Siete ideas para jugar en casa ahora que los niños tienen las tardes libres

Porque jugar no consiste únicamente en divertirse que ya sería bastante bueno, es que además, jugando el cerebro no deja de crecer y desarrollarse.
Niños jugando

El poder del juego va más allá de la diversión que ya sería una razón poderosa, el juego implica aprendizaje y cuanto menor es el niño mayor es el aprendizaje, porque durante los tres primeros años de vida, el cerebro humano se desarrolla más rápido que en cualquier otro momento a lo largo de la vida.

El juego refuerza la salud mental del niño. Los niños y las niñas están explorando el mundo cuando juegan y no dejan de adquirir competencias fundamentales que les van a aportar beneficios y aprendizajes. 

El Dr. Jack Shonkoff de la Universidad de Harvard afirma que lo más importante que un padre o una madre puede hacer para fomentar el desarrollo cerebral de su hijo o hija es es mantener una interacción de “dar y recibir”, es decir, cuando el bebé hace un gesto, el adulto lo aprecia, lo interpreta y devuelve una respuesta a modo de juego que es vital para el desarrollo saludable del bebé.

Menos juego, menos listos

Para el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, podemos estar ante la primera generación que va a ser “la primera en la que el cociente intelectual de los hijos sea inferior al de los padres” por culpa de la falta de juego en las primeras etapas de la vida.

Los niños pasan demasiado tiempo pegados a la pantalla, de ordenadores, de smartphones, de tablets, de televisores y se centran menos en la comunicación cara a cara con iguales, con otros niños.

Álvaro Bilbao, comentaba en su perfil de Instagram donde leen sus consejos y reflexiones más de un millón de seguidores, que tradicionalmente los hijos y las hijas, hemos sido más inteligentes que nuestros padres y estos a su vez, eran más inteligentes que nuestros abuelos. 

Sin embargo, la generación de nuestros hijos “pasan más tiempo en las pantallas, leen menos y tienen menos tiempo de comunicación entre ellos” porque pasan menos tiempo jugando con amigos, compañeros, vecinos.

La IA ha llegado a la sala de juegos incluso pero nuestros hijos han dejado de salir a la calle a jugar con otros niños, como hacíamos cuando éramos nosotros los niños.

Juegan menos de lo que deberían, juegan menos con iguales de lo que lo hacíamos nosotros a su edad y eso está influyendo negativamente en el desarrollo de su cerebro y por tanto, en su inteligencia.

Siete ideas para jugar cada tarde

Ahora que los niños y las niñas tienen las tardes libres y que se acercan las vacaciones, es un buen momento para recuperar por ejemplo, algunos juegos de tu infancia que puedes enseñar a tus hijos. Para ellos serán una divertida novedad y encima podéis compartir juegos y anécdotas, algo que siempre es una experiencia muy positiva para todos. 

También es interesante tener a mano algunas ideas para jugar toda la familia y dentro de casa, para cuando aprieta el calor y salir a la calle es casi una misión imposible pero no por eso vamos a dejar de jugar.

El caso es despertar su curiosidad, que se diviertan, poner a trabajar su cerebro, que se muevan por la casa haciendo un poco de actividad física, en definitiva que se porten como lo que son: niños y niñas que tienen que descubrir y explorar el entorno en el que viven y crecen.

Buscar el tesoro. La idea es que encuentren un tesoro que hayas escondido en algún lugar de la casa. El tesoro puede ser desde una comida especial a un plan en familia, algo diferente que les sorprenda y que podáis compartir.

Reparte pistas escritas en distintos papeles por diferentes rincones de la casa, escribe las pistas a modo de acertijos para que una les lleve a otra así hasta que encuentren el tesoro.

A partir de los 7-8 años puede ser un juego muy entretenido para pasar la tarde y al mismo tiempo estará trabajando la comprensión lectora y su capacidad para la resolución de conflictos.

Una carrera de aviones. Podemos pegar en el suelo a distintas distancias, tiras de cinta de carrocero para que los niños lancen aviones de papel que ellos mismos tendrán también que construir. En cada trozo de cinta ponemos un valor para que puedan ir puntuando los lanzamientos y se haga más divertido el juego.

El escondite inglés. Es un juego tradicional muy sencillo que consiste en jugar a un escondite en el que no hay que esconderse sino quedarse completamente inmóvil hasta que la persona que “se la liga” vuelve a darnos la espalda para seguir contando.

A quien le pille moviéndose a perdido pero si llega hasta la meta sin que la persona que está contando le pille, habrá ganado el juego.

Vamos a escribir un libro. Vamos a necesitar trocitos de cartón, cartulina, papeles de revistas, pegamento, tijeras, trozos de tela, rotuladores de colores,...

La idea es que recuerden una situación divertida que hayamos vivido juntos en la que ellos se lo pasaran especialmente bien y que la plasmen en su propio libro. Un pequeño libro que ellos mismos se encargarán de construir, con esos recortes de papel y cartulinas, incluso con fotos, con todo lo que necesiten para contar la historia, además de escribirla con sus propias palabras.

Después tendrán que contárnosla a nosotras o por lo menos, describirnos su creación, su libro.

Es una forma de desarrollar su creatividad y de trabajar al mismo tiempo la lectoescritura.

Las tinieblas. Con la luz de la habitación apagada uno de los jugadores tiene que encontrar y reconocer a alguno de los demás jugadores, uno “se la liga” cuando es descubierto, cuando ha sido reconocido.

Podemos sacar de la habitación todo aquello que puede ser peligroso porque pueda caerse o romperse al jugar con la luz apagada.

Una carrera de coches. Si con la cinta de carrocero construimos todo un circuito por el suelo de una de las habitaciones de la casa, seguro que es mucho más divertido jugar con los coches que en ocasiones se han quedado casi olvidados en el cajón de los juguetes.

Puntos y rayas. Un juego clásico que se puede hacer individual si solo somos dos personas o se pueden hacer equipos cuando jugamos en grupo. Se trata de dibujar una línea que una dos puntos, cada equipo dibuja esa línea de un color distinto, si se consigue que un cuadrado tenga todas las líneas del mismo color se pinta del color del equipo y gana el equipo que tenga más cuadrados pintados.

Niño jugando en casa - Getty Images

TAMBIÉN PUEDES LEER:

Recomendamos en