Mi hijo vomita la medicina: ¿por qué le ocurre y qué hacer?

¿Tú niño vomita la medicina? ¿Quieres saber por qué y cómo debes actuar? Aquí vemos algunas observaciones sobre ello.
Mi hijo vomita la medicina: ¿por qué le ocurre y qué hacer? - Fuente: Pexels
Mi hijo vomita la medicina: ¿por qué le ocurre y qué hacer? - Fuente: Pexels

Cuando un niño necesita tomar medicación, el objetivo principal es que su organismo la asimile correctamente para aliviar los síntomas que padece. Sin embargo, puede ocurrir que, tras la administración del medicamento, el niño lo vomite, lo que impide que el tratamiento sea efectivo. Este fenómeno puede deberse a diversas causas, que generalmente no son graves, pero es importante conocerlas para actuar adecuadamente.

Causas del vómito de medicamentos en niños

Cuando los peques necesitan tomarse alguna medicina, lo que se busca es que su organismo la asimile para que le haga el efecto necesario y así revertir los síntomas que pueda estar teniendo. El problema está cuando un niño la acaba vomitando, ya que entonces no le serviría de ninguna ayuda. Si tu hijo vomita la medicina, puede deberse a varias causas que en la gran mayoría de casos no suelen ser graves, pero que no está de más conocer.

El pediatra Gonzalo Cabrera, nos aconseja sobre cómo administrar medicamentos con una pauta orientativa (para antibióticos y antitérmicos):

"Si el vómito es abundante y ocurre en los primeros 15 minutos de administrar la medicación, hay que volver a dar dos tercios de la dosis. Si ocurre entre 15 y 30 minutos después puede repetirse la mitad de la dosis. Si ya han pasado 30 minutos no se repetiría". En el caso en que haya que dar varios fármacos, si se sabe ue el paciente suele vomitar frecuentemente se aconseja esperar 30 minutos entre ambos.

Sabor desagradable de los fármacos infantiles

Uno de los motivos más comunes por los que los niños vomitan los medicamentos es el sabor desagradable que tienen. Aunque muchos fármacos infantiles están diseñados con sabores como naranja o fresa, estos son artificiales y pueden resultar poco agradables para algunos niños. La percepción del sabor es subjetiva, y lo que para un niño puede ser aceptable, para otro puede ser repulsivo, provocando el vómito casi inmediato tras la ingesta.

Los laboratorios farmacéuticos intentan mejorar la palatabilidad de los medicamentos, pero no siempre logran el resultado deseado. Es importante observar la reacción del niño al tomar el medicamento y, si el sabor es un problema, consultar con el pediatra para buscar alternativas que se adapten mejor al gusto del niño, como formas líquidas o en polvo que puedan mezclarse con alimentos.

Algunos son especialmente sensibles a los sabores fuertes o amargos. En estos casos, es útil emplear técnicas que minimicen el contacto del medicamento con las papilas gustativas, como administrarlo con una jeringuilla directamente en la mejilla, lo que reduce el impacto del sabor.

Intolerancia o alergia a componentes de la medicina

Otra causa potencial del vómito tras la administración de medicamentos es la intolerancia o alergia a alguno de sus componentes. Aunque no es común, algunos niños pueden reaccionar adversamente a ciertos ingredientes presentes en los medicamentos, lo que provoca el vómito como respuesta del cuerpo para expulsar la sustancia.

Es crucial estar atentos a otros síntomas que puedan acompañar al vómito, como erupciones cutáneas, hinchazón o dificultad para respirar, ya que podrían indicar una reacción alérgica. Ante cualquier sospecha de alergia, es fundamental contactar con el médico de inmediato para evaluar la situación y considerar un cambio de medicamento.

Identificar la causa exacta de la intolerancia puede requerir pruebas adicionales, pero es un paso importante para garantizar que el niño reciba el tratamiento adecuado sin riesgos para su salud. El médico puede recomendar alternativas seguras que no contengan el alérgeno identificado.

Irritación estomacal causada por el medicamento

La irritación estomacal es otra razón por la que los niños pueden vomitar después de tomar un medicamento. Algunos medicamentos son más agresivos para el estómago, especialmente si se toman con el estómago vacío, lo que puede provocar molestias y vómitos.

Para minimizar el riesgo de irritación estomacal, "es aconsejable dar antes de la comida, salvo indicación expres al contrario, pues en caso contrario puede el paciente vomitar medicación y comida", como indica el pediatra Cabrera. En algunos casos, se puede necesitar un protector gástrico que ayude a proteger la mucosa del estómago y reducir las posibilidades de vómito.

Si el vómito persiste, es importante volver a consultar al pediatra para revisar el tratamiento y asegurarse de que el medicamento es el adecuado para el niño. Cambiar la forma de administración o ajustar la dosis puede ser necesario para evitar la irritación estomacal.

Cómo actuar si vomita la medicina

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Mi hijo vomita la medicina: ¿por qué le ocurre y qué hacer? - Fuente: Pexels

Importancia de seguir las indicaciones del pediatra

Ante el vómito de un medicamento, es esencial seguir las indicaciones del pediatra. El médico es quien mejor conoce la condición del niño y puede ofrecer pautas específicas sobre cómo proceder. En algunos casos, puede ser necesario repetir la dosis, pero esto debe hacerse siempre bajo supervisión médica para evitar una sobredosis.

El pediatra puede recomendar esperar un tiempo antes de intentar administrar el medicamento nuevamente, especialmente si el vómito ocurrió poco después de la primera dosis. Esto permite al estómago del niño recuperarse antes de intentar una nueva administración.

También puede sugerir cambios en el horario de administración o en la forma de administrar el medicamento para mejorar la tolerancia del niño y reducir el riesgo de vómito. Estas recomendaciones son clave para asegurar que el tratamiento sea efectivo y seguro.

Posibilidad de tomar un medicamento sustituto

Si el vómito persiste, puede ser necesario considerar un medicamento alternativo. Algunos medicamentos tienen formulaciones diferentes, como jarabes, pastillas masticables o supositorios, que pueden ser más fáciles de tolerar para el niño. El pediatra puede evaluar la situación y recomendar un sustituto que tenga el mismo efecto terapéutico pero que sea más adecuado para el niño.

Es importante no cambiar el medicamento sin consultar primero con el médico, ya que no todos los medicamentos tienen alternativas directas y algunos pueden no ser adecuados para todas las edades o condiciones. El profesional de salud puede guiar en la elección de la mejor opción para el niño.

Se suele recomendar ajustes en la dosis o en el régimen de administración para mejorar la aceptación del medicamento y evitar el vómito, garantizando así que el tratamiento sea eficaz.

Necesidad de administrar protectores estomacales

En casos donde el medicamento causa irritación estomacal, el pediatra puede prescribir el uso de protectores estomacales. Estos medicamentos ayudan a proteger la mucosa del estómago y pueden ser esenciales para niños que tienen un estómago sensible o que toman medicamentos conocidos por ser irritantes.

El uso de protectores estomacales debe ser siempre bajo supervisión médica, ya que no todos los niños los necesitan y su uso inapropiado puede tener efectos adversos. El pediatra evaluará la necesidad de estos medicamentos y proporcionará instrucciones claras sobre su administración.

Lo importante es seguir las pautas sobre cuándo y cómo administrar el protector estomacal en relación con el medicamento principal para maximizar su efectividad y minimizar el riesgo de vómito.

Consideraciones sobre el tiempo transcurrido desde la toma del medicamento

El tiempo que transcurre entre la administración del medicamento y el vómito es un factor crucial a tener en cuenta. Si el vómito ocurre poco después de tomar el medicamento, es probable que el cuerpo no haya absorbido la dosis completa, y puede ser necesario repetirla. Sin embargo, este paso debe ser siempre consultado con el médico para evitar una sobredosis accidental.

Si el vómito ocurre mucho tiempo después de la administración, es posible que el medicamento ya haya sido absorbido en su mayoría, y no sea necesario repetir la dosis. Evaluar el tiempo transcurrido puede ayudar a decidir el mejor curso de acción.

Es importante mantener un registro de los episodios de vómito y el tiempo transcurrido después de la administración del medicamento para proporcionar información detallada al pediatra, lo que facilitará la toma de decisiones sobre el tratamiento.

Consejos adicionales para administrar medicamentos a niños

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Consultar al farmacéutico sobre la refrigeración de medicamentos

Algunos medicamentos requieren refrigeración para mantener su efectividad. Consultar al farmacéutico sobre las condiciones de almacenamiento es fundamental para asegurar que el medicamento funcione correctamente. El farmacéutico puede proporcionar información valiosa sobre la mejor manera de almacenar y manejar el medicamento para mantener su estabilidad y eficacia.

La refrigeración adecuada puede mejorar la palatabilidad de algunos medicamentos líquidos, haciendo que sean más fáciles de aceptar por el niño. Mantener el medicamento a la temperatura correcta es un paso sencillo pero crucial para asegurar su efectividad.

Es importante seguir las instrucciones del farmacéutico y del prospecto del medicamento al pie de la letra para evitar problemas de almacenamiento que puedan afectar la calidad del medicamento.

Precauciones al mezclar medicamentos con alimentos o líquidos

Mezclar medicamentos con alimentos o líquidos puede ser una estrategia útil para facilitar su administración a los niños. Sin embargo, es esencial tomar precauciones y consultar con el médico o farmacéutico antes de hacerlo, ya que algunos medicamentos pueden interactuar con ciertos alimentos o perder efectividad al ser mezclados.

El profesional de salud puede proporcionar orientación sobre qué alimentos o líquidos son seguros para mezclar con el medicamento y cuáles deben evitarse. Además, algunos medicamentos deben tomarse con el estómago vacío para maximizar su absorción, por lo que es importante seguir las instrucciones específicas para cada medicamento. Evita mezclar medicamentos con alimentos o bebidas que el niño no tolere bien también es importante para prevenir el vómito y asegurar que el tratamiento sea efectivo.

Uso de saborizantes para mejorar la aceptación del medicamento

El uso de saborizantes puede ser una solución efectiva para mejorar la aceptación de los medicamentos por parte de los niños. Algunos farmacéuticos ofrecen la opción de añadir saborizantes a los medicamentos líquidos, lo que puede hacer que sean más agradables al paladar del niño y reducir el riesgo de vómito.

Es importante consultar con el farmacéutico sobre la posibilidad de usar saborizantes y asegurarse de que no interfieran con la efectividad del medicamento. Los saborizantes deben ser seguros y adecuados para el uso en niños, y su elección debe basarse en las preferencias del niño para maximizar su aceptación.

Esta estrategia puede ser especialmente útil para medicamentos que deben tomarse regularmente, ya que facilita el cumplimiento del tratamiento y mejora la experiencia del niño al tomar el medicamento.

Método recomendado para administrar medicamentos con jeringuilla

El uso de una jeringuilla para administrar medicamentos líquidos es una técnica recomendada para asegurar una dosis precisa y minimizar el contacto del medicamento con las papilas gustativas del niño. Para hacerlo, se debe colocar la jeringuilla en el interior de la mejilla del niño y administrar el medicamento lentamente, permitiendo que el niño lo trague de forma gradual.

Este método ayuda a reducir el impacto del sabor y puede hacer que el proceso de administración sea más cómodo para el niño. Es importante seguir las instrucciones de dosificación del médico y asegurarse de que la jeringuilla esté limpia y calibrada correctamente para evitar errores en la dosis.

Practicar este método con paciencia y cuidado puede mejorar significativamente la experiencia del niño al tomar medicamentos y reducir la posibilidad de vómito.

Qué hacer si el niño escupe o vomita el medicamento

Si el niño escupe o vomita el medicamento, es importante no forzar una nueva dosis inmediatamente. En su lugar, se debe evaluar la situación y considerar el tiempo transcurrido desde la administración antes de decidir los próximos pasos. Consultar con el pediatra es esencial para determinar si es necesario repetir la dosis y cómo proceder de manera segura.

En algunos casos, el pediatra puede recomendar esperar un tiempo antes de intentar administrar el medicamento nuevamente, especialmente si el niño está molesto o reacio a tomarlo. Mantener la calma y ofrecer al niño un ambiente tranquilo puede ayudar a mejorar la aceptación del medicamento.

Es importante no castigar ni regañar al niño por escupir o vomitar el medicamento, ya que esto puede aumentar su ansiedad y resistencia en futuras administraciones.

Advertencias sobre engañar al niño con medicamentos

Engañar al niño haciéndole creer que un medicamento es una golosina no es una práctica recomendada. Aunque puede parecer una solución rápida para conseguir que el niño tome el medicamento, puede llevar a confusiones peligrosas y a una pérdida de confianza. Es fundamental ser honesto con el niño sobre la necesidad de tomar el medicamento y explicarle, en un lenguaje adecuado para su edad, por qué es importante para su salud.

Fomentar una comprensión positiva y responsable sobre el uso de medicamentos ayuda a desarrollar hábitos saludables en el niño y reduce la resistencia a tomar medicamentos en el futuro. La confianza y la comunicación abierta son clave para manejar situaciones difíciles relacionadas con la administración de medicamentos.

Siempre es mejor buscar formas creativas y seguras de mejorar la aceptación de los medicamentos, como el uso de saborizantes o técnicas de administración adecuadas, en lugar de recurrir al engaño. Pero como indica el doctor Gonzalo Cabrera "Es importante no relacionar la toma de medicamentos con el juego pues eso puede facilitar la intoxicación con fármacos al menor descuido de los padres".

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