La noticia es cuanto menos alarmante. Un dato que se ha conocido a tenor de un reciente estudio llevado a cabo en todo el mundo para conocer los hábitos de alimentación de niños y adolescentes en 185 países y compararlo con un estudio llevado a cabo a finales de los años 90.
Y, lo dicho, la situación es preocupante ya que se ha notado que ha aumentando el consumo de bebidas azucaradas por parte de estos menos. Es más, el estudio estima que al menos el 10% de los jóvenes de todo el mundo consumen más de 7 bebidas azucaradas a la semana.
Como refleja este informe, en líneas generales, el consumo apenas notaba diferencias entre niños y niñas pero sí era mayor en adolescentes, residentes urbanos e hijos de padres con niveles educativos más bajos como explican los responsables del estudio, investigadores de la Friedman School of Nutrition Science and Policy de la Universidad Tufts en estos datos publicados en The BMJ.
Entre las naciones más pobladas del mundo, las que tenían el mayor consumo de bebidas azucaradas por parte de los jóvenes incluían a México, seguido de Uganda, Pakistán, Sudáfrica y Estados Unidos. Si se observan la tendencia desde 1990, la región con el mayor aumento del consumo entre los jóvenes fue el África subsahariana.
Las bebidas azucaradas
En este estudio se tomaron de referencia de bebidas azucaradas todo aquello que eran refrescos, zumos, bebidas energéticas, bebidas para deportistas y bebidas de frutas endulzadas en casa, como las aguas frescas, con azúcares añadidos y que contienen más de 50 kcal por ración de 1 taza. No obstante, en esa definición de bebidas azucaradas no se tomaban en cuenta los zumos de fruta al 100%, las bebidas no calóricas endulzadas artificialmente y las leches azucaradas.

"Las bebidas azucaradas aumentan el aumento de peso y el riesgo de obesidad, por lo que, aunque los niños no suelen desarrollar diabetes o enfermedades cardiovasculares cuando son jóvenes, podrían tener repercusiones importantes más adelante", afirmaron los responsables de este estudio que pone de manifiesto la necesidad de abordar intervenciones educativas y políticas específicas para cambiar este patrón de consumo alimenticio y prevenir los resultados adversos asociados con la ingesta de bebidas azucaradas en la infancia.
En los últimos años, muchos gobiernos de todo el mundo han puesto en marcha medidas para revertir esta situación como impuestos sobre los refrescos o restricciones a la venta de bebidas azucaradas en las escuelas para promover hábitos alimentarios saludables.
Estos esfuerzos son nuevos y también se enfrentan a fuertes fuerzas contrarias, como el agresivo marketing de la industria y la globalización del sector alimentario.