Para Mar Romera trabajar las emociones es una necesidad y ese trabajo que debemos desarrollar tanto en el centro educativo como en la familia, con nuestras hijas e hijos, “implica lo primero el autoconcepto, no la autoestima.”
“No me hagas propuestas, primero dame la oportunidad de conocerme, mi autoconcepto” señala la pedagoga como una de las necesidades más importantes que tienen los niños y las niñas y que sin embargo, estamos dejando demasiado de lado.
La necesidad del autoconocimiento
Mar Romera le da una gran importancia ya que para ella “el autoconocimiento te lleva al autocontrol” y eso es algo vital para el desarrollo saludable de las personas.
Al hablar de esta necesidad, la autora de distintos libros relacionados con la educación y la pedagogía comparte la reflexión de otro de los principales teóricos de la educación y señala que “yo pienso que las personas solo tienen que encontrar su elemento, como dice Sir Ken Robinson, y pienso también que pensar en utopía cuando hablamos de educación es una opción”.
La necesidad de “parecer” que a los adultos nos resulta chocante entre los jóvenes, según señala Mar Romera, se está empezando a ver entre los niños y las niñas y es algo que merece que nos preocupemos y nos ocupemos cuanto antes, según su opinión.
“Los adultos estamos más obligados a las apariencias, uno de los principales problemas de la adolescencia y que está empezando a llegar a la infancia es la falta de autoconcepto que no de autoestima, y su manejo en las redes sociales. Todo es parecer. Date la posibilidad de despegarte del teléfono móvil un rato porque quieres contemplar.”
Un tesoro oculto
Ella lo tiene muy claro y en sus charlas y ponencias ante maestros y estudiantes siempre resalta la idea de que “el verdadero tesoro lo tienes metido en tu cabeza, en tus manos y en tu alma. Ve a casa, busca dentro de ti porque el verdadero tesoro lo tienes muy escondido, es la posibilidad de crecer”.
Mar Romera defiende por todo esto la importancia del autoconocimiento a la hora de educar a los niños y las niñas, la importancia de conocerse a sí mismo para “darte la oportunidad de sentirte seguro sin entender que tu seguridad depende de otro.”
La existencia de ese autoconocimiento implica “no dejarte manejar”. Ella añade que “somos dueños de nuestro destino si podemos pintar nuestros sueños”, siempre teniendo en cuenta que nada en la vida es pétreo e inamovible, que vamos cambiando según vamos creciendo y aprendiendo, “no sueño siempre lo mismo porque el objetivo de la vida es una vida con objetivos.”

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