4 consejos para enseñar a los niños a controlar sus emociones, según la experta Jazmine McCoy

Cualquier emoción esconde un mensaje, incluso las emociones que no nos gustan, las que nos incomodan, según la psicóloga clínica norteamericana Jazmine McCoy.
shutterstock_1909394983

Cuando los niños se enfadan nos están diciendo algo, es evidente, esa emoción “está aquí para decirnos algo importante. Así que prestemos atención”, señala la Dra. McCoy en sus redes sociales, donde ha desarrollado una comunidad de casi 800.000 personas que buscan respuestas y consejos para tener una crianza más positiva.

En las ocasiones en las que los deseos o las necesidades no han sido satisfechas como el individuo espera, nos enfadamos, nos frustramos. Los adultos lo podemos gestionar mejor que los niños, es lógico pensarlo, para Jazmine McCoy “el objetivo es criar un niño que sepa cómo manejar la ira de una manera saludable”.

Por eso, aquellos momentos en los que nuestros hijos muestran su ira, su enfado y su frustración, la doctora McCoy plantea que los aprovechemos como oportunidades para que los niños aprendan cómo pueden manejar sus emociones. Porque cuando hayan adquirido esa habilidad, van a conseguir ser más resilientes y al mismo tiempo más felices, van a desarrollar mejores relaciones con sus iguales e incluso, como se ha publicado recientemente, van a tener más probabilidades de éxito escolar.

Los 4 consejos de la Dra. McCoy 

Ella plantea cuatro sencillas estrategias para enseñar a los niños y a las niñas a gestionar sus emociones, sobre todo aquellas que son menos agradables que no es lo mismo que considerarlas negativas.

Límites

Es imprescindible que el niño entienda que hay unos límites que no se pueden cruzar por muy enfadado que esté. Reconocer esa emoción no significa que pueda hacer cualquier cosa que se le pase por la cabeza en ese momento.

Es importante que las niñas y los niños sientan que son escuchados cuando están enfadados, según señala Jazmine McCoy, tienen que darse cuenta de que los adultos pueden apoyarles cuando estas emociones aparecen, porque van a aparecer porque las emociones menos agradables forman parte de nuestra vida en general.

Identificar

Podemos ser nosotros, los adultos los que les enseñemos lo primero a descubrir qué es lo que realmente le está enfadando y a partir de ahí, podemos sugerir posibles soluciones para esa situación.

Identificar las emociones les va a permitir que comuniquen qué es lo que están sintiendo, qué están experimentando. Van a aprender a comunicarlo con palabras y no con gritos, según plantea la doctora McCoy.

Calmar

Respirar es vital y cuando estamos en un episodio de enfado aún más. Podemos tomar la iniciativa e invitarles a que hagan respiraciones profundas con nosotros hasta que ellos mismos aprecien como les calma, como les relaja un poco y eso les puede ayudar a verbalizar lo que sienten, a contarnos el por qué están enfadados, a identificar como decíamos en el punto anterior.

Mitigar

Es un error responder al enfado de nuestros hijos con más enfado por nuestra parte, lo sabemos pero a veces nos cuesta no caer en la trampa de estas emociones tan pasionales.

Jazmine McCoy defiende que los adultos tenemos que tener en mente que los niños reaccionan a veces de forma desbordada precisamente porque aún no han aprendido a regular sus emociones por sí mismos. De ahí la importancia de mantener nosotros la calma para enseñarles a hacerlo.

Enseñar a los niños a gestionar sus enfados es clave.

TAMBIÉN LEE:

Recomendamos en