Hace unas semanas Richard Gerver participó como ponente en el ICEUFORUM grandes inspiradores TER al que asistieron en torno a 400 padres, madres y docentes de educación infantil y que organizó el Colegio CEU Jesús María de Alicante.
En su intervención Richard Gerver planteó distintas prioridades a la hora de educar a nuestros hijos. Una de ellas es “ayudar a nuestros hijos a descubrir su pasión” y por eso confesaba ante todo el auditorio que él no entiende “porque pasamos nuestras vidas convirtiendo a los niños en robots, para que hagan las cosas bien”, cuando lo idóneo sería educarles para que prueben, para que investiguen y por supuesto, para que se equivoquen con libertad.

“Como padres tenemos que celebrar los fracasos y los errores de nuestros hijos” porque esa es la manera en la que aprendan a enfrentarse a diferentes situaciones, los errores no dejan de ser oportunidades de aprendizaje para los niños como también lo son para los adultos.
Pensar fuera de la caja
Para Richard Gerver uno de los errores que estamos cometiendo tanto los padres como los educadores actuales es lo que él denomina una obsesión con que los niños y las niñas respondan a las preguntas de la manera correcta, porque así estamos enseñando a los niños que hay respuestas correctas e incorrectas.
Para él eso no es tan importante como el que tengan el coraje de desafiar la propia prueba o pregunta y resolverla a partir de su propio criterio. Es muy importante que se enseñe a los niños a tener una mente abierta y según Gerver, los “padres y educadores tienen que animar a los niños y a las niñas a formular preguntas estúpidas” porque tener inquietudes y curiosidad sobre todo aquello que nos rodea es “un signo de inteligencia” que hay que fomentar y aplaudir.
Para él, el trabajo fundamental de los padres y educadores es ayudar y animar a sus hijos a soñar y para soñar tienen que tener experiencias por lo que no se trata solo de hablarles sino “escucharles, mirarles, sacarles al mundo real y darles tantas experiencias como puedas” y por supuesto dejar que se planteen cualquier tema sobre cualquier aspecto que les rodee.
Del pensamiento a la acción
Una vez que les hemos animado a soñar hay que ayudar a nuestras hijas e hijos a convertir esos sueños en aspiraciones, en posibilidades reales “enseñándoles el camino para alcanzarlos” que no es lo mismo que llevándoles hasta allí.
Para Richard Gerver es fundamental que les proporcionemos oportunidades que al estimular sus sentidos, estimulen su aprendizaje de un modo natural. No hace falta que lo planifiquemos todo, de hecho él apuesta porque lo mejor es simplificar el proceso, para él uno de los retos más importantes que “debemos emprender es la necesidad de dejar de creer que todo tiene que ser complejo, porque no lo es.”
Ni todo tiene que ser planeado ni toda la educación debe ser a través del aprendizaje formal, señalaba Gerver en su ponencia, tener inquietudes de forma continua es para él un signo de inteligencia y una demostración de la eficacia de la educación que está recibiendo nuestra hija o hijo.
Él apuesta por el aprendizaje a través de las rutinas diarias, de las acciones más sencillas que a veces realizamos de una forma mecánica, nuestros hijos se van a inspirar a través de nuestro ejemplo, lo que Gerver llama aprendizaje “piel con piel en nuestra relación con los demás”. A través de nuestro ejemplo aprenden a relacionarse con el mundo, a desarrollar sus talentos y sus propias habilidades.
Para terminar, Richard Gerver quiso recordar que su modo de entender la educación tiene “el propósito de desarrollar capacidades humanas, acompañar a nuestros hijos e hijas, a nuestras alumnas y alumnos en su crecimiento natural y guiarles hacia el conocimiento de la bondad, la verdad y la belleza.”
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