Van a aprender a ser más autónomos, a sentirse más “mayores” y valorados, a formar parte de la familia como si de un equipo se tratara, son muchos los beneficios que van a traer a nuestros hijos que dejemos que se impliquen y se responsabilicen de algunas sencillas tareas acorde a su edad y sus capacidades.
Para la metodología Montessori, estas sencillas ocupaciones son perfectas para que las pongan en práctica los niños y las niñas de 2 o 3 años. Es una forma de empezar a implicarse en el trabajo en común que beneficia a su autoestima y autoconfianza.
Quizás al principio es más que probable que no las hagan perfectas y es posible que después tengamos que ir nosotros, los adultos, a “repasarlas” un poco por detrás, sin que se den cuenta. Pero también es muy probable que poco a poco las lleven a cabo tan bien como las podemos hacer nosotras y que eso haga que de una forma natural vayan siendo más habilidosos y adquiriendo mayores responsabilidades progresivamente.
Es fundamental que les animemos, que no limitemos sus habilidades porque nos dé miedo que se pueda romper algún objeto que realmente es prescindible, es muy importante que les propongamos que participen en las actividades que se llevan a cabo en casa para que, a través de la autonomía y el descubrimiento, sigan creciendo de una forma individualizada y saludable.

¿Qué tareas puede realizar un niño de 2 o 3 años según el Método Montessori?
Estirar la cama
No podemos pretender que con esta edad haga su cama pero sí puede perfectamente estirar la sábana o el edredón y colocar su almohada, más o menos bien.
Poco a poco lo irá haciendo cada vez mejor y es una tarea sencilla pero al mismo tiempo le aporta mucha independencia y le enseña a apreciar el orden y la limpieza en su entorno, en su espacio más personal y como él o ella puede contribuir a conseguirla.
Ayudar a poner la mesa
Es una tarea perfecta para que la autonomía y la colaboración se trabajen de una forma natural, podemos empezar por pocos objetos para ir ampliando según vaya siendo capaz de asumir mayores responsabilidades y siempre eliminando aquellos que puedan resultar peligrosos.
Colaborar en la cocina
Por ejemplo ayudando a sacar los utensilios limpios del lavavajillas, a lo mejor él o ella aún no alcanza a los armarios para colocar los vasos o los platos pero quizás sí pueda con 2 o 3 años, colocar los cubiertos en el cajón. Siempre con la supervisión de un adulto y teniendo cuidado de que los utensilios que haya en el lavavajillas no sean peligrosos para nuestro hijo o hija.
Limpiar su mesa
Su mesa de juegos puede ser ese lugar que aprenda a limpiar antes de acostarse o después de la cena. Se trata de crear una costumbre, independientemente de que el resultado al principio no sea el deseado. Se trata de promover su sentido del orden y sobre todo, del cuidado de su entorno personal.
Seleccionar la basura
No se trata de tirarlo todo en el mismo sitio sino de ir aprendiendo a depositar cada desperdicio en el sitio indicado. Es una habilidad importante con la que está aprendiendo a clasificar correctamente, a desarrollar la responsabilidad y al mismo tiempo a entender qué es la conciencia ambiental y el respeto por la naturaleza.
Guardar los juguetes
Empezamos por guardarlos después de jugar, el momento de recoger los juguetes con los que ha estado jugando es sencillo y puede hacerlo sin mayor problema.
Poco a poco podemos plantear la necesidad de organizar los juguetes al guardarlos, en sus cajas o en las estanterías designadas para cada tipo de juguete. De este modo el niño o la niña, está aprendiendo no solo a mantener el espacio ordenado que ya es algo importante, sino también a categorizarlos.
Como siempre, para que nuestra hija o hijo se sienta motivado, es importante apoyar su esfuerzo más que el resultado obtenido, así que a nosotras nos toca aplicar una dosis de paciencia y comprensión, están aprendiendo a crecer, hay que darles tiempo.

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