La intención es ayudarles a gestionar sus problemas pero para eso es imprescindible que nos los cuenten porque no siempre conseguimos conocerlos sin esa ayuda. Por eso es importante generar un clima de confianza y tranquilidad para conseguir que los niños se animen a confiarnos aquello que les está produciendo sentimientos negativos.
Álvaro Bilbao aplica para eso tres estrategias de psicología con las que consigue que los niños le cuenten lo que les pasa, a su modo y con sus palabras, para así poder ayudarles a gestionar esa situación o a superar ese momento que les preocupa.
A través de sus redes sociales, el conocido neuropsicólogo ha querido compartir con todos sus seguidores estas tres sencillas pero, según su propia experiencia, eficaces estrategias.
1º.- A su ritmo
Él señala la importancia de darle libertad de que elija si te lo cuenta o no, para eso su estrategia es la de acercarse para decirle que está notando que algo le ocurre, que no sabe qué es, que por supuesto puede contárselo si lo desea porque a él le gustaría ayudarle pero que entiende que necesite tomarse su tiempo.
Es un momento de complicidad que no se puede forzar.
2º.- El ejemplo
Álvaro Bilbao, anima a los adultos que se encuentran en una situación de este tipo con los niños a que les hablen de cómo se sintieron ellos en una situación similar, siempre si existe alguna sospecha de cuál es el problema o por donde viene el descontento.
Siempre le va a ser más sencillo al niño o a la niña, hablar con una madre o un padre que haya pasado por una situación más o menos parecida, según Álvaro Bilbao es más sencillo hablar con un adulto que ha podido pasar por la misma situación o una muy parecida, que “con un padre o una madre que nos van a juzgar o que parecen saber todas las respuestas”.
3º.- Cambiar el escenario
Y esta él confiesa que es su favorita, se trata de salir a dar un paseo juntos.
Según explica el propio Álvaro Bilbao “para un niño es mucho más sencillo hablar de lo que le ocurre cuando camina lado a lado con una persona, se siente acompañado y relajado” mucho más que cuando está sentado frente a un adulto en una situación complicada.
De hecho, en su propia experiencia, lo que mejor le funciona a Álvaro Bilbao es combinar las tres estrategias, para conseguir que los niños le cuenten los problemas que tengan y confíen en él a la hora de buscar respuestas o incluso ayuda.

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