5 actitudes de padres tóxicos

Existen ciertas acciones que pueden afectar negativamente a la salud mental de nuestros hijos. ¿Sabes cuáles son comportamientos más comunes que tienen los “padres tóxicos? En el siguiente artículo te lo explicamos.
padre tóxico

La crianza de los hijos es uno de los roles más significativos y gratificantes en la vida de una persona. Sin embargo, esta aventura no viene con un manual de instrucciones, y nadie nace con el conocimiento innato de cómo ser padres perfectos. La experiencia de criar a los hijos es un terreno desconocido, lleno de desafíos y aprendizajes que pueden ser emocionantes pero, al mismo tiempo, abrumadores.

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La realidad es que, aunque nadie nace sabiendo cómo ser padres, es fundamental reconocer que algunas de nuestras acciones pueden influir en la vida de nuestros hijos a lo largo del tiempo. Existen varios comportamientos que una madre o un padre pueden tener y que pueden causar daños emocionales y mentales a los niños. De hecho, pueden afectarles en gran medida en su vida adulta. A esto se le podría llamar un “padre tóxico”.

Pero, ¿qué es exactamente un padre tóxico?

Ser un padre tóxico significa que alguien que ocupa el rol de padre/madre o figura parental ejerce un comportamiento perjudicial y dañino hacia sus hijos. Y, ¿por qué se da esta toxicidad? Pues la razones pueden ser muchas y pueden variar de una persona a otra. En primer lugar, debemos saber que la forma en que los padres fueron criados y las experiencias que tuvieron en su propia infancia pueden influir en cómo se comportan como padres. 

Entonces, por ejemplo, si un padre fue víctima de abuso o negligencia durante su infancia, es posible que reproduzca los mismos patrones en su rol de padre. Además, las presiones de la vida cotidiana, como problemas financieros, conflictos laborales o problemas en las relaciones, pueden llevar a que un padre reaccione de manera negativa y se vuelva tóxico hacia sus hijos.

Pero, por otro lado, existen factores más internos que pueden ser muy importantes y determinantes en la crianza de un peque. Y es que existen padres que carecen de habilidades necesarias para criar a sus hijos de manera positiva y efectiva. Esto puede deberse a una falta de educación sobre crianza o una falta de apoyo para aprender a ser padres. Otros padres pueden enfrentar problemas de salud mental, como trastornos del estado de ánimo, ansiedad o trastornos de personalidad, que pueden afectar su capacidad para cuidar adecuadamente a sus hijos y manejar sus emociones de manera saludable.

En cualquier caso, es importante reconocer que la salud mental de los padres afecta directamente a la de sus hijos. Si quieres saber cuáles pueden ser las señales más habituales que delatan a un padre tóxico, a continuación te contamos cinco de ellas:

1. Ser excesivamente crítico

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Los padres en ocasiones criticamos a nuestros hijos por una actitud, una mala respuesta, un mal comportamiento... pero un padre tóxico lleva estas críticas a un grado superlativo, al extremo y se convierte en alguien demasiado crítico con todo lo que hace su hijo. Los padres podemos cometer el error de creer que lo que hacemos es algo bueno para evitar que nuestros hijos cometan errores. Sin embargo, estamos haciendo todo lo contrario. Lo que sucede al criticar y juzgar a nuestros hijos de manera severa es forzarles a tener una baja autoestima y que desarrollen una imagen interna demasiado dura, algo que les impedirá conseguir sus retos e ilusiones en la vida adulta.

2. Proporcionarles inseguridad

La psicóloga Susan Forward habla en su libro Padres que odian que "nuestros padres siembran en nosotros semillas mentales y emocionales, y esas semillas crecen con nosotros. En algunas familias, esas semillas son de amor, respeto e independencia. Pero en muchas otras lo que se siembra son semillas de miedo, de obligación o de culpa”.

Los niños necesitan para crecer sano, felices e equilibrados que los padres les demostremos amor, cariño, apoyo... para que de adultos -no antes- sean capaces de cuidarse por sí mismos. Una educación muy estricta no puede ser la única herramienta de la educación de nuestros hijos si deseamos adultos seguros y capaces. Olvidemos los excesos de obligaciones, de proyectos para ellos, de culpabilidades...los niños deben encontrar su camino y nosotros de su mano.

3. Acaparar todo su propio espacio

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Los padres tóxicos pueden lograr que sus hijos en la adultez tengan algunos problemas para poder relacionarse con los demás. Algunas dificultades generan que de mayores tengan unas las relaciones de co-dependencia y la necesidad de alcanzar el estándar que nunca alcanzaron según lo esperado por sus progenitores.

Los padres tóxicos a menudo requieren la atención de sus hijos de forma exagerada. Desde fuera puede parecer una bonita unión entre padre e hijo, pero la realidad es que es una relación parasitaria por parte del padre (o madre) que exige demasiado tiempo del niño cuando debería estar aprendiendo otras habilidades. Unos padres equilibrados permitirán a sus hijos el espacio suficiente para crecer y ser niños, sin exigir una interacción constante y asfixiante con la única intención de satisfacer sus propias necesidades.

Además, los padres que manipulan a sus hijos para satisfacer sus propias necesidades, aquellos que usan la culpa o el chantaje como arma para conseguir sus objetivos tienen una relación tóxica como padres. Los padres que siempre anteponen sus sentimientos o necesidades a las de sus hijos o utilizan el silencio para dejarles de hablar a sus hijos como castigo o no ponen límites saludables son, sin duda también, padres tóxicos. Descubre en este artículo qué hay detrás de la personalidad de un padre tóxico.

4. Herir sus sensibilidades

Las bromas pesadas son un comportamiento típico de los padres tóxicos. Los padres que se meten con sus hijos “de broma” mofándose con chistes y escudándose diciendo que es humor no es aceptable. Debemos observar cómo le sienta esta broma, chiste o mofa a nuestro hijo porque si no le agrada afectará en su desarrollo emocional negativamente. Un padre debe ser honesto, pero no crítico, y mucho menos hablar a sus hijos en tono burlesco.

5. No permitir que sus hijos expresen las emociones

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Reprimir que exprese sus sentimientos es nefasto. No hablamos de autocontrol que por supuesto debemos educarles a tener autocontrol pero hay padres que no permiten que sus hijos expresen las emociones, sobre todo las negativas. Esto es una negación a satisfacer las necesidades emocionales de nuestros hijos, y en un futuro, el niño será incapaz de expresar sus sentimientos, repercutiendo muy negativamente en su autoestima, identidad y comportamiento.

Los sentimientos positivos está bien tenerlos en cuenta, pero los sentimientos negativos también son importantes y si ellos no aprenden a entenderlos y a poner palabras a sus emociones, puede repercutir en depresión y en convertirse en personas negativas e incluso tóxicas.

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