Porque no se quieren ir del parque, porque quieren comprarse un juguete, porque no quieren ir al colegio, porque quieren ir a casa de su primo o porque quieren comer más chocolate…hay mil y un motivos por los que un niño puede enfadarse. Según la educadora social e investigadora de neurociencia, Tania García, lo primero que los padres tienen que hacer para que puedan enseñar a sus hijos a controlar la ira es comprender a los niños y acompañarlos en su emoción: “Hay que aprender a ver el enfado de nuestros hijos como un amigo al que comprender y no como un enemigo al que abatir”, afirma esta experta.
La educadora social imparte talleres a familias y profesionales basándose en una educación emocional que tiene en cuenta las necesidades cerebrales de la infancia y adolescencia. Además, es autora de varios libros como “Educar sin perder los nervios”, “¿Qué necesito cuándo me enfado?” o “¿De qué está hecho el amor?”. García explica en su cuenta de instagram (@taniagarcia_educadora) los cinco errores que suelen cometer los padres cuando los niños y niñas están enfadados. Te los contamos a continuación, pues evitarlos ayudará a tu hijo o a tu hija la próxima vez que se enfade.

Cinco errores que suelen cometer los padres cuando sus hijos o hijas se enfadan
Tania García explica en la red social Instagram los principales errores que hay que evitar cuando un niño o una niña se enfada:
1.Querer que dejen de estar enfadados
El primer error es poner el foco en que dejen de estar enfadados o que dejen de experimentar esa emoción. “Queremos que se calmen y queremos que dejen de estar enfadados de forma inemdiata. Esto es un error porque el foco debe estar puesto en acompañar la emoción en sí, sin tener prisa. De manera pausada, con ternura, con ética, con amabilidad, con tolerancia, con comprensión, pero no tener prisa en que se pase este enfado”.
En este sentido, nosotros apuntamos el truco de Álvaro Bilbao para que los niños aprendan a sobrellevar emociones negativas como el enfado.
2.Enfadarnos nosotros
Otro error que suelen cometer los padres cuando sus hjos se enfadan, según Tania García es enfadarse ellos también. “Lo primero que hacemos es llenarnos de enfado, de rabia, de frustración… y querer que cesen en sus enfados, en sus emociones. Esto lo único que demuestra es que hemos sido educados en una nula educación emocional, que tenemos poco autoconocimiento y que tenemos una inmadurez emocional y por tanto, debemos trabajar en el conocimiento de nuestras propias emociones y en el conocimiento también de las verdaderas emociones y necesidades del cerebro infantil y adolescente.”
3.Hacer un juicio de valor por el motivo por el que está enfadado o enfadada
Según la misma experta, los padres casi nunca van a compartir el motivo por el que su hijo o su hija se enfada porque una cosa es el mundo infantil o adolescente y otra es el mundo adulto: “Piensa y acepta que casi nunca vas a estar de acuerdo y no tienes que hacer ni un juicio, ni una crítica de su motivo”, aconseja García.
4.Creer que se están expresando de esa manera para dañarte o manipularte
Conviene tener claro que los niños no se enfadan como estrategia para manipularte, para dañarte o para hacerte pasar vergüenza: “Los niños y niñas se expresan de esta forma porque así lo necesita su cerebro y no hay un raciocinio, no hay un razonamiento, no hay detrás una estrategia, no lo hacen para dañarte o para hacerte pasar vergüenza” ¿Qué es lo que necesita el niño en este momento? “Comprensión y ética por tu parte”.
5.Mantener la distancia y esperar a que se le pase
Lo que hay que hacer, según García, es acompañar a los hijos desde el primer minuto de su enfado: “Desde el primer segundo tienes que ponerte a su lado, estando a su altura, con palabras cariñosas, de comprensión, de ternura, de amabilidad para que, realmente, conecten con sus propias emociones y te ayuden, además, a conectar con las tuyas propias”
La técnica del semáforo rojo que recomienda Daniel Goleman para que los niños aprendan a controlar la ira
El psicólogo de la Universidad de Harvard y experto en inteligencia emocional, Daniel Goleman afirma que existen excelentes métodos que ayudan a los niños a mantener la calma cuando se enfadan y que como padres se les puede enseñar como, por ejemplo, técnicas de respiración o el método del semáforo en rojo.
Este método se utiliza en muchos colegios y puede aplicarse también en casa, dice el experto y así lo explica: "Consiste en pensar en un semáforo cuando uno esta muy enfadado. Si te enfadas mucho el semáforo está en rojo: tienes que parar, intentar calmarte y ver qué opciones puedes realizar y qué pasaría con cada una. (Si el niño se enfada, por ejemplo, porque su compañero le ha cogido el lápiz, tendría que parar y preguntarse: ¿es mejor pegar o intentar hablar con mi compañero para solucionarlo o decírselo a la profe?). En el semáforo naranja: se analiza qué ayudaría y qué no ayudaría. Pegar no ayudaría en nada, desde luego. Entonces, cuando se tiene claro, el semáforo ya se pondría en verde y el niño podría actuar en función de la decisión que haya tomado”.

"El Principito. Tu libro de las emociones", un recurso para que los niños aprendan a reconocer emociones como el enfado y la calma
Es importante que los niños aprendan a reconocer sus emociones y a identificarlas cuando las sienten. Como explican los expertos, no hay emociones buenas, ni malas y todas son igual de necesarias. Además, la literatura influye en la inteligencia emocional de los niños, según la experta de Harvard, Margaret Andrews.
En este sentido, en el mercado puedes encontrar una gran variedad de libros sobre educación emocional. Uno de ellos es “El Principito. Tu libro de emociones”. En él la autora Corinne Delporte explica a los más pequeños en qué consisten todas y cada una de sus emociones. Puedes utilizarlo como recurso para gestionar el próximo enfado de tu hijo.
Como hace Delporte explícale a tu pequeño que “la rabia es una emoción desagradable. Cuando sientes rabia, es difícil mantener la calma. Tienes ganas de gritar y quizá te cueste controlarte. La rabia puede hacer que te quemen las mejillas y que te sientas como un volcán a punto de entrar en erupción”.
En cambio, como señala Delporte en el mismo libro “te sientes en calma cuando tu mente está en paz. La calma te hace sentir ligero, como si pudieras volar. Cuando estás en calma, todo parece fluir y respiras con facilidad. Te relajas”.
Al final del día, apunta Delporte, a El Principito le gusta mirar las puestas de sol para relajarse. Puedes preguntar a tu hijo, qué es lo que a él le hace sentir calma y reflexionar juntos sobre posibles acciones que se pueden realizar para combatir los nervios: respirar profundamente, beber un vaso de agua, dar un paseo…
También puedes probar a que tu hijo ponga en práctica el ejercito que la autora recomienda para que los más pequeños puedan encontrar la calma cuando se enfadan:
Deporte recomienda a sus pequeños lectores:“Siéntate en una posición cómoda y cierra los ojos. Relaja el cuerpo e inhala profundamente hasta que el aire te llene el estómago. Exhala despacio por la boca. Mientras sigues respirando profundamente haz movimientos delicados en el aire con las manos, como si estuvieras acariciando la lana de un cordero y notando sus rizos bajo sus dedos. Cuando te sientas calmado, relaja los brazos y abre los ojos”.
Por último, te aconsejamos leer junto a tu hijo las siguientes frases de el Principito para que los niños aprendan a reconocer el significado de sus enfados.
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