7 trucos para que los niños aprendan a comer sano

¿Por qué, si nuestro país se caracteriza por la saludable dieta mediterránea, hay muchos niños que no comen correctamente?
shutterstock_2169821577

En la sociedad actual, donde la comida rápida y los alimentos procesados parecen ser omnipresentes, inculcar hábitos alimenticios saludables en los niños se ha convertido en un desafío para muchos padres y cuidadores. La alimentación juega un papel fundamental en el desarrollo físico y cognitivo de los más pequeños, y establecer una base sólida de hábitos alimenticios saludables desde temprana edad puede tener un impacto positivo en su bienestar a lo largo de toda su vida.

En este artículo, descubriremos siete consejos prácticos para fomentar que los niños aprendan a comer sano y disfruten de una relación positiva con la comida.

1. Comer de forma saludable

Es fundamental que aprendan el hábito de comer de forma saludable entre los cinco, seis y siete años. A partir de los diez será muy difícil conseguir que cambien sus costumbres a la hora de elegir sus alimentos y decidir lo que les gusta o no les gusta.

2. Variedad y equilibrio

Habrá que intentar que tomen verdura preparada de formas muy diferentes, para que vayan descubriendo distintos sabores asociados a la comida sana. El mismo plato de acelgas cada dos días provocará que «cojan manía» a toda la verdura. La podemos cocinar con bechamel, queso o puré de patata para que les vaya gustando. Lo mismo ocurre con la fruta: el típico plátano para merendar o almorzar en el colegio les puede llegar a aburrir.

3. Cuidado: lo imitan todo

Muchas veces los niños imitan a sus padres a la hora de comer: «Como a mi padre no le gusta la fruta, a mi tampoco. Mi madre no me va a reñir porque él tampoco se la come». Tenemos que tratar de evitar que asocien nuestros gustos con los suyos. En la mesa, lo ven y lo escuchan todo.

4. Cocinar y congelar

A veces, preparar verdura o guisos más sanos nos quita mucho tiempo y es más trabajoso. Lo más práctico es cocer verdura o cocinar legumbres en grandes cantidades para congelar y darle después al niño su ración cuando le toque. Siempre son mejores los alimentos sanos, aunque estén congelados, que recurrir a la comida rápida con un perfil nutricional menos interesante.

5. Crear hábitos de alimentación

Si no les gusta la comida que hay ese día (alcachofas), le decimos que coma menos que los demás. Verá que al resto de la familia sí le gustan y que es «normal y habitual» comer alcachofas. A lo mejor dentro de un tiempo le terminan gustando o se las terminará comiendo ¡porque tiene más hambre! Lo cierto es que lo asimilará como un hábito familiar.

6. ¡Esto no me gusta!

Cuando algo no les gusta, hay que respetarlo. Pero no es lo mismo que no le gusten las acelgas que la verdura en general. En ese caso, la comida se convierte en un capricho y eso no es bueno. Debe acostumbrarse a que en su casa se come «lo que hay» y que no siempre se puede elegir. Los caprichos son para situaciones especiales.

7. Alternativas bajas en calorías

Si llega a casa del cole y va directo a la nevera a buscar el batido de chocolate (envasado) que tanto le gusta... le podemos decir que ese día no hay. Y en su lugar le ofrecemos chocolate negro en tableta, pepinillos o cebolletas en vinagre.

Enseñar a los niños a comer de manera saludable no es solo una cuestión de nutrientes, sino de brindarles las herramientas para que desarrollen hábitos alimenticios sostenibles y una relación positiva con la comida. Cada pequeño paso hacia una alimentación más equilibrada es un logro, y que el acompañamiento amoroso y respetuoso en este proceso es fundamental. Al proporcionarles una base sólida de conocimientos sobre nutrición y hábitos saludables, estamos invirtiendo en el bienestar y el futuro de nuestros niños.

Recomendamos en