La familia es el primer contacto que tienen los niños y niñas desde que nacen. En este entorno aprenden a hablar, a caminar, descubren diferentes emociones y socializan con las personas que forman su familia. En esta etapa infantil que comprende aproximadamente desde el nacimiento hasta los 3 años que generalmente comienzan a acudir al centro escolar, la familia se convierte en el círculo más cercano en el que desarrollan habilidades sociales como el saludo, la comprensión de preguntas básicas (¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes?) o la empatía, entre otros muchos aspectos.
Estos primeros años involucrados únicamente en su entorno más cercano sirven de “entrenamiento” para todo lo que supone vivir en sociedad y que empezarán a experimentar, primordialmente, en la escuela infantil o centro escolar. Por ello, es importante estimularles desde pequeños, mostrándoles una realidad a la que harán frente más adelante: deben aprender a negociar, a empatizar con su grupo de iguales, ceder y dar su brazo a torcer en ciertos momentos, etc.
Por todo ello, igual que desde bien pequeños la familias esfuerza en marcar ciertos límites y en hacer entender a los pequeños que hay momento y lugar estipulados para comer, dormir o leer, creemos que resulta esencial ofrecerles también un lugar en el que puedan jugar libremente, siendo este un espacio seguro de confianza para ellos.
La importancia del juego en el desarrollo de los niños y niñas
Como hemos explicado anteriormente, el juego tiene un papel muy importante en el desarrollo integral de las personas desde que nacen. Los primeros juegos que compartimos cuando son bebés suelen ser más bien físicos: cucú-tras, pedorretas, cosquillas, imitación de sonidos… de modo que se comienza a trabajar aspectos como la imitación, la sonrisa social y la interacción con diferentes personas. Una vez que van pasando los años, su forma de relacionarse con los demás va cambiando a medida que los mismos van madurando, ya no se centran tanto en su entorno familiar si no que su círculo de interacción es cada vez más amplio.
En los primeros años de vida los niños y niñas aprenden por imitación, por eso, resulta muy importante trabajar con ellos este aspecto. A través del juego simbólico y el juego funcional recrean situaciones de la vida diaria como comer, dormir o jugar, lo cual les permite desarrollar la expresión de sus emociones, la empatía con otras personas y el juego compartido.
Por todo ello, resulta muy importante permitirles tener momentos de ocio y si es posible, involucrarnos en su propio juego. A continuación, la psicopedagoga Laura Zarca os deja diferentes opciones para crear un espacio de juegos seguro y que puedes ir adaptando según la edad de tus peques.
Crea el espacio de juegos perfecto
Lo primordial a la hora de diseñar un rincón de juegos para tu peque es tener en cuenta aspectos como su edad o sus intereses, garantizando siempre que sea un espacio seguro. Por eso, con la siguiente barrera te permitirá delimitar un espacio concreto en el que tu peque podrá jugar libremente.
Se trata de un producto firme y resistente que te vendrá especialmente bien si tienes bebés que están justamente en esa etapa de descubrir el mundo gateando o caminando. Se trata de una barrera muy versátil que podrás colocar de diferentes formas en función del espacio del que dispongas.
Para complementar este espacio de juegos, os dejamos a continuación una alfombra que puedes colocar a modo de puzle. Son piezas blandas, por lo que disminuirán el impacto si tus hijos sufren alguna caída. Puedes optar por el pack de 8 piezas situ estancia es más bien pequeña o por el pack de 16 si cuentas con un espacio mucho más grande.
Otras opciones para un espacio de juegos
Os dejamos diversas alternativas con las que podrás diseñar el espacio de juegos perfecto. La que verás a continuación cuenta con colores más vivos y su precio es similar al que os mostramos anteriormente.
Por último, podéis optar también por un diseño infantil que cuenta con dos modelos y colores diferentes.
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