Consigue que tu hijo aprenda a ser más ordenado y encima sin tener que regañarle, poniendo en marcha en casa el método Kaizen, un método japonés que no solo funciona con los niños sino que pueden implementar también los adultos y así, además, dar ejemplo.
Es verdad que cuando nuestros hijos son pequeños tenemos una tendencia natural a ser tolerantes con su pereza y vaguería, pero es inevitable que llegue un momento, suele ser cuando se va acercando la adolescencia, que la pereza o el tedio les invade y es mejor que sepan cómo salir de ahí cuanto antes.
Para eso, el método Kaizen ha demostrado su eficacia durante años en el país nipón. Se trata de una metodología con la que los niños aprenden de una forma sencilla e incluso hasta divertida, a ser más organizados, más ordenados y no solo con sus objetos habituales, sino en general con su vida.
Pequeños pasos
Kaizen es una palabra de origen japonés que se compone de dos sinogramas que significan “bueno” y “cambio”, unidas vienen a significar “sabiduría para cambiar” y es considerada una técnica con la que se aprende a superar la pereza pero también la apatía que a veces puede ser incluso más preocupante.
Se plantea como una forma de mejora continua a través de pequeñas y constantes acciones que al irse acumulando, nos producen grandes beneficios a largo plazo. En esencia es la búsqueda permanente de una mejora continua, por eso son pequeñas acciones y por eso es más una filosofía que un comportamiento puntual. Se trata de crear un hábito que nos acompañe de forma natural durante toda la vida y enseñárselo a nuestros hijos.
Algunos autores también llaman a este método como “el principio del minuto” precisamente por basarse en pequeños pasos, con los que motivar a la acción.
Ha demostrado su eficacia con los niños porque ellos lo ven como un juego y lo interiorizan rápidamente. Para un niño o una niña, es divertido correr contra el reloj y les provoca una sensación de superación conseguir terminar una tarea en el tiempo esperado.
Por eso empezamos destinando un minuto a una tarea, no hace falta más para ir creando un hábito que sea fácil de mantener en el tiempo y que interioricemos de una forma natural.
Cómo ponerlo en marcha
Lo primero es buscar esa tarea que nuestros hijo pueda realizar todos los días a la misma hora y hablarlo con él o con ella, explicándoles que sólo hay un minuto para terminarla cada día.
Lo importante es la constancia porque la técnica no puede ser más sencilla, la finalidad es la de crear una rutina sencilla hasta que llega un día en el que el niño realiza esta actividad sin necesidad de que nadie se la recuerde.
Es importante que la tarea sea la misma todos los días, se realice en el horario marcado para ella y no cada día en uno distinto, no se debe aumentar el tiempo para la tarea hasta que no se vean resultados de que el proceso está funcionando. Esas serían las reglas básicas que conviene respetar si queremos que el Método Kaizen funcione y nuestros hijos aprendan a ser ordenados de forma natural.
Algunas de las tareas que podemos pedir a nuestros hijos que realicen en un minuto para aprender a ser más ordenados y dependiendo de la edad que tengan, podrían ser:
- Poner la mesa para la cena cada día
- Retirar la mesa después de cenar
- Ordenar la ropa de su habitación antes de acostarse
- Guardar los juguetes antes de la cena
- Lavar los platos después de cenar
- Dar de comer a la mascota (si la tenemos)
- Sacar la basura de la cocina después de cenar
No podemos olvidar que los cambios con esta metodología no son rápidos pero sí son duraderos y que no se trata solo de aplicarla a nuestros hijos, podemos dar ejemplo también nosotros, los adultos, aplicándonos algunas de las tareas o propósitos, para realizarlas en un minuto.

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