La alimentación es uno de los aspectos más importantes para el crecimiento y desarrollo saludable de los bebés y niños pequeños. A medida que el bebé va creciendo, su alimentación debe ir evolucionando de forma progresiva y adaptada a sus necesidades nutricionales. En este sentido, existen diferentes fases de la alimentación infantil que van desde los primeros meses de vida hasta los dos años.
Bebés de 0 a 6 meses: Fase de lactancia exclusiva

La leche, preferiblemente materna, es el único alimento que debe consumir el bebé, ya que su inmadurez solo le permite utilizar sus reflejos primarios de búsqueda, succión y deglución.
Bebés de 6 a 12 meses: Fase transicional
A partir de los 6 meses, el aporte nutricional de la leche materna o la leche de fórmula puede no ser suficiente para el bebé. Comienza entonces la alimentación complementaria o introducción de sólidos, que consiste en la administración de alimentos distintos de la leche materna o la leche de fórmula adaptada.
La alimentación complementaria tiene un doble objetivo: satisfacer los requerimientos nutricionales del bebé y crear unos hábitos alimentarios saludables.

Cuando el bebé tiene entre 7 y 9 meses comienza la masticación rítmica , incluso en ausencia de dientes , por lo que conviene añadir alimentos semisólidos o de masticación suave, como el alimento infantil elaborado con leche de continuación , papilas , purés o comida en trocitos pequeños.
De 13 a 24 meses: Fase de adulto modificado
A medida que el bebé va desarrollando sus habilidades psicomotoras, adopta una alimentación más parecida a la de los adultos. A partir del primer año, el niño consolida su gusto al probar nuevos sabores y texturas, y comienza a mostrar sus preferencias.
Conviene ampliar al máximo y de manera progresiva la gama de alimentos, para que a los 2 años pueda comer lo mismo que los adultos, salvo alimentos que no se deba por peligro de atragantamiento o por alergias del pequeño.
Poco a poco sustituirá el biberón, en caso de que lo haya usado, por el vaso y aprenderá a usar la cuchara y el tenedor, aunque al principio usará los dedos para comer solo. Para aprender toca sentarlo en la trona a experimentar y mancharse, si no se le permite perderá el interés.
En todas estas etapas la leche es fundamental en la dieta infantil
Si abandonamos la lactancia materna, a partir de los 6 meses de edad la leche y los preparados a continuación son la opción idónea para cubrir las necesidades de leche hasta los 3 años , formando parte de una dieta diversificada, aunque lo ideal es mantener la leche. maternal hasta los dos años de edad del pequeño.

Como la leche de vaca todavía es demasiado fuerte, hasta el año la leche adecuada es la leche de continuación, elaborada a partir de leche de vaca, pero con una formulación modificada para adaptarse al ritmo de maduración y funcionamiento del organismo del niño.
Una ingesta de leche de continuación de 500 ml al día cubre las necesidades de energía, calcio y ácidos grasos esenciales procedentes de la leche en los niños, repetimos, hasta que tenga un añito. Pueden combinarse varias texturas para darle al bebé la ingesta diaria recomendada: puede tomarla en polvo, líquida o semisólida, como su primer alimento infantil.
Durante los primeros 24 meses de vida, los pequeños pasan por diversas etapas en las que sus necesidades nutricionales cambian constantemente. Desde la lactancia materna exclusiva hasta la introducción de alimentos sólidos, cada fase es importante y requiere la atención y el cuidado adecuados por parte de los padres y cuidadores.
Es esencial recordar que cada niño es único y puede experimentar cambios en su apetito y preferencias alimentarias. Es importante tener paciencia y seguir ofreciendo una variedad de alimentos saludables y nutritivos, sin forzar al niño a comer. También es importante buscar orientación profesional si se tienen dudas o preocupaciones sobre la alimentación infantil.
Siguiendo los consejos de expertos y brindando una dieta equilibrada y adecuada a cada etapa, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar hábitos alimentarios saludables que durarán toda la vida. La alimentación infantil puede ser un desafío, pero también es una oportunidad para inculcar valores positivos y mejorar la salud y el bienestar de los niños.