El método Montessori sigue siendo muy popular en diferentes países y existen muchos educadores que siguen sus principios ya que ha demostrado ser muy útil para potenciar el desarrollo infantil. De hecho, se trata de un método que respeta al niño y potencia su capacidad innata para aprender, así como su autonomía e independencia.
En el método Montessori la exploración, el juego, la manipulación y la curiosidad desempeñan un papel protagonista, por lo que se intenta dar libertad al niño para que exprese sus preferencias y explore el entorno que le rodea. En ese contexto educativo el niño desempeña un papel activo y se convierte en el principal promotor de su aprendizaje. Sin embargo, para aplicar el método Montessori es importante preparar cuidadosamente un ambiente que estimule el aprendizaje.
El papel de los materiales en el método Montessori
El material Montessori ha sido específicamente diseñado para satisfacer los intereses de los niños y adecuarse a su etapa evolutiva. No se trata de juguetes sino de herramientas que estimulan el conocimiento, la creatividad y el pensamiento abstracto, además de desarrollar la motricidad fina.
De hecho, estos materiales estimulan el juego sensorial, que durante los primeros años de vida es esencial para establecer y reforzar nuevas conexiones neuronales que se conviertan en la base de los aprendizajes posteriores. Además, la manipulación de objetos perfecciona los movimientos musculares necesarios para aprender a escribir.
Los juegos de manipulación también son una ventana a través de la cual los niños acceden al mundo más complejo de los conceptos, de manera que se convierten en una herramienta más para comprender el entorno a través de los sentidos. También les ayudan a conectar con otros niños, de manera que son una oportunidad para desarrollar habilidades sociales más complejas.

Sin embargo, los materiales Montessori deben cumplir una serie de requisitos:
- Adecuados al tamaño del niño, de manera que pueda manipularlos cómodamente.
- Elaborados preferentemente de materiales naturales como la madera, o la lana.
- Cada material trabaja una sola habilidad, por tanto no pueden tener demasiados estímulos (como esos cubos que tienen números, colores, dibujos, animales...).
- Sensoriales, ya que los niños aprenden fundamentalmente a través de los sentidos durante los primeros años de vida.
- Lúdicos, ya que así los niños se divierten mientras adquieren nuevos conocimientos o habilidades.
- Progresivos y versátiles, de manera que los niños puedan utilizarlos de diferentes maneras según vayan creciendo, aumentando siempre el grado de complejidad.
- Sin luces ni sonidos (nada que lleve pilas está considerado Montessori).
Tableros Montessori para niños
Lo primero, hay que aclarar que los tableros de actividades no serían Montessori si seguimos la clasificación anterior, porque no trabajan una sola actividad, sino varias, y no promueven la atención de los niños al tener demasiados estímulos. Por tanto, para elegir un tablero, mejor que entrene una sola habilidad, como estos:
- Tablero para atar cordones. Una forma de aprender esta habilidad de psicomotricidad fina.
- Tablero de pestillos. Un tablero de madera con pestillos diferentes
- Tablero de puertas. Con puertas numeradas para que los niños pueden abrir y descubrir lo que hay detrás de cada una de ellas.
- Tablero con cerraduras. Este tablero es perfecto para los niños a partir de los 4 años de edad. Se trata de intentar abrir las cerraduras para descubrir lo que esconden.
Aquellos tableros que incluyen una gran cantidad de accesorios (reloj, días de la semana, cremalleras, cordones, laberintos, botones...) no seguirían la metodología Montessori.