Dicen los docentes que, los niños y niñas, como mejor aprenden es jugando. Y esto sirve no solo para las horas que pasan en sus centros educativos o para cuando estéis en casa trabajando determinados aprendizajes. Sirve también para cosas tan prácticas para la vida como aprenderse el número de emergencias. Mira, este es el hábito, juego o truco que enseñan a los peques los sanitarios, policías y bomberos para que se aprendan el 112.
Quizá no sepas que el teléfono de emergencias, el 112, tiene vigencia a nivel europeo. De hecho, el 11 de febrero se celebra el Día del 1-1-2 para concienciar acerca de este servicio que es único y gratuito en toda Europa. De esta forma, si estás en la otra punta del viejo continente y sufres una emergencia, solo tienes que marcar el mismo número que cuando te ocurre o eres testigo de una emergencia en España.
Así, además, es mucho más sencillo de memorizar el número. Incluso para los niños y niñas, si bien lo primero que tenemos que hacer es contarles de la existencia de dicho número, el 112, y para qué sirve, además de explicarles que pueden llamar durante los 365 días del año y las 24 horas del día, siempre que exista una emergencia.

Pues bien, para intentar que no se olviden nunca del teléfono de emergencias, los sanitarios, bomberos y policías comparten con ellos y ellas el mismo truco siempre que tienen alguna formación o charla con niños y niñas. O juego, porque al fin y al cabo es una especie de coreografía que pueden memorizar rápido y replicarla si se quedan bloqueados y no se acuerdan de los números o del orden de los mismos: 112.
Este hábito del 112 para niños, que por cierto explica en el vídeo tutorial (al que puedes acceder en el link anterior) una técnico del Centro de Coordinación de Emergencias de Euskadi (112 SOS Deiak), para que veas que no nos lo estamos inventando, consiste en utilizar nuestra cara a modo de recordatorio del teléfono.

Solo tenéis que poneros con vuestros peques, a poder ser delante de un espejo, para que se vean a sí mismos haciéndolo y lo memoricen también visualmente, y decirles que con una de sus manos hagan esta secuencia, señalando lo que verbalicen: una boca, una nariz y dos ojos. 1-1-2, de abajo a arriba.
Prueba a hacerlo tú. Verás qué fácil es de recordar así. y después, haz lo propio con tus hijos e hijas pequeños; ya verás cómo les gusta y cómo se les queda. Se lo toman como un juego, sonríen y se ríen mientras practican, y ya no se los olvidará nunca que ese es el número al que tienen que llamar si pasa algo grave. Y si se les olvida el número o el orden de los mismos, siempre tendrán el recurso lúdico para recordarlo de nuevo.
Cuando se lo enseñéis a vuestros peques, aprovechad para dejarles caer —tendréis que repetirlo más veces, seguramente— que el 112 es el teléfono de emergencias y no de información, y que emergencias son los accidentes, los incendios, los robos, las agresiones, las catástrofes, que un animal esté en apuros o que una persona necesite atención sanitaria urgente.