Según los datos que publican y con los que trabajan en la OMS (Organización Mundial de la Salud) pasamos gran parte de nuestro tiempo rodeados de tecnología y el 90% de nuestro día a día, lo vivimos en interiores lo que nos produce el conocido Trastorno por déficit de Naturaleza (TDN).
Elsa Punset añade a esta realidad que de una forma quizás demasiado brusca, los seres humanos “nos hemos apartado de los ritmos naturales del cerebro humano. Y esto tiene un precio alto” fundamentalmente en nuestra salud mental.
Hiperconectados e “hiper solos”
Es una de las paradojas que señala Elsa Punset, estamos viviendo en una realidad en la que “las redes sociales y las nuevas tecnologías, para bien y para mal, tienen un impacto fortísimo en nuestra salud mental” y tanto a adultos como a niños, jóvenes y adolescentes, nos está pasando que aun estando “más conectados que nunca, nos sentimos más solos que nunca.”
Ella lo achaca al hecho innegable de que nos hemos apartado de los ritmos naturales del cerebro humano “que son los del resto de la naturaleza” y eso hace que tengamos problemas anímicos, emocionales, psicológicos e incluso sociales.
Realmente somos la primera generación de seres humanos que vive “en este mundo virtual, digital, constantemente asediados por información y estímulos”, según plantea Elsa Punset en numerosas de sus charlas.
Ansiedad y entretenimiento
Según comenta en sus charlas Elsa Punset, la realidad que nos rodea, la realidad en la que estamos viviendo adultos y niños, es la de “una vida entretenida, pero que ignora algunas de nuestras necesidades más humanas”, las relaciones sociales cara a cara, la conexión, la empatía, la necesidad de descansar, el respeto a nuestros ritmos naturales y todo eso que nos falta “genera ansiedad, estrés, la sensación de que todo está descontrolado, de que hemos perdido la dimensión humana.”
La hiperconexión, el hecho de estar la mayor parte del tiempo entretenidos como observadores, a través de una pantalla y en espacios cerrados no nos está beneficiando en ningún aspecto. La Asociación Española de Pediatría ha encontrado que el 75% de la población de los 7 a los 17 años presenta déficit de contacto con la naturaleza, lo que está repercutiendo negativamente en su salud física, mental y emocional.
Un poco de mesura
No se trata de sacar la tecnología de nuestras vidas, plantea Elsa Punset, entre otras cosas porque sería absolutamente imposible conseguirlo. Ella plantea “aprender a ser más humanos” aprender a disfrutar también cuando no se hace nada en concreto o nada productivo porque “allí crece la creatividad”, según explica ella misma.
Aboga por volver a conectar con otras personas, a disfrutar de la naturaleza, a volver a recuperar algunos momentos para cocinar despacio, sin prisas. Elsa Punset nos anima a plantar árboles o cuidar un pequeño jardín para disfrutar con nuestros hijos por ejemplo, como una medida de reconectar con la naturaleza y de volvernos de nuevo, un poco más humanos.
Desde hace años, en Japón se viene estudiando el efecto que tiene en la salud de la población los llamados "baños de bosque" consistentes en salir a caminar por el bosque de una manera consciente y tranquila.
Pedagogos como Francesco Tonucci también abogaban por buscar en la naturaleza las herramientas con las que enseñar y aprender, una de sus frases más conocidas es aquella que dice que: "El barro es el príncipe de los juguetes", en la que pone en valor lo que ofrece la naturaleza para el desarrollo de la imaginación, la creatividad y el aprendizaje de los niños.

TAMBIÉN LEE: