¿Por qué mi hijo se despierta de la siesta llorando y agresivo?

No solo las pesadillas pueden causar un mal despertar de la siesta. ¿O es que a ti como adulto no te ocurre? 
niño llorando

No solo los adultos nos levantamos de mal humor de una siesta. También les puede pasar a los niños y niñas, que si son muy pequeños pueden expresar su malestar a través del llanto.

No siempre son las pesadillas los causantes de este tipo de despertares abruptos ni los terrores nocturnos. Ya sabes que la gran diferencia es que los peques no son conscientes de estos últimos, que se dan en el espacio de una a tres horas después de haber conciliado el sueño durante unos minutos antes de que vuelvan a quedarse dormidos. Las pesadillas, en cambio, sí se caracterizan por el tipo de despertar: miedo, ansiedad, llanto, gritos incluso… pueden ser las causantes de que el peque se despierte de una siesta de una forma poco agradable.

Dicho esto, el mal despertar de una pesadilla es bastante evidente, y no se parece tanto a otros malos despertares que no tienen forma de volcán estromboliano, como una explosión, sino que son más despertares negativos que se alargan, como las erupciones de los volcanes en escudo, con lava densa, por seguir con el mismo ejemplo. En un despertar así de una siesta, más que gritos y miedo lo que puede haber son llantos, hipersensibilidad, malestar y rabia.

¿A qué puede deber?

No son motivos muy diferentes los que pueden provocar un despertar de este tipo en una siesta de un niño pequeño de los que los causan en los adultos.

Niño con sueño

El equipo de Sleepy Kids, especialistas en sueño, explican que son dos las situaciones que explican que esto ocurra: que tiene sueño todavía porque la siesta se le ha quedado corta o que ha dormido demasiado. “Es mucho más fácil despertar de un sueño más ligero que de uno más profundo”, explican. Como conocéis sus tiempos y sus rutinas mejor que nadie, si consideráis que está llegando a una duración excesiva la siesta —2,5 horas, por ejemplo—, desde Sleepy Kids aconsejan “despertarles suavemente”. Esto se puede hacer “cuando notemos que se mueve un poquito o hace algún sonido”.

Puede ocurrir justo lo contrario, que algo le despierte cuando no ha enlazado un ciclo de sueño con otro y, por lo tanto, tiene sueño pendiente. Si es así, es muy probable que os toque tener especial paciencia hasta la siguiente ventana de sueño porque no será fácil que se duerman de nuevo.

¿Qué podemos hacer?

Lo primero que recomiendan desde Sleepy Kids es que valoremos si es habitual o esporádico. Si no ocurre mucho, “no le daremos importancia”, dicen sus especialistas. “A todos y todas nos puede pasar que un día nos podemos levantar con mal pie o mal humor. No significa que le esté pasando algo”, añaden.

Si es habitual, el modus operandi recomendado es diferente, si bien “primero debemos diferenciar si lloran porque nos están avisando de que se han despertado”, puntualizan desde Sleepy Kids. La diferencia clave es su reacción al vernos: “si al acudir se calman y están contentos, es que simplemente nos estaban avisando. En cambio, sí siguen llorando o están molestos, es que no se han levantado en condiciones óptimas.

Cuando detectes un despertar así, tendrás después que encontrar las causas en el caso de que se repita más de la cuenta. 

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