Recetas divertidas para que los niños coman fruta y verdura

Las frutas y las verduras no suelen ser los alimentos preferidos de los niños. Por eso, muchos incluso no quieren ni probarlo. Pero, ¿qué pasa si los ofrecemos estas opciones de una forma atractiva? Estas recetas son perfectas para conseguirlo.
Recetas divertidas para que los niños coman fruta y verdura

Con la llegada del verano y las vacaciones casi todas las familias relajan los hábitos de vida y costumbres que han llevado durante el resto del año o el curso escolar. Esto incluye desde horarios o actividades extraescolares hasta hábitos alimenticios. En el caso de las familias con hijos, cambian rutinas como la hora de irse a la cama, el tiempo de uso de los dispositivos tecnológicos, los horarios de comida o cena y el tipo de desayunos y meriendas o el picoteo entre horas.

recetas con fruta y verdura para niños - Fuente: iStock

Todos estos cambios son normales y de hecho los expertos consideran que es bueno que se relajen o varíen nuestras costumbres en esta época del año ya que hemos pasado toda la temporada manteniendo la misma rutina, pero al menos en lo que respecta a la alimentación, conviene seguir con ciertas prácticas con los hijos para darles todos los aportes necesarios que les ayuden a combatir el calor, un exceso de actividad física o todo lo contrario, un exceso de sedentarismo al aumentar el uso de los medios tecnológicos a su alcance.

Uno de los aspectos más importantes que los padres deben intentar mantener tiene que ver con el consumo de frutas y verduras entre los pequeños de la casa. En primer lugar, es imprescindible conocer qué cantidad es la aconsejable para ellos, esto nos facilitará el proponernos objetivos más realistas y llegar a las 5 raciones de fruta y verdura al día, adaptadas a la edad de cada niño. Además de tener un gran contenido en agua, imprescindible para reponer al cuerpo del líquido que ha perdido a causa del calor, este tipo de alimentos les aporta una gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra. Su ingesta por parte de los niños repercute en su salud protegiéndoles de enfermedades, asegurando su crecimiento y desarrollo saludable y fortaleciendo su sistema inmunológico.

Los platos que entran por los ojos

La mejor opción es acudir a la oferta de temporada de frutas y verduras frescas. En el caso de las verduras, en verano contamos con lechuga, pepino, calabaza, calabacín, pimiento, tomate, nabo y remolacha, además de otras como el rábano, la zanahoria, el ajo o la cebolla. En el caso de la fruta, la lista es bastante amplia y apetecible. Estamos hablando de melón, fresa, sandía, plátano, melocotón, nectarina, aguacate, níspero, frambuesa, higos, albaricoque, cerezas, pera, ciruela, etc.

Por un lado, una de las opciones más recomendadas para atraer a los más pequeños a comer este tipo de alimentos, es preparar recetas sabrosas y presentaciones apetitosas, es decir, combinar en el plato frutas o verduras de diferentes colores, tamaños o texturas y colocarlas por ejemplo, en formas divertidas que sean atractivas a la vista.

Por otro lado, es importante conocer el modo de “disimular” el sabor amargo de algunas verduras para que sean mejor toleradas. El amargo se puede camuflar por dos vías diferentes: por las sales de sodio (sal común). Esto no significa que tengamos que añadir a todos nuestros platos sal, sino aplicar alimentos que la contengan de forma natural, como por ejemplo, mariscos, pescados como sardinas o merluza, verduras de hoja verde, derivados lácteos como queso o requesón, carne como ternera… o bien, por azúcares presentes en alimentos como por ejemplo, la leche, frutas en general, tubérculos, arroz, pasta, maíz, fruta seca o castañas.

Ejemplos prácticos para los más pequeños

Las recetas disponibles con verduras para hacerlas con los hijos son muchas y variadas: unas originales galletas saladas de zanahoria con forma de estrella, por ejemplo, o preparadas en forma de buñuelos, unas minipizzas de calabacín o calabaza, espaguetis con salsa de pimiento y, aunque no estén incluidas en la lista de las verduras de temporada, podemos dejar a los niños con la boca abierta preparando unas magdalenas con ingredientes como las espinacas y la manzana, que además, al cambiar del color marrón habitual al verde seguro que al menos les resulta curioso de ver y de probar.

En el caso de la fruta, algunas opciones de presentarlas pueden ser: troceadas en formas originales combinadas con chocolate de un alto porcentaje de cacao, congelarlas para tomar en forma de helado, en forma de compota para untar en tostadas, crear la típica brocheta seguro que no falla, se puede hacer con forma de flor o la que más le guste al pequeño. Otra idea es hacer una base de galleta y distribuir las diferentes frutas por encima como si fuera una pizza o hacer una mousse o incluso un pastel de gelatina con diferentes frutas en su interior. Un carpaccio de sandía o un gazpacho de frutas son también otras ideas originales y diferentes.

En definitiva, todas estas sugerencias tienen el objetivo común de seguir cuidando su alimentación, a pesar del calor y de las vacaciones, para que puedan mantener el ritmo del verano sin perder la energía ni las ganas de comer de forma saludable. Y darnos cuenta de que comer sano es divertido. Todo ello sin perder de vista otra de las opciones disponibles que con la llegada del buen tiempo y el relax cobran más sentido si cabe, y es el hecho de combatir la pereza que da pensar en menús sanos y equilibrados para la familia con la posibilidad de recibir en casa menús semanales pensados por nutricionistas para olvidarnos de las obligaciones y poder aprovechar el tiempo para estar con familiares y amigos.

Artículo elaborado por Miriam Donat, nutricionista en Vegan Food Club

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