El eterno quebradero de cabeza de los padres con la limpieza de chupetes de los niños es un tema al que no llegamos a tener una conclusión clara todavía. Algunos estudios determinan que la limpieza del chupete con la saliva de los padres es la más recomendada, e incluso la alaban frente a otra ya que dicen transmitir organismos beneficiosos para el sistema inmunitario del bebé.
Nos da miedo sobreproteger a los niños y que crezcan en una burbuja. Lo mismo ocurre con la higiene, no permitir que les toque nada ni que se ensucien puede ser perjudicial para ellos, que no entran en contacto con el mundo y al empezar al cole pueden ser un objetivo claro para las bacterias y los virus. Su sistema inmunitario necesita enfrentarse a estímulos para aprender a defenderse. Pediatrics ha mostrado los resultados de los niños a los que los padres les limpian el chupete con su propia saliva, y los resultados son llamativos: las posibilidades de contraer asma al cumplir el año y medio se ven reducidas en el 88%, como el de eczema o reacciones alérgicas a alimentos, que son reducidas en un 63%. La explicación de este fenómeno sería que, ante un sistema inmunitario poco acostumbrado a enfrentarse a amenazas exteriores, cuando se encuentra ante algún elemento que desconoce reacciona de manera desproporcionada, causando enfermedades como asma y otros trastornos atópicos como alergias.
La investigación que se llevó a cabo en Suecia requirió de la participación de 184 niños, analizando muestras de saliva de estos cuando tenían 4 y 6 meses para compararla, y más tarde entrevistar a los padres sobre cómo limpiaban los chupetes. La flora oral de aquellos que limpiaban el chupete con saliva frente a los que no se presentaba diferente, y está composición de la saliva suele corresponderse con los microorganismos que defienden el intestino delgado, conteniendo más organismos en su composición y por tanto protegiéndoles en mayor medida de lo que no los tienen. De esta manera, descartan la limpieza del chupete mediante agua hirviendo o con un chorro de agua fría, pero no hablan en ningún momento de los riesgos que pueden surgir si los padres no llevan una limpieza bucal correspondiente, si fuman, o tienen alguna enfermedad que puedan transmitirles.
La doctora María Jesús Cabrero Pérez, destacada especialista en pediatría y coordinadora de urgencias y consultas externas en el Hospital Valdecilla y miembro de Top Doctors, afirma que “no existe evidencia científica sólida que pueda sustentarlo. El hipotético efecto beneficioso de aumentar la carga bacteriana para disminuir enfermedades alérgicas como el asma y la dermatitis atópica no compensa el riesgo de transmisión de otras bacterias.” De esta manera, advierte sobre el riesgo que sí estamos ocasionando a los bebés “en la boca de los padres pueden existir microorganismos que se transmiten y puede aumentar la incidencia de caries.” Y recomienda “el lavado de manos, la evitación de personas con enfermedades respiratorias, no respirar ambiente con humo de tabaco, la correcta vacunación de ellos y del entorno, la lactancia materna son las medidas más eficaces para protegerse de las enfermedades. El chupete poco tiempo y con una higiene razonable.”