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El vaginismo no es un problema psicológico: ¿por qué se produce y cómo se puede tratar?

Es una disfunción que sigue estando silenciada y que ha sido muy asociada a causas psicológicas. ¿Cuáles son las verdaderas razones por las que se produce? ¿Es efectivo su tratamiento? Te contamos algunos consejos para tratarlo y superarlo.

Sentirse frustrada, deprimida, culpable, con baja autoestima o incluso, en algunos casos, evitar tener muestras de cariño con su pareja o el miedo al embarazo. Son sentimientos con los que muchas mujeres se identifican. Especialmente, aquellas que se sienten así porque se ven afectadas por el vaginismo, en concreto, un 12% de mujeres españolas, según datos de la Sociedad Española de Medicina General.

El vaginismo es una patología que debido a la contracción involuntaria e inconsciente de los músculos perivaginales, impide mantener relaciones sexuales con penetración. Lo que a su vez deriva en problemas de la dinámica sexual y, ligado a ellos, también afecta a la hora de concebir de manera natural, por lo que muchas parejas optan por tratamientos de fecundación asistida.

A pesar de que este sigue siendo un tema tabú, ya que es una disfunción que generalmente ha quedado silenciada y al margen por vergüenza o miedo, lo cierto es que cada vez son más las mujeres que buscan una solución para combatirla. Tradicionalmente, el origen del vaginismo se ha asociado a causas psicológicas, sin embargo, estudios recientes apuntan que la hiperactividad del suelo pélvico y la sensibilización del sistema central son las principales causas del problema.

Casi un 100% de casos supera con éxito el tratamiento

Por fortuna, se trata de una de las disfunciones del suelo pélvico que mejor responde al tratamiento y, tanto es así que los porcentajes de superación total llegan casi al 100%. Para conseguir tratarlo con los resultados más deseables, lo mejor es acudir a especialistas dedicados a ello.

“Mi recomendación a las mujeres que padecen dolor y por lo tanto no pueden mantener relaciones sexuales con penetración, insertarse un tampón o incluso acudir a hacerse exploraciones ginecológicas, es buscar la ayuda de un equipo multidisciplinar especializado en disfunciones sexuales”, asegura Laura Rojas, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y cofundadora de En Suelo Firme, la primera comunidad y plataforma eCommerce especializada en suelo pélvico.

Tal y como explica la experta, ginecólogos, fisioterapeutas especializados en suelo pélvico, sexólogos y psicólogos, son profesionales clave para abordarlo de forma integral.

5 consejos para superar el vaginismo

Las mujeres que conviven con este trastorno pueden haberlo sufrido desde siempre o después de pasar por algunas situaciones, por ejemplo, una experiencia traumática, -como una violación o abuso sexual-, al llegar a la menopausia o tras padecer otras patologías como endometriosis o tener un tumor.

“En muchas ocasiones no existe ningún hecho traumático anterior y las mujeres no encuentran respuesta al porqué de su dolor. Hoy sabemos que el dolor es real, y entre otros factores, se debe a un proceso disfuncional del sistema nervioso central por el que se altera el umbral del dolor”, comenta Laura Rojas de En suelo firme.

Por eso, independientemente del tipo, grado o intensidad, la especialista nos da 5 consejos para tratarlo:

1) Reconocer y validar que se padece dolor

Es fundamental para comenzar con el tratamiento, hacer saber a la mujer que el dolor existe. Para ello, lo mejor es proporcionarle la información necesaria para que entienda todo lo que implica ese dolor y los factores que lo prolongan, por ejemplo, el estrés, la ansiedad o el bajo nivel de autoestima, entre otros.

2) Conocerse a sí misma

En una gran mayoría de casos, la falta de educación sexual y el desconocimiento de la anatomía femenina impiden la correcta identificación de los músculos del suelo pélvico, lo que imposibilita un correcto cuidado de este. Para corregir esto, es conveniente comenzar con la autoexploración de los genitales frente a un espejo, localizando las diferentes estructuras y así poder masajear la musculatura perineal.

3) Aprender a ejercitar el suelo pélvico

Es importante conocer cómo ejercitarlo, ya que, al hacerlo de manera apropiada, lo que se siente es una contracción que cierra y eleva hacia adentro y hacia arriba todas las aberturas del periné, es decir, la uretra, la vagina y el ano. Esto no tiene nada que ver con el movimiento de glúteos o abdominales como a veces se muestra, ni tampoco todo se soluciona con los ejercicios de Kegel, que no son recomendables para tratar el vaginismo, por lo menos en fases iniciales.

Las que sí pueden ayudar a tomar conciencia de la musculatura de la zona de los músculos del suelo pélvico son las técnicas de contracción-relajación, ya que lograremos así relajar y disminuir el tono hiperactivo de esta. Además, las respiraciones diafragmáticas también ayudan a reconectar y calmar el periné.

4) Buscar atención profesional y personalizada

Acudir a expertos para conocer los motivos psíquicos y emocionales por los que una persona asocia el sexo con una experiencia negativa es fundamental. Al mismo tiempo que también lo es conocer la anatomía corporal y su funcionamiento de la mano de un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico y/o fisiosexólogo. De esta forma, sabremos cómo recurrir a técnicas de inserción y dilatación gradual con la ayuda de dilatadores vaginales, masajes perineales, ejercicios respiratorios o estiramientos musculares.

5) Implicar a la pareja 

Un aspecto muy significativo es tener confianza con la pareja para así tener relaciones sexuales saludables y placenteras. Por ello, es aconsejable, si la mujer lo desea, implicar a la pareja en el tratamiento para que pueda ayudar a continuar la terapia en casa, al ritmo que marque la propia paciente. De esta manera, irá adquiriendo habilidades y técnicas de relajación y control sobre los músculos de su suelo pélvico.

Desde En Suelo Firme aconsejan tomar medidas bajo prescripción profesional. Siguiendo las recomendaciones de un especialista se utilizarán los elementos que más y mejor interesen, así como los ejercicios más acordes. Asistir a una unidad especializada en suelo pélvico también es lo más recomendable para obtener un diagnóstico y un tratamiento preciso. Y todo buscando el principal objetivo, evitar este trastorno que sigue afectando a tantas mujeres.

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