.

TAMBIÉN LEE:

Recomendamos en

Por qué el juego es la clave olvidada para aprender música desde la infancia: un elefante llamado Zolfa guía a los más pequeños

Mientras muchos métodos musicales siguen apostando por la repetición y la técnica desde edades tempranas, una nueva generación de propuestas pedagógicas recupera lo esencial: jugar, imaginar y emocionarse. Entre ellas, destaca un proyecto que convierte cada lección de piano en una aventura: Zolfa, un elefante azul que enseña con cuentos, partituras y mucha empatía.
  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar