Ya ha pasado la etapa de los juegos que solo sirven para mirar y escuchar. Ahora, con un año, le gustan aquellos que le obligan a moverse y a practicar su nueva actividad favorita: lanzarse a andar y echar a correr por todas partes.
Para ello, debemos potenciar actividades que le impliquen moverse, aunque hay que tener en cuenta que todavía está un poco inseguro.
Asesora: Rocío Mayoral, psicóloga.