Estar embarazada no siempre es sinónimo de ser feliz...y no pasa nada
No para todas las mujeres el embarazo es una etapa de felicidad y plenitud. Muchas atraviesan rachas de miedo e incertidumbre y no pasa nada. Así lo explica un psicóloga perinatal.

De la vivencia de estar embarazada sabemos poco y mucho a la vez. No es lo mismo estar embarazada hoy y aquí, en España, que haber estado embarazada hace 50 años en nuestro país o que estarlo hoy, pero en otro lugar del mundo. Si la vivencia es diferente es porque está mediada por aspectos socio-culturales a los que tenemos necesariamente tenemos que atender para poder comprender cómo es vivir embarazada en la sociedad actual:
- La medicalización de la gestación: el seguimiento médico del embarazo es cada vez mayor y está orientado desde una perspectiva de “detectar la anomalía”, con el ojo en el riesgo y no en el desarrollo normal y natural. Y esto, que ayuda a prevenir por un lado, tiene consecuencias emocionales en las mujeres. Son muchas las que viven con elevados niveles de ansiedad los días previos a las revisiones, impactando no solo en el estado de ánimo, ya de por sí ambivalente y vulnerable durante el embarazo, sino perturbando también el descanso en una etapa donde el cansancio es mayor al estar creando vida.
- El silencio del primer trimestre socialmente aceptado y esperado. Las primeras semanas de embarazo se viven desde el miedo a que algo no vaya bien. Siendo este miedo normal, el problema está en que se suele vivir en soledad porque se silencian las pérdidas gestacionales. Son muchas las mujeres y parejas que esperan a superar el primer trimestre para compartir la alegría con el entorno próximo y esto, hace que el miedo vivido en soledad sea más difícil de gestionar y más invasivo, pero además, que las pérdidas gestacionales se viven en silencio, solas y con la sensación de tener que ocultarlo y esto, condiciona la vivencia y la transición del duelo.
- La presión social por el físico sigue actuando (y muy fuerte) durante el embarazo. Para muchas mujeres la relación con el físico es compleja, la dificultad de estar siempre “perfectas” cumpliendo un patrón estético difícil de alcanzar supone una doble presión durante el embarazo. El imperativo de controlar el peso para no engordar más de lo establecido y para recuperar la figura cuanto antes después del parto hace que afloren relaciones tóxicas con la alimentación y que el embarazo se viva como una amenaza a la autoestima de muchas mujeres. Esto, impacta no sólo en cómo se alimentan, también en cómo se sienten cuando observan los cambios de su cuerpo. El cuerpo cambia en cada embarazo y cada posparto, seguir haciendo como si esto no pasase, impacta de manera directa en la Salud Mental de las mujeres.
- El embarazo es una etapa de muchísima ambivalencia emocional y de numerosos cambios físicos que impactan de manera directa en el bienestar y la energía de las mujeres, siendo cierto que no todas las embarazadas están enfermas, sí todas están creando vida y esto tiene consecuencias. Actualmente, se pretende que las mujeres embarazadas mantengan el ritmo social y laboral como si nada estuviera pasando, como si ese cuerpo no estuviera bombeando, como mínimo, dos corazones a la vez.
- La idealización del embarazo. Muchas mujeres llegan al embarazo creyendo que será la etapa más feliz de su vida, que se encontrarán genial y que la experiencia será maravillosa. Pero no para todas el embarazo se vive desde ahí. Hay mujeres que experimentan una serie de síntomas muy molestos que impactan en su día a día. Otras que no disfrutan del embarazo. Otras que lo hacen muchísimo. Hay mujeres que llegan al embarazo tras una larga búsqueda que ha podido desgastarlas emocionalmente y, muchas veces, económicamente. Otras que no lo estaban buscando, pero que vino. Y muchas que llegan tras una (o más) pérdidas. Seguir manteniendo el imperativo social de embarazo es felicidad silencia muchas experiencias e impacta de manera inevitable en una sensación que muchas mujeres verbalizan como “esto no es lo que yo esperaba” o como “me siento mal por no estar siendo capaz de conectar con la felicidad, tengo miedo”.
Así que vivir embarazada en la sociedad actual es diferente que hacerlo hace unos años, y será diferente dentro de veinte. Cada vez se habla más de salud mental perinatal, cada vez más profesionales luchamos para que se visibilice la realidad de la gestación, el parto y el posparto, y la mejor manera de entender qué supone estar embarazada hoy es preguntar. Preguntar a las mujeres que lo están y hacerles sentir que su vivencia es válida.
Porque como dice Bronfenbrenner “el desarrollo humano tiene lugar en un tren en movimiento”. Y ese tren, para quien se lo pregunta, es, sin duda, la cultura.