SI hay una asignatura a lo largo de la vida académica que refiere problemas y preocupaciones a familias y niños, esas son las matemáticas. Estas ciencias exactas no están, a menudo, entre las asignaturas preferidas de los más pequeños de la casa y, salvo excepciones, muchas familias no saben cómo ayudar y terminan por llevar a sus hijos a clases de apoyo buscando un poco de ayuda.
“Probablemente, las matemáticas no sean del agrado de todos porque requieren un esfuerzo mental”, nos cuenta José Antonio Prado-Bassas, profesor titular en el Departamento de Análisis Matemático de la Universidad de Sevilla y divulgador científico.
“Este motivo hace indispensable conseguir que las matemáticas sean un poquito más accesibles para todos”, nos cuenta igualmente. Y esto, a su juicio, es necesario hacerlo desde que los niños son pequeños, a fin de que el gusto se intente adquirir desde primeros años de la infancia.
Los secretos para que los niños amen las matemáticas
La parte más importante, de acuerdo al mismo divulgador, es empezar a no transmitir a los niños el miedo que muchos tenemos a las matemáticas. “El miedo a las matemáticas lo transmitimos de generación en generación; como tienen esa mala fama, el niño va recibiendo esos inputs y poco a poco genera un rechazo hacia esta materia”, nos cuenta. Así que, es necesario que no transmitamos ese miedo (aunque nosotros, sus padres, lo tengamos o aunque a nosotros no nos gusten demasiado).
“Con actitudes como no ayudar a los niños con los deberes de matemáticas lo que hacemos es transmitir ese odio”, dice el experto. “Tenemos que eliminar frases como ‘uy, no, yo de matemáticas no entiendo’ o ‘no, con los deberes de matemáticas no te puedo ayudar’”, dice.
Además, afirma que los profesores son también figuras fundamentales: aunque están muy ceñidos a la programación educativa de cada colegio, cada vez hay docentes más creativos a la hora de enseñar esta materia a sus estudiantes. “Cada vez hay más recursos que las hacen amenas y divertidas y casi todos los profesores tratan de hacer las matemáticas algo más cercanas”.
Tres trucos para transmitir las matemáticas a los niños desde un punto divertido
José Antonio Prado- Bass acaba de publicar el libro Historia del Infinito (editorial Pinolia) en el que cuenta absolutamente todos los secretos sobre este número (ya sabes, el que no tiene fin). Un número perfecto para transmitir a los niños que las matemáticas no son aburridas: “El infinito es un recurso que escuchan los niños muchas veces; si nos preguntan, tan solo tenemos que decirles que el infinito es ese punto en el que se juntan las vías del tren cuando las ves a lo lejos”, nos dice el experto.
Además de este truco, nos ha contado algunos otros para transmitir amor por esta materia. Todos relacionados con el nuevo concepto de ‘matemáticas socioafectivas’ (acercar estas ciencias exactas a la vida cotidiana):
- Contextualizar los problemas matemáticas de forma cercana al entorno del niño: plantearlos con un enunciado que hablen sobre ellos o sobre sus aficiones
- Hacer que las matemáticas sean manipulativas: además de usar su mente, sería genial que los niños puedan ‘tocar’ las matemáticas: las pizzas que tienen que restar, las tartas y sus porciones a la hora de hablar de fracciones,…

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