Según la Universidad de Yale, que tus hijos duerman bien es fundamental para la salud de su cerebro

Los hábitos de sueño afectan a la salud cerebral independientemente de la edad que tengamos, por eso es tan importante inculcar unos hábitos de sueño saludables desde la infancia.
Madre e hijo durmiendo juntos

Investigadores de la facultad de medicina de la Universidad de Yale, han publicado las conclusiones de un estudio realizado a través de neuroimagen a 40.000 personas asintomáticas mediante el cual, buscaban comprender cómo los hábitos de sueño influían en su salud cerebral.

Las conclusiones a las que han llegado una vez analizados los datos, han venido a confirmar que dormir menos de lo que necesitamos está relacionado con lesiones cerebrales de las denominadas silenciosas, una tipología de lesiones que los médicos reconocen como presagios de accidentes cerebrovasculares o demencias años antes de su aparición.

Dormir mal, dormir menos de lo que el cuerpo necesita, hace que aumente la posibilidad de padecer un gran número de problemas de salud crónicos, desde enfermedades cardiacas a obesidad, pasando por enfermedades mentales como la depresión.

Dormir bien para vivir mejor

Uno de los investigadores que ha participado en este estudio es el doctor Clocchiatti-Tuozzo que señala la importancia de estos hallazgos ya que “se suman a la creciente evidencia de que el sueño es un pilar fundamental en la salud del cerebro y además, proporcionan evidencia científica que nos ayuda a comprender como el sueño y la duración del sueño pueden ser un factor de riesgo modificable para la salud del cerebro en el futuro”. De ahí la importancia de empezar a enseñar a dormir más y mejor durante la infancia.

Para fomentar unos hábitos de sueño saludables en los niños es importante ir delimitando las obligaciones y las necesidades de cada uno, generando unas rutinas que ayudan a bajar el ritmo e ir preparándose para ir a dormir.

Una ducha, ponerse el pijama, cenar, recoger la mesa, preparar la mochila para el colegio, lavarse los dientes, dejar lista la ropa para el día siguiente, son acciones rutinarias que sirven de preparación para el momento de acostarse.

Leer antes de dormir o leerles nosotras a nuestros hijos o hijas, si son pequeños, antes de que se queden dormidos es otra buena costumbre que ayuda a conciliar el sueño. Además siempre podemos utilizar las reconocidas “mantas con pesos” que distintos estudios han confirmado que tienen un “efecto calmante beneficioso” a la hora de conciliar mejor y más rápido un sueño reparador o incluso, podemos utilizar el famoso “ruido blanco” para ayudar a relajarse a los niños justo en el momento en el que van a dormir.

Es fundamental una buena higiene del sueño desde pequeños. 

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