Leer y regalar cuentos, descubrir y compartir historias, es una de las características que tiene el ser humano desde que vivíamos en las cavernas.
A través de las historias y de los cuentos, se educaba a la tribu, se enseñaban valores y conceptos y poco a poco se fueron convirtiendo en leyendas, en fábulas y en mitos.
Cada cultura, a lo largo de los siglos ha ido dando forma a todo un legado en forma de cuentos iniciáticos. Para el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, existen unas imágenes arquetípicas que se pueden encontrar en todas las culturas y tradiciones, aunque no hayan tenido contacto entre sí.
En Europa, los hermanos Grimm y Hans Christian Andersen son los autores de algunos de los cuentos que más hemos leído a través de distintas generaciones aunque realmente, todos ellos se encargaron de recoger los cuentos orales, los relatos que se contaban en distintos lugares y transformarlos tal y como los conocemos ahora.
Pero es que además, los cuentos nos ayudan a identificar y a nombrar las emociones que sentimos y nos inspiran porque nos muestran un mundo en el que prácticamente todo es posible y donde se valora el ingenio, la bondad y la sabiduría.
Gianni Rodari decía que “el cuento de hadas es el lugar de todas las hipótesis”, para los más pequeños son sin duda relatos transformadores pero para los adultos también lo son.

La buena costumbre de regalar cuentos
Cuentos o libros en general, en Islandia es una costumbre muy arraigada precisamente en estos días. La tradición completa es regalar libros y pasar la Nochebuena leyendo solos o en familia y con la compañía de una taza de chocolate caliente.
El nombre de este hábito tan saludable es Jólabókaflód y su traducción al español es algo así como “avalancha de libros por Navidad”. Los días 24 y 25 de diciembre hay que regalar y leer libros si estás en Islandia desde la II Guerra Mundial, cuando lo único que no se racionó en el país fue el papel, al escasear otros suministros los finlandeses coincidieron en regalas libros y de ahí esta maravillosa tradición llena de cuentos, imaginación y grandes lecturas.
O escribir su propio cuento
Es otra opción interesante, independientemente de la edad que se tenga. Es una terapia para muchas personas y una manera de “curar” emociones, es una forma de terapia muy recomendada.
Los pasos más habituales son muy sencillos y podemos proponérselos a nuestros hijos para que sean ellos los que creen su propio cuento esta Navidad.
Es importante lo primero, encontrar el tema del cuento y después cuál va a ser el conflicto, qué es lo que necesitas expresar y resolver, sobre ello es sobre lo que puedes escribir tu propia historia.
Una vez escrita la historia, puede ser interesante que la lean en voz alta. Si el relato es breve habrán escrito un cuento y si se puede ir ampliando la narración ¿quién sabe si no estás ante el primero de los libros que escriba?

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