El progreso de la ciencia es fundamental en términos de prevención. Aunque es cierto que, en ocasiones, los descubrimientos también pueden provocar cierta ansiedad y nerviosismo en las futuras mamás.
Hablamos de fiebre cuando la temperatura corporal es superior a lo normal; es decir, cuando supera los 38 ºC. Durante el embarazo, la fiebre puede ser un síntoma de infección, como por ejemplo una infección del tracto urinario, sarampión, listeriosis, una gripe o un resfriado.
¿Puede ser peligrosa la fiebre para el feto?
Durante la gestación, incluso aunque la fiebre sea leve, debe ser controlada de cerca. De hecho, una fiebre leve, que dure más allá de 24 horas, o una fiebre de 38,5 ºC o más puede ser perjudicial para la gestación, ya que podría ser una señal de infección. Y las infecciones son una de las principales causas de parto prematuro.
Algunos estudios científicos han relacionado la fiebre durante el embarazo, especialmente a lo largo del primer trimestre, con un riesgo elevado de anomalías congénitas. Sin embargo, otros estudios han encontrado resultados distintos. Por lo tanto, al menos por el momento, las investigaciones existentes hasta ahora no permiten determinar si, en realidad, existe o no tal vínculo.
Además, los científicos no saben por ahora si la elevación de la temperatura corporal de la futura mamá es la “culpable” del aumento de riesgos de defectos congénitos, o si, en realidad, se debería a la infección.
¿Puede incrementar el riesgo de autismo en el bebé?
Un estudio estadounidense, llevado a cabo en el año 2017 por la Universidad de Columbia, encontró que los episodios de fiebre durante el embarazo aumentarían el riesgo de autismo; además, cuantos más episodios de fiebre se repitan, mayor sería el riesgo.
De esta manera, los investigadores establecieron que, tres episodios de fiebre después de la semana 12 de embarazo, aumentarían el riesgo de autismo en un 300 por ciento.

Para llegar a estos resultados, los investigadores analizaron datos de salud recopilados de 95.755 niños nacidos entre 1999 y 2009 en Noruega. Encontraron que 15.700 mujeres embarazadas tuvieron fiebre durante sus embarazos, y un total de 587 bebés fueron diagnosticados con autismo.
Los resultados de aquel estudio, publicado en Molecular Psychiatry, revelaron que el riesgo de desarrollar un trastorno del espectro autista se incrementa en un 34 por ciento si la futura mamá tiene fiebre durante el primer trimestre. Pero el riesgo es aún mayor —aumenta al 40 por ciento— cuando la futura mamá tiene fiebre durante el segundo trimestre.
También señalaron que dos tipos distintos de fármacos, comúnmente usados para el tratamiento y la reducción de la fiebre, como es el caso del paracetamol y el ibuprofeno, podrían reducir el riesgo, al ser de cierta ayuda a la hora de disminuir la fiebre.
De acuerdo a los expertos, el trabajo futuro debería centrarse en identificar y prevenir las infecciones prenatales y las respuestas inflamatorias que pueden acabar contribuyendo al trastorno del espectro autista.
No obstante, se hace necesario consultar al médico para saber cuál es la mejor forma de tratar la fiebre durante el embarazo, ya que algunos fármacos no son adecuados. Un buen ejemplo lo encontramos en el ibuprofeno, el cual es dañino para el feto desde el primer trimestre. Por tanto, es mejor consultar a un médico tanto para averiguar como para tratar la causa de la fiebre.