La mejor forma de proteger a tu hijo cuando está asustado

Si quieres proteger a tu hijo, no minimices sus temores. Ponte en su piel, valida lo que siente y apóyalo incondicionalmente.
Padres abrazan a su hijo

Puede que los monstruos no existan, pero eso no significa que tu hijo no les tema y que no se acueste aterrado cada noche con esa imagen en su cabeza. Quizá no le des mucha importancia – y no te culpo, la mayoría de los padres tienden a minimizar las preocupaciones de los niños, como corroboraron investigadores de la Universidad de California. Sin embargo, los miedos infantiles, incluso si son infundados, pueden afectar el bienestar físico y emocional de tu hijo.

¿Sabías que cuando los niños están preocupados duermen peor? Como resultado, se levantan al día siguiente de mal humor y rinden menos. El miedo también lastra sus habilidades de resolución de problemas e incluso disminuye su autoestima. Por ese motivo, es importante que cuando tu hijo está asustado te pongas en su lugar – aunque creas que no es para tanto - y lo protejas de los dragones, monstruos, inseguridades o cualquier otro problema que le quite el sueño. 

Ante el miedo infantil, tu apoyo incondicional es el mejor antídoto

Valida las emociones de tu hijo y apóyalo incondicionalmente - RDNE Stock - Pexels

No puedes vencer los miedos de tu hijo por él, pero puedes apoyarlo mientras lucha contra sus propios monstruos. Hazle saber que puede contar contigo en todo momento y para lo que necesite, aunque a veces eso signifique correr a tu cama en mitad de la noche porque está atemorizado. Explícale que solo él tiene el poder para combatir sus temores, pero que siempre encontrará en ti a un fiel escudero en quien confiar para librar cualquier batalla.

Tu hijo también debe saber que puede contarte todo lo que le preocupa, aunque parezca un poco descabellado, y que estarás a su lado para consolarlo. Puedes decirle: “Siempre estaré aquí para ti. Cuando tengas un problema o estés asustado, no dudes en contármelo. Estaré a tu lado para que no tengas que lidiar tú solo con eso. Confía en mi”.

Obviamente, no tienes que limitarte a brindar tu apoyo, puedes facilitarle el camino enseñándole cómo superar sus miedos. Bríndale recursos y herramientas que pueda poner en práctica para sentirse más seguro y gestionar mejor lo que siente

Kit de emergencia para proteger a tu hijo cuando tiene miedo

Conecta con tu hijo y ayúdalo a vencer sus miedos - Kampus Production - Pexels

Gestionar el miedo en los niños va más allá de abrazarlos en mitad de la noche cuando tienen pesadillas o darles la mano para que recorran una habitación a oscuras. También es importante empatizar con ellos y brindarles herramientas para ayudarlos a calmarse. ¿Cómo conseguirlo?

1. Valida sus emociones

Tu hijo debe confiar en que cuando llega a casa preocupado o asustado serás capaz de comprender por lo que está pasando. Tu misión como padre o madre es conectar con sus emociones y acompañarlo a través de esa travesía afectiva. Por eso, es fundamental que valides lo que sientes, aceptes su experiencia y lo ayudes a ponerle un nombre.

Un estudio de la Universidad George Mason reveló que cuando ponemos nombre a lo que sentimos se reduce el impacto negativo de las emociones, a la vez que mejora nuestro bienestar. Por eso es importante que animes a tu hijo a reconocer lo que siente preguntándole, por ejemplo, ¿tienes miedo de lo que pueda ocurrir o en realidad estás preocupado? ¿si tuvieras que definir cómo te sientes, qué emoción elegirías? Una estrategia sencilla de invitarlo a reflexionar sobre lo que sucede en su interior.

2. Crea un entorno seguro

A veces, cuando los niños tienen miedo lo único que necesitan es sentirse protegidos. Por eso, si es posible, crea un entorno acogedor donde tu hijo se sienta seguro. Una luz tenue puede ser útil para combatir sus terrores nocturnos mientras que darle un juguete o un amuleto puede ayudarlo a sentirse más confiado cuando no estás cerca.

Sin embargo, no olvides que su mejor refugio eres tú. Investigadores de la Vrije Universiteit Brussel comprobaron que acompañar a tu hijo cuando atraviesa un momento difícil puede reducir su tensión y sufrimiento. Por tanto, cuando acuda a ti asustado o preocupado, abrázalo y quédate a su lado hasta que se tranquilice. Y si necesita desahogarse, déjalo que llore.

3. Ayúdalo a tomar perspectiva

El miedo puede nublar el juicio y crear una tormenta en un vaso de agua. ¡No permitas que los árboles le impidan ver el bosque! Ayúdalo a asumir una distancia psicológica de la situación y analizar los hechos con nuevos ojos. Así podrá ganar seguridad y las preocupaciones se irán disipando.

Por ejemplo, si está preocupado porque no ha sacado buenas calificaciones, puedes preguntarle si en realidad sacó una nota tan mala o si es que esperaba obtener un resultado mejor. ¿Qué consecuencias tendrá este examen a lo largo de todo el curso? Si estudia más, ¿podrá recuperarse? Reflexionar sobre estas cuestiones puede ayudar a que tu hijo se calme y empiece a ver la luz al final del túnel.

Por último, no olvides que ser empático con los temores y preocupaciones de tu hijo tiene un poder casi mágico ya que contribuye a que el niño comprenda que, a pesar de todo, cuenta con alguien que lo apoya y entiende. Quizá sea todo lo que necesite para empezar a afrontar sus propios miedos.

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