Las tradicionales croquetas como herramienta educativa con los niños, un método sabroso y eficaz

No lo vimos venir y sin embargo, los aplausos que han recibido unos padres por darles una lección a sus hijas a través de unas modestas y deliciosas croquetas ha sido prácticamente unánime.
niño sorpresa

Educar a los niños es una labor diaria, continua y constante. No se puede dejar de educar cuando tienes hijos, cada gesto, cada decisión que tomas como adulto forma parte del ejemplo que aprenden de nosotros.

Por eso a veces, las lecciones que mejor se aprenden y más rápido se enseñan, suelen estar delante de nuestros ojos y un día, casi sin pensar, las ponemos en práctica. 

Algo así debió ocurrir en casa de una familia, una noche, justo antes de la cena para que unos padres decidieran que este era el mejor método para enseñar a sus hijas a ser más respetuosas.

Las croquetas más educativas

“Les hemos enseñado lo que es educación y respeto” afirmaba en su perfil de X y con esa frase acompañaba la fotografía de un plato en el que se podía deducir que había habido al menos una docena de croquetas.

Como una noche más se disponían a preparar la cena para los cuatro miembros de la familia, dos adultos y sus dos hijas de 13 y 17 años respectivamente.

Ya está la mesa puesta, ya están los padres sentados a la mesa y ya han llamado a sus hijas sin haber obtenido la reacción esperada, que es que ellas dos se unieran a la mesa para poder cenar los cuatro juntos.

Esperaron un tiempo más o menos prudencial, el tiempo habitual, pero las niñas no acudían a las llamadas así que las opciones eran enfadarse o darles una lección. Optaron por la segunda.

Cada vez que tenían que volver a llamarlas para que dejaran lo que estuvieran haciendo y se unieran a la cena familiar, los padres se comían una croqueta cada uno. Así hasta que las niñas se quedaron sin croquetas para la cena.

“Aquí había 12 croquetas, pero cada vez que llamábamos a las niñas para cenar y pasaban dos minutos sin que vinieran, mi mujer y yo nos comíamos una cada uno.”

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Aplauso generalizado

“Hemos estado así hasta que nos hemos comido todas. Les hemos enseñado educación y respeto”, añadía este usuario en su tuit.

Las reacciones de sus seguidores han ido llegando progresivamente y aunque ha habido quien le ha afeado dejar a sus hijas sin croquetas (que no sin cenar porque había más opciones, según comentó el propio usuario), la mayoría han aplaudido la idea (“Bien hecho. Si hay algo que he llegado a odiar como madre es el “ya voy” y el “estoy yendo””). 

Incluso ha habido quien la ha recogido como una inspiración (“No me disgusta. Igual lo pruebo con mi hija cuando crezca”).

Más allá de la anécdota y el método utilizado, la gran mayoría de los usuarios que la han leído han comentado que es una situación muy frecuente en la mayoría de los hogares, sobre todo con hijos e hijas en torno a esas edades y con la que tanto padres como madres, nos sentimos muy identificados.

¿Quién puede resistirse a unas deliciosas croquetas? - Pexels

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