Muchos embutidos son demasiado tentadores como para resistirse a su sabor y textura, siendo ideales para comer solos o en el interior de un delicioso bocadillo o sándwich. Y algunos embutidos, como por ejemplo podría ser el caso de las salchichas, pueden llegar a convertirse en uno de los mayores antojos durante el embarazo. Es posible que no hayas tenido ningún tipo de problema con los embutidos antes, pero eso no significa que puedas disfrutar de la mayoría de las tentaciones que tenías con anterioridad durante el periodo de gestación.
Y es que, ¿es verdaderamente seguro comer embutidos y salchichas durante la gestación, o algunas bacterias -que pueden estar ocultas en los mismos- tendrán un efectivo negativo y peligroso tanto para tu salud como para la de tu bebé?.
¿Es seguro comer embutidos durante el embarazo?
La principal preocupación a la hora de comer embutidos en el embarazo es el riesgo de sufrir una infección de toxoplasmosis o listeriosis, dado que éstas se convierten en unas de las pocas infecciones capaces de atravesar la placenta, con el riesgo que conlleva de infección en el bebé. Así, cuando se produce una infección, y el feto también se ve afectado, existe un riesgo mayor de abortos espontáneos, partos prematuros y malformaciones congénitas.
De hecho, entre los alimentos poco seguros para absolutamente todas las embarazadas, los embutidos se encuentran entre uno de los más comunes, de manera que es habitual que muchos ginecólogos y especialistas en salud aconsejen evitar su consumo a lo largo de la gestación, independientemente del tipo que sea.
Y es que a pesar de que la gran mayoría de las carnes procesadas no están contaminadas, existen alimentos que no se conservan, almacenan o cuidan de forma apropiada. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el queso fresco, en especial si los quesos son conservados junto a las carnes frías, ya que pueden acabar contaminándolas.

Riesgos de consumir embutidos durante el embarazo
Toxoplasmosis y listeriosis: infecciones a evitar
El consumo de embutidos durante el embarazo puede conllevar riesgos significativos debido a la posibilidad de infección por toxoplasmosis y listeriosis. Estas infecciones son preocupantes porque pueden atravesar la placenta y afectar al feto, lo que puede derivar en complicaciones graves. La toxoplasmosis, causada por el parásito Toxoplasma gondii, y la listeriosis, provocada por la bacteria Listeria monocytogenes, son especialmente peligrosas durante el embarazo. Ambas infecciones pueden encontrarse en alimentos crudos o mal cocidos, como algunos embutidos, y pueden pasar desapercibidas debido a la ausencia de síntomas evidentes en la madre.
Impacto de las infecciones en el bebé
Cuando estas infecciones afectan al feto, las consecuencias pueden ser devastadoras. La listeriosis, por ejemplo, puede provocar abortos espontáneos, partos prematuros y malformaciones congénitas. Por su parte, la toxoplasmosis puede llevar a problemas de salud a largo plazo en el bebé, como ceguera o retraso mental. Estas infecciones representan un riesgo considerable, y por ello, es vital que las embarazadas tomen precauciones con su dieta. Los ginecólogos suelen aconsejar evitar ciertos embutidos precisamente por estos motivos, destacando la importancia de la seguridad alimentaria durante el embarazo.
Embutidos a evitar durante el embarazo
Tipos de embutidos crudos y secos no recomendados
Durante el embarazo, se recomienda evitar embutidos crudos y secos, como el jamón serrano, el salchichón y el chorizo. Estos productos, aunque deliciosos, no han pasado por un proceso de cocción que elimine completamente las bacterias patógenas. Aunque la fermentación y el secado matan muchas bacterias, algunas pueden sobrevivir, lo que representa un riesgo para las embarazadas. Además, los embutidos que no se almacenan adecuadamente pueden contaminarse con facilidad, aumentando el peligro de infecciones.

Efectos del alto contenido graso y en sodio
Otro aspecto a considerar al consumir embutidos durante el embarazo es su alto contenido en grasas y sodio. Estos alimentos suelen ser poco nutritivos y pueden contribuir al aumento de peso no deseado durante la gestación. Un exceso de peso puede complicar el embarazo y el parto, y los altos niveles de sodio pueden afectar la presión arterial. Por estas razones, es aconsejable moderar el consumo de embutidos, incluso aquellos que son considerados seguros tras ser cocidos.
Entonces, ¿qué embutidos no son adecuados durante el embarazo?
No son adecuados, ni recomendables, los embutidos crudos, que no han pasado por un proceso de cocción. Es el caso de embutidos tan comunes como el jamón serrano, salchichón, chorizo, fuet… Lo mismo ocurre con los embutidos secos y semisecos, ya que aunque son curados con sal y nitrito de sodio, se fermentan y se secan (el proceso de fermentación, unido a la falta de humedad, por lo general suelen matar las bacterias patógenas), se recomienda evitarlos durante el embarazo porque algunos tipos de bacteria pueden sobrevivir al proceso de fermentación seco.
Sin embargo, sí es posible consumir -con moderación- otros embutidos que sí han pasado por un proceso de cocción, como ocurre con la mortadela, el chopped, la pechuga de pavo o el jamón cocido. Aunque con matices. Es decir, algunos expertos aconsejan incluso evitar cualquier tipo de embutido durante el embarazo, debido a la posibilidad de que contengan bacterias cuya infección, de producirse durante la gestación, pueden suponer un grave riesgo para la salud del bebé.
La carne debe ser siempre cocinada hasta que los jugos se hayan secado y no quede ningún resto rosado en su interior. No obstante, a pesar de todas estas recomendaciones básicas, te aconsejamos consultar con tu médico antes de planear incluir embutidos o salchichas en tu dieta, ya que incluso aunque determinadas opciones puedan ser seguras, quizá estén contraindicadas en tu caso.
Embutidos seguros para embarazadas
Embutidos cocidos: ¿cuáles y cómo consumirlos?
Existen embutidos que, tras ser cocidos adecuadamente, pueden consumirse con moderación durante el embarazo. Entre ellos se encuentran la mortadela, el jamón cocido y la pechuga de pavo. Estos productos han pasado por un proceso de cocción que elimina las bacterias perjudiciales, siempre y cuando se consuman frescos y bien cocinados. Sin embargo, es importante estar atentos a su almacenamiento y preparación para evitar cualquier riesgo de contaminación.
Recomendación de cocinar salchichas adecuadamente
Las salchichas son otro tipo de embutido que puede ser seguro si se cocina correctamente. Es fundamental cocinarlas a la temperatura adecuada para asegurar que estén completamente libres de bacterias. Las salchichas de carne de vaca, cerdo, cordero o ternera deben alcanzar al menos 71 ºC, mientras que las de pavo y pollo deben cocinarse a 74 ºC. Este cuidado en la cocción garantiza que las salchichas sean seguras para el consumo durante el embarazo.
Recomendaciones generales sobre embutidos y embarazo
Importancia de consultar al médico antes de incluir embutidos
Antes de incorporar embutidos en la dieta durante el embarazo, es fundamental consultar con un médico. Cada embarazo es único, y lo que puede ser seguro para una mujer puede no serlo para otra. Un profesional de la salud podrá ofrecer recomendaciones personalizadas, teniendo en cuenta el estado de salud de la madre y cualquier posible contraindicación. Esta consulta es esencial para garantizar la seguridad tanto de la madre como del bebé.
Métodos de preparación seguros: congelación y cocción
Para minimizar los riesgos asociados al consumo de embutidos, se pueden aplicar métodos de preparación seguros. La congelación a temperaturas inferiores a -20 ºC durante al menos 48 horas es una estrategia eficaz para eliminar parásitos como el Toxoplasma gondii. Asimismo, la cocción adecuada asegura que las bacterias dañinas sean eliminadas. Estos métodos son especialmente importantes para embutidos que no han sido cocidos previamente.
Alternativas y consejos adicionales
Alternativas a los embutidos convencionales
Para aquellas que prefieren evitar los embutidos tradicionales, existen alternativas más seguras y nutritivas. Las carnes magras cocidas, como el pollo o el pavo, son excelentes fuentes de proteína. También se pueden considerar opciones vegetales, como embutidos a base de legumbres o tofu, que ofrecen un perfil nutricional saludable sin los riesgos asociados a las carnes procesadas.

Consejos para una dieta segura y nutritiva durante el embarazo
Además de tener cuidado con los embutidos, es importante seguir una dieta equilibrada y rica en nutrientes durante el embarazo. Incluir frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras en la dieta diaria ayuda a asegurar que tanto la madre como el bebé reciban todos los nutrientes necesarios. Mantenerse bien hidratada y evitar alimentos procesados en exceso también contribuye a un embarazo saludable. Estos hábitos alimenticios no solo protegen al bebé, sino que también preparan a la madre para una recuperación más rápida postparto.