Cómo aprender matemáticas Montessori de una manera amena y divertida
Como el resto de materias, las matemáticas se estudian en el método Montessori mediante materiales específicos que son manipulativos y sensoriales.
El área de matemáticas no es una excepción en el método educativo Montessori. También se trabaja mediante materiales manipulativos adaptados a niños pequeños, desde edades muy pequeñas. Así explican los centros educativos especializados en esta forma de educar y enseñar cuáles son y cómo los utilizan.
Explican desde las escuelas infantiles Montessori Village por qué los materiales son manipulativos: “Según María Montessori, la mente de un niño es matemática, con una necesidad de orden y basada en una conciencia perceptiva. Para satisfacer sus necesidades, hay que trabajar con sus sentidos”, explican. En la misma línea lo hace el International Montessori Institute Barcelona: “Los ejercicios en el área de matemáticas con Montessori ofrecen a los niños las claves necesarias para guiarlos hacia una mayor exploración y maduración de la mente matemática. La forma en que se ordena el material sensorial les permite completar ciclos intelectuales que fomentan su libertad e independencia”, señalan.
Tipos de material
Es fundamental para entender cómo se trabajan las matemáticas Montessori, conocer el material específico que se utiliza tanto en el aula como en casa.
Ya sean materiales “industriales”, específicamente diseñados para la educación Montessori, o caseros, deben cumplir con las una serie de características, algunas de ellas descritas y enumeradas por el equipo de las escuelas infantiles Montessori Village. “Sensoriales: uso de los sentidos y de la experimentación; manipulativos: los niños usan sus manos; progresivos: pasan de lo simple a lo complejo; autocorrectivos: prueba/error; lúdicos: aprenden y se divierten; aíslan la dificultad, se van incorporando conocimientos de manera progresiva; repetitivos: todos los materiales Montessori se aprenden a base de la repetición; adecuados al tamaño del niño; agradables a la vista estéticamente; y que fomenten la libertad de elección y los sentidos”.
Algunos de los materiales que cumplen con esta descripción son las barras de perlas Montessori, de las que te hemos hablado en concreto. Se utilizan ya con los peques de tres y cuatro años. Con ellas se trabajan las decenas, por ejemplo, pero también la numeración más básica.
Otros materiales Montessori para trabajar habilidades matemáticas son las fichas y numerales. “Refuerzan la correspondencia entre cantidad y símbolo, así como la secuencia del 1 al 10. Además, dan otra experiencia perceptiva de la cantidad como una colección de objetos separados e introducen el concepto de pares e impares”, explican desde el International Montessori Institute Barcelona.
El centro barcelonés especializado en educación Montessori destaca también la caja de números y bandeja con perlas doradas, que “ayudan a que los niños conozcan las jerarquías del sistema decimal e identifiquen las cantidades que corresponden a cada una de ellas”; las tablas de la suma Montessori, que “ayudan a la memorización de las diferentes combinaciones de la suma”; el ábaco; y el material de fracciones metálicas, que “introduce a los niños en el concepto de fracción, les ayuda a identificar desde un entero hasta los décimos, a distinguir las partes de una fracción, a practicar en un nivel básico las cuatro operaciones con fracciones y a encontrar algunas equivalencias con fracciones”, exponen. Todos estos materiales se utilizan de la forma descrita en la etapa de Primaria, en función del desarrollo y edad de los estudiantes.
Cómo se trabaja
Desde muy pequeños, la manera de trabajar en las escuelas Montessori es la misma en todas las materias, también en matemáticas.
“Comenzamos en el área sensorial trabajando los conceptos matemáticos, para preparar al niño para un aprendizaje más complejo”, apuntan desde las escuelas infantiles Montessori Village. “Cuando los niños adquieren los principios matemáticos aprenden un desarrollo lógico que va de lo concreto o lo simple a lo abstracto o complejo. Para ello el niño debe pasar previamente por el área de vida practica y el área sensorial”, añaden.
Para que el proceso de aprendizaje sea el deseado, es la guía quien va introduciendo y presentando los materiales a los estudiantes según su desarrollo y periodo sensible, y siempre de lo concreto a lo abstracto. “Todos los ejercicios matemáticos iniciales se trabajan a nivel sensorial para garantizar que el niño relacione la cantidad con el símbolo”, indican desde el International Montessori Institute Barcelona al respecto.
La base, una vez se familiarizan con el material, es aprender los números del 0 al 10. “Los ejercicios en esta sección deben estar firmemente arraigados en el niño antes de continuar con los materiales matemáticos”, indican desde el instituto barcelonés. En esta etapa, el niño aprende los números y la cantidad que indica, los símbolos e idiomas de estos, la diferencia sensorial entre pares e impares, y a fijar un número en su mente y recordarlo durante un periodo largo de tiempo, entre otras cuestiones.
Posteriormente, continúan explicando desde el International Montessori Institute Barcelona, ya en Primaria, aprenden habilidades y conocimientos como las decenas, a través de las citadas perlas; y el sistema decimal, el cual, con material Montessori, “El niño aprende que cero puede dar un mayor valor a un número, y también aprende el idioma de los números más grandes”; la exploración y memorización de las tablas de multiplicar; y las fracciones, entre otras.
Material sensorial específico
Todo se aprende mediante material sensorial específico. Por ejemplo, la memorización de las tablas, mediante el material, el niño o niña tiene “la oportunidad de explorar combinaciones de números esenciales para cada operación matemática y continuar evolucionando hacia materiales menos concretos”, cuentan desde el instituto barcelonés especializado en el método educativo Montessori.
Además, en el área de matemáticas, durante la etapa de Primaria, se lleva a cabo un trabajo de “reexaminar los conceptos” con materiales de transición que permiten a los estudiantes darse cuenta por sí mismos de en qué momento ya no necesitan el material con el que han trabajado para realizar determinadas operaciones aprendidas. “Cuando el niño llega a este punto, ya es capaz de pensar de manera abstracta”, concluyen desde el International Montessori Institute Barcelona.