Conocido con el nombre del síndrome del gemelo evanescente o como el síndrome del gemelo perdido, puede ocurrir cuando uno de los fetos desaparece al principio de un embarazo gemelar. Poco se sabe de esta condición pero lo que sí se conoce es que puede afectar a niños y adultos que han perdido a un hermano gemelo durante el embarazo o durante el parto de la mamá. Una carencia que, al final, puede acabar causando distintos trastornos psíquicos.

¿Cuál es la causa?
Si tenemos en cuenta que se estima que uno de cada 10 embriones tendría un gemelo que “desaparece” durante el embarazo, más de lo que podríamos pensar en un primer momento, es normal plantearse hasta qué punto este síndrome no es más común de lo que se cree. No obstante, las causas exactas de este síndrome no están completamente claras. Se cree que puede deberse a problemas genéticos, anomalías cromosómicas, problemas de implantación o factores relacionados con la formación del embrión.
¿En qué consiste el síndrome del gemelo perdido?

Aunque en algunos países europeos, como Francia, los nacimientos de gemelos han aumentado, en España el récord se produjo en 2009, con 19.674 niños. A partir de entonces, estos nacimientos decrecen. Por ejemplo, en el año 2018 nacieron 1.220 gemelos, representando un 2% respecto a los 62.496 nacimientos registrados ese año.
Desafortunadamente, puede ocurrir que un embarazo gemelar no llegue a término para uno de los dos gemelos. En ocasiones, uno de los dos gemelos no logra sobrevivir en el útero de su madre. Y es lo que puede constituir entonces el síndrome del gemelo perdido, especialmente para el gemelo que ha sobrevivido. A medida que crece, es posible que el gemelo nacido sienta un vacío y desarrolle distintas especificidades psicológicas. Por tanto, el síndrome del gemelo evanescente ocurre cuando uno de los dos fetos desaparece, y el niño nacido de este embarazo experimenta síntomas relacionados con su desaparición.
En muchas ocasiones es difícil vincular los síntomas psicológicos a este trastorno, dado que, a veces, se desconoce que el embarazo fue gemelar en sus primeras etapas. Sin embargo, las ecografías tempranas ahora permiten detectar muy rápidamente los embarazos generales, por lo que la pérdida de uno de los dos fetos se puede observar durante una ecografía posterior.
¿Cómo saber si un niño tiene el síndrome del gemelo perdido?

Detección. Generalmente, la pérdida de un gemelo evanescente se descubre durante un examen de ultrasonido temprano, donde se puede observar la presencia de un saco gestacional vacío o indicios de un gemelo adicional, como una placenta adicional. Sin embargo, en muchos casos, el gemelo desaparecido puede pasar desapercibido y solo se detecta retrospectivamente después de la pérdida.
Signos y síntomas
Dado que ya sabemos que el síndrome del gemelo evanescente se caracteriza por una carencia motivada por la pérdida de un hermano gemelo durante el embarazo, ¿de qué forma puede expresarse? Como señalan los expertos, el vínculo que existe entre dos gemelos es un vínculo muy fuerte. Es algo que podemos ver prácticamente desde el nacimiento, cuando los gemelos se protegen entre sí. Por lo tanto, el gemelo que ha perdido a su hermano o hermana puede acabar sintiendo una carencia, que será inexplicable cuando no se es consciente de que tuvo un gemelo en el vientre de su madre.

No obstante, algunas señales pueden ser reveladoras, especialmente cuando la madre ha sentido los mismos síntomas que los de un aborto espontáneo, pero la ecografía muestra que el niño continúa presente. Estos síntomas pueden indicar la existencia de un embarazo gemelar al principio, pero uno de los dos fetos fue abortado de forma espontánea.
En el niño que ha nacido, los síntomas pueden ser tanto psicológicos como físicos. Por el lado psicológico, por ejemplo, es posible que se sienta permanentemente solo, que tenga un fuerte sentimiento de carencia, miedo al abandono, culpa exacerbada o tendencias depresivas. Mientras que, en lo que se refiere a los síntomas físicos, hay algunos signos comunes, como trastornos de la vista (como la miopía) y del oído, malformación de la columna y problemas dermatológicos.
Dado que, al menos por el momento, el síndrome del gemelo evanescente es difícil de diagnosticar, a menos que haya evidencia médica de la presencia de un segundo feto durante el embarazo, es necesario tener en cuenta que muchos de estos síntomas pueden estar relacionados con otros trastornos mentales.
En cualquier caso, especialmente ante la duda, es conveniente consultar a un especialista de salud mental como un psicólogo o psiquiatra. Si bien es cierto que los padres no deberían sobreinterpretarlo, estos síntomas deben tomarse en serio.