Es muy común que, a medida que se acerca el invierno, muchos padres se planteen la posibilidad de comprar un humidificador o un vaporizador para colocar en la habitación de sus hijos pequeños en aquellos momentos en los que se encuentran acatarrados.
Esto es debido a que se utilizan normalmente con la finalidad de ayudar a aliviar algunos de los síntomas asociados a los resfriados, puesto que el aire húmedo generado por estos dispositivos podría ser útil a la hora de aflojar la mucosidad presente en el interior de la nariz del niño, facilitándole la respiración y un mejor descanso. Es más, también podrían ayudar a calmar el dolor de garganta y aliviar la tos.
Pero saber cuándo usarlo es fundamental, al igual que escoger aquellas opciones más adecuadas. Para ello, es imprescindible tener en cuenta algunos aspectos importantes, sobre los que te hablaremos a continuación.
¿Cuándo es más aconsejable utilizar un vaporizador o humidificador?
Más allá de los síntomas del resfriado, un vaporizador o humidificador pueden ser útiles para la reducción de los síntomas asociados a otras enfermedades que comúnmente aparecen y se desarrollan en la infancia. Debemos tener en cuenta que estos dispositivos no curarán a nuestro hijo. Pero sí podrían ayudarlo a sentirse mejor.
¿En qué momentos podría ser útil usar un humidificador? Además de la congestión nasal (mucosidad), podría ser útil cuando el niño tiene resfriados e infecciones del tracto respiratorio superior, crup (un humidificador de vapor frío podría ser especialmente útil), eczema y piel seca, sangrados nasales frecuentes como consecuencia del aire seco, o infecciones de los senos.
Eso sí, tanto los vaporizadores como los humidificadores no se recomiendan para niños que tengan condiciones respiratorias crónicas, como podría ser el caso del asma. Y, siempre, es conveniente preguntar antes al pediatra con la finalidad de obtener recomendaciones.
Además, dado que los humidificadores pueden dispersar minerales en el aire, es conveniente intentar usar agua destilada. Y mantener la unidad limpia con agua y jabón común, para evitar que también puedan liberar gérmenes.
Tipos de humidificadores y vaporizadores
Si buscas un buen humidificador portátil debes tener en cuenta que puedes optar principalmente por dos tipos: los ultrasónicos, que producen una neblina fría mediante vibraciones ultrasónicas de sonido, o los conocidos como humidificadores de impulsor, que usan un ventilador o un disco giratorio de alta velocidad para producir la neblina.
Los humidificadores evaporativos, por otro lado, tienden a utilizar un ventilador para expulsar el aire a través de un filtro o una mecha.
¿Qué opción es más adecuada? Un estudio encontró que los humidificadores evaporativos y de vapor tienden a ofrecer un nivel más bajo de riesgo. Mientras que los humidificadores de impulsor o ultrasónicos presentan un riesgo más grande de liberar la mayor cantidad de patógenos. Y estas partículas son lo suficientemente pequeñas como para acabar siendo inhaladas hacia los pulmones.

Algunos humidificadores pueden ser muy ruidosos, teniendo salidas de sonido más elevadas que los límites de ruido recomendados para la habitación de un bebé o de un niño pequeño.
También debemos tener en cuenta qué elementos debemos sustituir en el dispositivo. Por ejemplo, muchos humidificadores necesitan mechas o filtros de repuesto para poder seguir funcionando sin riesgos, a un nivel saludable. Conocer el coste de estos elementos, y la frecuencia con que deberíamos reemplazarlos, será de mucha utilidad a la hora de tomar una decisión.
¿Qué opción escoger?
Debemos tener en consideración que añadir un humidificador o vaporizador a nuestro hogar puede convertirse en una excelente forma de aliviar algunos de los síntomas típicos del resfriado y otras enfermedades de nuestro hijo. Pero siempre es aconsejable pedirle recomendaciones al pediatra, en especial cuando nuestro hijo tiene condiciones médicas persistentes (como podría ser el caso del asma).
Por lo general, es normal que nos preguntemos si deberíamos comprar un humidificador de vapor frío, o un vaporizador. Es común escoger un humidificador o un vaporizador de vapor frío, dado que un vaporizador de vapor caliente podría ser un riesgo para el niño, que podría quemarse accidentalmente.