Beatriz Maya es pedagoga terapéutica y autora de un conocido libro titulado “Crecer sano, crecer feliz” en el que da distintos consejos a los padres y las madres para enseñar a nuestros hijos a crecer emocionalmente sanos.
Para acompañar a nuestros hijos en las principales etapas de su desarrollo emocional, que en ocasiones nos resultan más complicadas de gestionar a nosotros, sus padres y sus madres, Beatriz Maya propone tres recomendaciones sencillas y comunes que se basan en el acompañamiento y que apoyan el desarrollo emocional saludable de nuestros hijos.
Siempre teniendo claro que el desarrollo emocional no deja de ser un proceso continuo al que se van sumando las experiencias y las relaciones que vamos teniendo a lo largo de la vida por lo que el entorno social y cultural también tiene una influencia en el desarrollo emocional de nuestros hijos y nosotros, sus padres y sus madres, sus cuidadores o sus maestros tenemos un papel importante de acompañar y enseñar sobre todo durante las primeras etapas de su vida.

Tres recomendaciones sencilla para que tu hijo crezca emocionalmente sano
1º. El ejemplo
Nuestro ejemplo es la herramienta más poderosa en la educación de nuestros hijos e hijas porque ellos son pequeñas esponjas que sobre todo absorben lo que ven y lo que escuchan, con lo cual el modelo que les ofrezcamos con nuestro comportamiento será el que determine su desarrollo.
2º.- Evitar no, ayudar sí
No evites que sienta, ayúdale a que sienta. Sabemos que las emociones son fundamentales a lo largo de la vida, no podemos vivir sin sentir y de todas ellas en distinto grado vamos a aprender, vamos a recibir un beneficio por lo que lo más importante que podemos hacer por nuestros hijos es ayudarles a sentir y no evitar que sientan.
Es imposible que estemos siempre a su lado, durante toda su vida y en todo momento para evitarle las sensación más desagradables, no vamos a poder evitar que sienta miedo, tristeza o enfado en ocasiones a lo largo de su vida.
Lo que sí podemos y debemos hacer es acompañarle en esas sensaciones y ofrecerle herramientas con las que sepa y pueda gestionar cada una de esas sensaciones y/o sentimientos.
Habla con él y sobre todo escucha lo que tiene que contaros, dedica un tiempo cada día a que se hable de como nos sentimos. Obviamente cuando ocurra algo importante con más razón pero en los días que aparentemente son más normales, esos días más rutinarios, también es positivo y necesario que exista un espacio y un momento para el diálogo tranquilo en familia.
A lo mejor por una cuestión de edad o cualquier otro motivo, a tu hija o tu hijo le es más fácil exteriorizar sus emociones a través de juegos o mediante dibujos. Busca esa manera en la que se sienta más cómodo para expresar sinceramente sus emociones.
3º.- Busca un profesional
La firmeza y la constancia son claves, la escucha, el respeto, la comunicación, la confianza, el cariño y por supuesto la empatía, son herramientas que se pueden y se deben aplicar a cada situación para conseguir el desarrollo emocional sano de nuestro hijo o hija.
Y si todas esas estrategias no funcionan lo mejor que podemos hacer es buscar ayuda profesional antes de que el problema se acreciente. Que nos asesore y nos acompañe un experto en el tema para conseguir nuestro objetivo principal: ayudar a nuestro hijo.

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