La sudamina o también llamada miliaria es una erupción en la piel muy característica de edades comprendidas entre el nacimiento y el año de vida, es decir, es típica de niños muy pequeños debido a su inmadurez para regular adecuadamente la producción de sudor aunque puede aparecer con menor frecuencia también en adolescentes.

La erupción tiene un aspecto de “papel de lija”, con puntos rojos como cabezas de alfiler o incluso pequeños puntos blanquecinos. No es doloroso ni tampoco pica y aparece sobre todo en las zonas en las que hay una mayor concentración de glándulas sudoríparas (frente, cara, pecho y espalda). Si la afectación es superficial no suele dar molestias pero si es más profunda sí que puede dar picor intenso y tiene más riesgo de sobreinfección (aunque esto último es muy raro). La causa de estos pequeños granitos es la obstrucción e inflamación de estas glándulas y es muy característico de los meses más calurosos aunque puede aparecer con menor frecuencia en otras épocas del año.
Normalmente desaparece con el tiempo y no precisa de un tratamiento específico ya que las glándulas tienden a desobstruirse y desinflamarse por sí solas. Sólo si la afectación es profunda o hay sobreinfección precisará de cremas de corticoide o antibióticos respectivamente.
¿Cómo podemos prevenirla?

- Evitar tejidos sintéticos y utilizar con más frecuencia prendas de algodón 100% o lino ya que son más transpirables y ayudar a regular mejor la temperatura, evitando la sudoración excesiva.
- Evitar abrigar en exceso, algo que es frecuente sobre todo en los recién nacidos por el miedo a que enfermen.
- Evitar utilizar cremas o ungüentos densos que obstruyan más las glándulas sudoriparas. Es mejor utilizar cremas hidratantes fluídas que ayuden a refrescar la piel.
- Evitar ambientes con exceso de calor, aprovechando siempre la sombra y climatizando las estancias siempre de forma sensata (no superar los 25ºC del aire acondicionado y evitar que le de a los niños de forma directa).

- Uso de fotoprotectores ya que la radiación UV inflama la piel y facilita la aparición de sudamina.
Aunque en muchas ocasiones la erupción nos va a llamar mucho la atención por su intensidad no hay que alarmarse ya que no suele ser molesta y mejora rápidamente por lo que deberemos centrarnos sobre todo en que nuestros pequeños pasen el mínimo calor posible y disfruten del verano.